Nueva semana de carreras en el Campeonato del Mundo de Superbikes y nuevo reto para Marco Melandri. El piloto de Ducati, que comenzaba como uno de los claros favorito para arrebatarle el título a Jonathan Rea, está teniendo un inicio de año más complicado de lo que esperaba.
El italiano es la segunda montura de la fábrica italiana en la clasificación general, algo que ya vivió el año pasado en su debut con Ducati en la categoría. Lo que no se esperaba es que, si no llega a ser por la desafortunada caída de Xavi Forés, hubiera sido la tercera y, además, hubiera quedado fuera del podio en Aragón.
Tras sus dos victorias en Australia no ha vuelto a pelear por ganar
Con los cambios en el reglamento de Superbikes, algo que muchos han visto como una forma sutil de frenar a las Kawasaki, Marco Melandri ya casi se estaba frotando las manos. El año pasado, que fue una temporada de adaptación a la complicada Ducati, consiguió quedar en cuarta posición en la general, a 76 puntos de su compañero Chaz Davies. Este año su objetivo era claro: conseguir el título.
En el estreno de esta temporada no le pudo ir mejor, sumó un doblete en la primera cita en Australia sorprendiendo Jonathan Rea y su Kawasaki, que habían dominado prácticamente toda la pretemporada, pero también a Davies.
En Tailandia comenzaron las complicaciones, tras sólo clasificarse como séptimo en la Superpole nada pudo hacer en carrera. En la primera finalizó en la misma posición y en la segunda incluso perdió una plaza mientras veía como su compañero británico subía al podio en ambas con un tercer puesto y una victoria.
También comprobó que la Panigale R privada de Forés funciona a las mil maravillas. El español también le superó en las dos carreras: fue quinto en la primera manga y subió al podio, en segunda posición) en la segunda. Tocaba llegar a Aragón y demostrar que lo de Buriram sólo había sido un tropiezo en el camino.
El sábado Melandri estaba exultante: la superpole conseguida en MotorLand le dejaba respirar. No sólo era el primero de su marca, también el de toda la categoría. Parecía que era cierto lo que había dicho tras la primera manga en Australia, que todavía había cosas que podía mejorar.
Pero la felicidad le duró poco. La carrera del sábado comenzó complicada, una mala salida le penalizó demasiado y perdió varias posiciones. El accidente, en el que se lesionó Leon Camier y que provocó la bandera roja, le daba una nueva oportunidad de hacer las cosas bien; pero a la segunda no le salió tampoco. El italiano acabó en quinta posición a más de segundo y medio de Rea, el vencedor, y a casi uno de su propio compañero de box.
El domingo quería redimirse y estuvo peleando por las primeras posiciones. Las sacudidas que se podían apreciar en su Ducati demostraban que estaba teniendo un trabajo complicado, pero no se iba a rendir. Aún así tuvo que ver como tanto Forés como Davies quedaban por delante de él. La poca suerte del español fue para él y consiguió subir al podio, ocupando la tercera plaza, gracias a su caída.
Para más inri, cuando la pelea entre Rea y Davies parecía que le podía dar un poco de vida y llegar hasta ellos un problema con el freno trasero le obligó a quedarse como mero espectador durante la última vuelta y tratar de que pasase lo más rápido posible para no perder también esa posición, ya que estuvo a punto de caerse en la curva tres.
Melandri está frustrado, y no lo niega. Ser rápido, tener buen ritmo y no ser capaz de conseguir la victoria es algo que no puede entender; mucho menos aún el tener que estar dependiendo de los errores que hagan otros para hacerse con unos puntos más o, incluso, con las victorias que tanto quiere conseguir por mérito propio.
Aún así el italiano no pierde la esperanza: su objetivo en Assen sigue siendo ganar y seguir sumando todos los puntos posibles para pelear por la corona. De momento suma 96, con una desventaja de 18 puntos frente a Rea y de 8 con Davies y con 10 citas del Campeonato del Mundo de Superbikes por delante para añadir otro título más en su palmarés.
Fotos | Ducati Media