No terminaba de creérmelo cuando me lo contaba nuestro amigo Alberticu. Resulta que un joven cliente apasionado del mundo del motor andaba buscando una de las máquinas más radicales que se podían encontrar en el mercado. Descartado el catálogo convencional se lanzó de lleno a los preparadores. Para su suerte, Radical Ducati residía en la misma capital… allá fue el protagonista de hoy tras haber visto el trabajo de Pepo en diversos blogs: "Quiero la moto más radical que tengas" dijo orgulloso de haber dado con el preparador madrileño.
Y sin duda aquí la encontraría. Tras ofrecerle algunos de los modelos que tenían en stock, aparte, obviamente, de las posibles opciones de preparación sobre motos de serie, el cliente, apodado Ino – de Avelino – se fijó en la Ducati 9½.
Ino si quiera esperó a probarla y al día siguiente pagaba sin dudar por su nuevo juguete.
La sorpresa vino cuando tres días después aparecía en la tienda el dueño con el ceño fruncido. Reyes asistía anonada a la queja:
Se me queda corta, necesito más."
Los casi mil centímetros cúbicos anclados al chasis y a dos ruedas parecían no ser suficiente para este Valentino Rossi desconocido. Al poco Pepo hacía aparición de nuevo y, advertido ya por su mujer de las exigencias del cliente, simplemente asintió y le pidió que se pasara el próximo lunes para probar.
Imaginad la cara del personaje de hoy cuando a primera hora de la mañana sacaban por la puerta esa flamante Ducati… ¡con un basculante de un metro! Ino reaccionó tras dar un par de vueltas alrededor de la italiana y se fue poco después, eso sí, con un regalo extra; una cúpula con la que protegerse en las rectas que tanto transita.
Foto vía | Radical Ducati