Este Citroën 2CV es un auténtico cordero, pero en su interior es pura potencia alemana porque tiene el motor de una moto BMW. Y no una cualquiera, sino una histórica.
Es la obra de un británico que conquista las carreteras, y que casi impresiona más por cómo suena que por cómo luce el clásico coche francés. Bueno, ahora es germano francés.
Muchas chuches debajo del capó
El Citroën 2CV es un coche que siempre rompió miradas. Pero ver uno rodando en 2024 es algo así como ver el Santo Grial de la carretera. Ganó fama mundial por su diseño simple pero robusto, su economía y su capacidad para adaptarse a diversas condiciones de manejo... Pero no por su potencia.
Originalmente rendía unos 29 CV de potencia, pero un jubilado británico decidió modificarlo. No tanto por fuera, ya que luce original, pero sí por dentro. En su lugar utilizó un viejo conocido: el motor bóxer bicilíndrico de 1.170 cc utilizado en su propia cruiser R12, que ya no utilizó.
Así que trasplantó el motor de la moto al coche, y eso supuso un aumento de más del 300 por ciento en términos de potencia máxima. Pero la cosa no se queda ahí, porque su dueño también añadió un 'Power Commander' (ajusta electrónicamente la mezcla de combustible y aire para optimizar el rendimiento y la respuesta del motor de una moto), por lo que la cifra es bastante superior.
Verlo rodar es un auténtico espectáculo visual, pero también sonoro. El curioso sistema de escape a ras de suelo emite un sonido a melodía, aunque va rozando todos los días depende por qué carreteras se meta. El entrevistador se queda embobado con el ruido, como cualquiera que lo vea pasar.
Tanto el interior como el exterior permanecen estrictamente de serie, y lo único que está modificado se encuentra bajo el capó, en el vano motor. Un coche que despierta auténtica sensación, y que más de uno querría tener en su garaje por un precio incalculable.