Igual que ocurrió años atrás con el fallecimiento de John Britten, ahora tenemos que lamentar la pérdida de otra de las grandes mentes asociadas al motociclismo. Después de muchos años luchando sin cuartel contra un raro cáncer, Michael Czyzs no ha dejado el pasado sábado.
Su enfermedad se hizo pública en 2013, cuando anunció que no acompañaría a su equipo para correr con la moto que diseñó en el IOMTT para quedarse cerca de su casa en Portland para recibir tratamiento médico. Ahora nunca sabremos hasta dónde habrían llegado sus ideas de tener una vida más larga.
Una visión del motociclismo distinta
Pese a haberse labrado una gran fama y ganado millones como interiorista de celebridades como Lenny Kravitz y Cindy Crawford, en el mundo de las dos ruedas conocimos a Michael Czyzs por haberse sacado de la manga la marca Motoczyzs y su maravillosa y pionera moto eléctrica que dominó los primeros años del TT Zero.
Las Motoczyzs ganaron cuatro TT Zero consecutivos entre 2010 y 2013, el primero con Mark Miller y los otros tres con Michael Rutter. Después de que en 2013 se comunicó la enfermedad de Czyzs su equipo ya nunca volvió a la Isla de Man.
Pero las locuras de Michael Czyzs comenzaron mucho antes, cuando en el año 2004 con el cambio de reglamento en el Campeonato del Mundo de MotoGP se abrió la puerta a los motores de cuatro tiempos. Allí nació una idea muy loca en la cabeza de Michael, una moto con especificaciones de Gran Premio impulsada por un motor compuesto por dos bicilíndricos en paralelo unidos.
El bloque de 990 cc se colocaba en posición longitudinal dentro de un chasis monocasco de fibra de carbono. Los cigüeñales estaban separados y eran contrarrotantes para neutralizar el efecto giroscópico del motor. Sus medidas eran realmente compactas.
Un año después la idea evolucionó hacia algo más elaborado. En 2009 el doble bicilíndrico se fusionaba y el bloque alternaba los cilindros de un lado y de otro. A este motor le llamaron Z-Line, tenía cámaras de combustión separadas, los cuerpos de admisión entraban por las culatas y los escapes salían por el lateral.
De la conocida como Motoczyzs C1 se hicieron varios prototipos, cada uno más refinado buscando poder entrar en MotoGP, pero cambiaron las normas y en 2007 los motores pasaron de 990 a 800 cc tirando por tierra buena parte del trabajo de Michael. Aun así el desarrollo continuó y por el camino se cruzaron otras ideas como versionar la C1 hacia una deportiva de 600 cc o un modelo cruiser.
Las ideas de Czyzs no se limitaban a motores raros. El reto que se le planteaba en la creación de los chasis era demasiado jugoso para limitarse a hacer lo mismo que los demás. Sus motos utilizaban desde el principio soluciones alternativas como los mencionados chasis de fibra de carbono o las horquillas delanteras con botellas de sección oval.
Este concepto de horquilla favorecía un mayor control para evitar las flexiones laterales y ofrecía una mejor rigidez longitudinal, lo que se traducía en una mayor estabilidad en las curvas.
La deriva hacia la electricidad
Poco después de abandonar el proyecto de MotoGP aprovechaba el interés en las motos eléctricas para en 2009 lanzarse a participar en el TTXGP de la Isla de Man. La versión eléctrica de la C1 había nacido y se llamaba Motoczyzs E1pc.
Aquél primer año de participación fue un absoluto fracaso, no consiguieron terminar la carrera, pero el tesón de Michael le impidió abandonar el proyecto. Volvieron en 2010 con mejor preparación, ideas mejoradas y las mismas ganas para hacerse con las cuatro victorias consecutivas de 2010, 2011, 2012 y 2013 en el TTXGP.
De paso, también se lograron colocar a su E1pc en 2012 como la primera moto eléctrica en completar una vuelta por encima de las 100 mph. Tan buena era la E1pc que Michael Rutter fue el ganador en 2012 y 2013 por delante de los ahora todopoderosos John McGuinness y su Mugen. La moto del año 2013 hasta incluía un profundo trabajo aerodinámico con alerones como los que están tan de moda hoy en MotoGP.
Es una pena que el cáncer nos haya privado de seguir viendo sus logros y lo que posiblemente hubiera sido un acicate para la evolución de las motos eléctricas y del motociclismo en general.
Descansa en paz, Michael.
Vía | Visordown