Con un nombre como este para su empresa, Radical Guzzi, ya podemos ir haciéndonos a la idea de que lo que nos van a preparar esta gente de Alemania no es precisamente algo sutil. Son especialista en la preparación de Moto Guzzi y esta vez tampoco se han querido salir del guion y han preparado un híbrido entre una Bellagio y una Griso, pero aliñada con un poco de gas de la risa: la Fidanzata.
La moto es un homenaje al inglés Bill Lomas, un piloto dos veces campeón del mundo a lomos de una Moto Guzzi de 350 cc, dos veces ganador del Tourist Trophy Isle of Man y con algo de fama en el cine por la película “I Fidanzati Della Morte”. Vamos, que tenía todas las papeletas para ser elegido por estos locos alemanes.
Cinco semanas y un objetivo: el Essenza 2017
Stefan y el piloto Josef comparten la misma afición y durante todo el año han estado recorriendo el continente europeo participando en las carreras de aceleración con otra de sus diabólicas creaciones. Pero para el Essenza 2017 querían ir un poco más allá y crear algo más salvaje.
Para el proceso de fabricación solo tuvieron cinco semanas y al principio todo se reducía a una ida de olla del propio Stefan. Pero para cuando habló con su diseñador Kai Rieman y con el maestro Hans Eickeler, ya no había marcha atrás. Básicamente se trataba de construir una moto de la nada y tratar de obrar el milagro en tan poco tiempo. Pero lo consiguieron.
Partiendo del chasis de una Moto Guzzi Bellagio completamente modificado se le instaló el motor de una Griso al que se le habían sustituido los pistones por unos forjados y cambiado la mayoría de piezas internas por otras mucho más resistentes. Para el apartado de las suspensiones confiaron en Öhlins, que junto a la horquilla se le instalaron detrás dos amortiguadores del modelo TTX.
El conjunto de frenos es cortesía de Bheringer y las llantas de radios están equipadas con dos neumáticos Shinko especiales para carreras de drag. Los colores tienen un origen claro: los coches de carreras de Martini, pero con un acabado más personalizado. La idea de Radical Guzzi era crear una especie de café racer moderna.
Pero aún queda lo mejor, el sistema de óxido nitroso. Con las cinco semanas cumplidas y con la carrera inaugural a punto de empezar, el equipo puso en marcha la moto la noche anterior, sin ni siquiera haber probado el sistema de NOS programable que habían instalado. Después de haber estado indagando y aprendiendo sobre estos sistemas, su veredicto es que es funcionan bastante bien, sobre todo para salir catapultado tras dar la salida.
Si alguno estáis pensando a estas alturas en haceros con ella, olvidaros, Stefan dice que se la quedará como su moto para el día a día, según la entrevista que le han hecho nuestros compañeros de Pipe Burn. ¿Os imagináis una locura de estas en las largas avenidas con semáforos? Mejor no lo pensemos, que se nos calienta el morro…
Fotos | Marc Holstein y Christine Gabler