El Campeonato del Mundo de MotoGP no podría llevarse a cabo sin una organización estricta y rigurosa por parte de todos los miembros integrantes del mismo. Empezando por Dorna y la propia organización de cada circuito, que hacen posible que todo esté bajo la reglamentación, y terminando por los equipos, que llevan un control y organización de su taller ambulante digna de un hospital.
Durante el Gran Premio de Catalunya pude recorrer, como ya he habéis visto, el paddock del circuito arriba y abajo una cantidad inmunda de veces. Y poder entrar dentro de dos boxes me ha servido para ver exactamente como es este espacio en el que una treintena de personas, de media, comparten durante todo un fin de semana. Cierto es que también tienen los camiones y el hospitality, pero donde pasan mucho tiempo, sobre todo los mecánicos de cada equipo, es dentro del box. Esto significa que todo debe estar ordenado, las herramientas siempre en su sitio y nunca esparcidas por el suelo, las motos cada una en su sitio y, sobre todo, una limpieza digna de una cabina de cirugía.
Hablando con uno de los mecánicos del equipo de Yuki Takahashi me contaba que la limpieza no solo es importante para dar buena imagen a los patrocinadores y a la gente, sino que para ellos es mucho más fácil detectar un problema en cualquier parte si esa zona, y cualquier otra, están limpias. Te permite acceder mejor al punto de la moto dónde tienes que trabajar y, en consecuencia, el trabajo se hace más rápido y efectivo.
En este equipo, el Gresini Racing Moto2, me permitieron hacer unas cuantas fotografías en las que se ilustra bastante bien el orden y el control que llevan los mecánicos. El inconveniente: Yuki Takahashi se había caído en carrera. Esto cambia completamente los planes, no solo del equipo en general, sino del grupo de mecánicos. Nada más llegar la moto a box ya no hay que preocuparse por el tiempo ya que la carrera ha terminado. Los mecánicos tienen hasta esa noche para arreglar los desperfectos de la moto y dejarla con los reglajes con los que el piloto japonés empezó la carrera ya que es la única manera de llegar al siguiente GP con la moto bien ajustada.
Si el equipo hubiese terminado la carrera sin ninguna caída o desperfecto seguramente Yuki Takahashi hubiera explicado a los mecánicos cuáles eran sus sensaciones encima de la máquina y qué se tendría que modificar de cara a la próxima carrera. Y eso tiene que ser después de la carrera, cuando el piloto tiene las sensaciones más frescas.
Pero como no es el caso, los mecánicos se lo toman con más calma. Recogen poco a poco mientras van echando una mirada a la pantalla para ver como va la carrera de MotoGP. Lógicamente, muchos mecánicos que están trabajando en el equipo de Moto2 también lo hacen en el equipo de MotoGP con Marco Simoncelli o con Hiroshi Aoyama. Esto también ralentiza un poco el trabajo, aunque sin ser un problema. Mientras avanza la categoría reina en el box del Gresini Racing Moto2 los mecánicos arreglan las motos, dejan los carenados medio montados y ponen los últimos reglajes. Después se empieza a recoger el box pieza por pieza, cajón por cajón, desmontando como si de un Lego se tratara.
También en MotoGP pude acceder al box de un equipo. En este caso el del LCR Honda, dónde milita Toni Elías. Y aquí, más que de la organización, voy a hablar de un tema que me trae de cabeza. Tuve la suerte de entrar en un grupo de diez personas que el equipo escoge de entre la gente que hace cola en la puerta para que puedan entrar a ver como es el box y como se trabaja. Y lo que más me sorprendió es que estaba más preparado y centrado un equipo de Moto2 como el de Yuki Takahashi que el del LCR Honda.
Cierto es que el LCR Honda no es que vaya sobrado de líquido viendo sus continuos cambios de patrocinador principal aunque la imagen que dan es muy buena y seria. De hecho lo es demasiado. Lo que no me gustó es que parece un equipo más centrado en gustar y exhibirse, contentando a la gente con visitas continuas dentro del box de la gente de a pie que centrados en conseguir arreglar los problemas de Toni Elías encima de la moto. En todo el rato que estuve allí y las continuas veces que pasé por delante y saqué la cabeza para mirar no vi ningún mecánico trabajando en la moto de Toni Elías. Vaya, que no me dieron una buena impresión de trabajo en equipo.
Tampoco puedo acusar de poco profesional al equipo del LCR. Suficientes problemas deben tener para mantenerse en MotoGP como para ir yo a decir lo que hacen bien o mal. Pero me decepciona ver a Toni Elías en una tan mala situación. Me he estado fijando en las Honda, una por una, y la única que se asemeja a la del piloto de Manresa es la de Hiroshi Aoyama. Pero claro, todos sabemos que Honda quiere que un piloto japonés esté delante y, aún llevando una moto secundaria, Hiroshi Aoyama me temo yo, no lo se del cierto, que recibe un poco de ayuda extra por parte de Honda. Vamos a ser sinceros, Toni Elías ha ganado carreras en MotoGP, ha subido al podio en una cuantas ocasiones y no se le ha olvidado ir en moto más que a Loris Capirossio Karel Abraham.
Verlo llegar a final de recta era todo un poema. Intentando luchar con la moto para que esta entrara en la “esse” Elf mientras ese chasis expulsaba la moto hacia fuera es para replanteárselo. A principio de temporada ya me comentaron que Toni Elías había subido a MotoGP de cualquier manera, a cualquier precio. Le daba igual la moto mientras no estuviera en Moto2, categoría que le venía pequeña porque las motos, según él, no corrían suficiente ni eran divertidas.
En fin, que esta fue la sensación, junto con lo que después vimos en carrera, que me causó el equipo de Lucio Cecchinello que espero que encuentre una solución a sus problemas económicos para mantener el equipo y así poder darle mejor material a un Toni Elías que su cara lo decía todo después de la carrera de casa.
Finalmente, otra imagen que encontré en este Gran Premio de Catalunya. Fue en le box del Yamaha Monster Tech3. Era gracioso ver a los mecánicos, la mayoría franceses, en la parte delantera arreglando las motos y poniéndolas a punto para la carrera mientras que en la parte de atrás, “enchufados” a los ordenadores de la telemetría, estaban los japoneses como si estuviesen castigados o apartados del resto. Sentados en sus sillas, mirando los ordenadores con una pared delante y escondidos en la parte trasera. La imagen, almenos, era curiosa.
En fin, que disfruté como un niño rodeado de todo el gran circo de MotoGP, con sus vivos colores de los diferentes patrocinadores que despuntaban en un día que se despertó gris, le siguió sol y luego otra vez a punto estuvo de parar la carrera por la lluvia. A mi modo de ver es un espectáculo que a veces es mayor que lo que realmente importa. Se pierde un poco de vista la esencia de las carreras queriendo mostrar al mundo una imagen “glamourosa” que olvida un poco lo que es la competición en sí misma.
No obstante, los patrocinadores están aquí por esa imagen, sino correr en moto no sería posible ni en las copas de promoción, donde se forjan los chavales que después subirán al mundial. Pero se debería intentar no llegar a convertir esto en el paddock de la F1, o las gradas del trofeo Godó, dónde una gran parte del público asiste para decir “yo estuve allí” sin interesarle ni siquiera lo que está viendo. No digo que todos seamos así, ni mucho menos, pero hay que intentar que el Mundial no se convierta en un programa basura en el que los aficionados silban a los pilotos nada más terminar la carrera…eso fue muy feo y no nos hace mejores que los demás deportes.
Suerte que estaba allí el DJ David Guetta, como podéis ver en las fotos, que aunque no pinchara música en ese momento le daba un aire más gracioso al pit-line.
Fotos | Motorpasión Moto
En Motorpasión Moto | GP Catalunya 2011