Dicen las malas lenguas que el significado de postureo consiste en expresar formas de comportamiento y de pose, más por imagen o por las apariencias que por una verdadera motivación. ¿A santo de qué viene esto? No es que me haya vuelto talibán ni nada parecido, lo que pasa es que conforme se acerca el buen tiempo se nota como salen de sus madrigueras invernales los especímenes más posturistas del mundo de la moto.
Recordemos que usar la moto en invierno suele estar reservado para unos pocos. Y que la mayoría de los que llegan a la moto porque es algo de moda o que aporta una imagen interesante a mi curriculum. En cuanto baja la temperatura aparcan la moto para dedicarse a otros menesteres menos sacrificados. Y eso que en el resto del mundo conocen España como uno de los paraísos de la moto por nuestro buen tiempo, no alcanzo a imaginar que harían estos posturistas en Noruega, o en Alemania.
Lo que pasa es que conforme está de tocado el mercado, cualquier venta se celebra como un éxito, sea quien sea el comprador y sea el que sea el uso que vaya a darle a su moto. Lo que nunca me ha gustado es el encasillamiento que hacen algunas marcas, y algunos usuarios de esas marcas véase los interesantes artículos que publicó Albi hace unos años, 1 y 2) a la hora de elegir una moto. Si eres un Rocker te tienen que gustar las Cafe Racer, si eres un pijo, lo tuyo es una Vespa, o si te gustan las carreras tienes que llevar una RR e ir vestido de piloto de MotoGP.
¿No habíamos quedado que lo de las tribus era todo mentira? Que lo que primaba era la individualidad para, siendo diferente de tu vecino, afirmar tu personalidad. Y ahora resulta que nos tenemos que unir en grupúsculos para definir nuestra identidad. La pena es que este mundo no tiene un botón para pedir que se pare en la próxima estación y poder apearse de él.
Creo que me voy a dar una vuelta en mi megachupimoto para que me vean las vecinas y así sepan que soy diferente del resto de moteros y quieran venirse conmigo (modo ironic off).
Foto original vía Flickr | Christian Paparcuri