Simplemente, los entusiastas se lo toman todo con la filosofía del "te conseguiré tal pieza" o "pasa por aquí y verás qué diseño le podemos aplicar a tu Lambretta". Son gente a la que le gusta el tema y viven de y para ello, con pasión y sin aderezos (no te van a vender un perfume Lambretta, por favor...). Explotar la marca con el fin de ganar (mucho) dinero sin esa componente de entusiasta es un engaño. Dicho todo esto, a Lambretta le da igual unos que otros y ha decidido perseguir cualquier copia, uso fraudulento de la marca o presencia en Internet con fines lucrativos gracias a eso, la marca. Ahora viene el razonamiento de si eso está bien, está mal, simplemente está o bien se están equivocando. Antes de nada, habrá que comprobar si Lambretta, la original y conocida fábrica que no sabemos si volverá a producir modelos "a la antigua usanza" pretende perseguir a todos los distribuidores sin importar el tamaño, o si respetará a los entusiastas que llevan su marca en el corazón y hacen el mejor marketing del mundo, el de transmitir la pasión. En todo esto hay más carne de la que en un principio he podido ver, y de hecho esta versión que leéis es ni más ni menos que la tercera.
En mi opinión, el hecho de que tu marca venda por sí misma es un don que es sobre todo rentable. Pero también es más cosas. No voy a entrar en descalificar que una marca se defienda legalmente del intrusismo o de las copias viles, es algo que veo normal, perseguible. Sin embargo si el escenario fuese que se persigue al entusiasta y al que está defendiendo la marca original frente a las imitaciones o la nueva ola del plástico que en nada recuerda a Lambretta... la cosa cambia.
¿Qué mejor que tu marca tenga entusiastas que te hagan parte del trabajo? Eso es un valor incalculable, desde mi punto de vista, y ojalá llegase a tener en mi vida 10 clientes entusiastas de mi producto, que comprasen y hablasen maravillas de él, enseñando a otros, orgullosos, su Lambretta personalizada. El hecho, por otro lado, de que existan (o existiesen hasta ahora) decenas de fabricantes autorizados no hace más que devaluar la marca, bajarla al nivel de cualquier otra cosa que vende más merchandising que motos.
Y para terminar, porque con todo este lío me salgo del tema del post, creo que la política de carta amenazadora en la portada de tu web es la peor política que se puede abordar para conseguir dignificar tu marca. Bueno, si eso es lo que quieres conseguir. La amenaza tajante, la orden de actuación, el cese inmediato de... todo eso lo que consigue es que la cosa se enrarezca más todavía. Trato personal, arreglar los problemas internos de forma eficaz y sobre todo, privada, es el mejor camino (en mi opinión).
Vía | Bikes in the fast lane Más información | Lambretta Foto | HaroldHollingsWorth