Un día antes de que comience la actividad en pista en el GP de Malasia, la imagen de la jornada en el Sepang International Circuit ha sido la de la GSX-RR de Álex Rins envuelta en llamas dentro del box de Suzuki cuando estaban realizando unas pruebas rutinarias.
Por fortuna, los mecánicos de Suzuki han conseguido extinguir rápidamente el fuego, pero no han podido evitar que la montura quedara seriamente dañada. Este incidente acarrea un día de duro trabajo en el garaje de la marca nipona para reconstruir de cero la GSX-RR que tiene que estar perfecta antes de la primera jornada de entrenamientos libres del viernes.
Los mecánicos tendrán que reconstruir la moto antes de la FP1
La causa del repentino fuego que ha calcinado la moto de Rins se sitúa en un derrame de combustible sobre el escape de la Suzuki del piloto español. Los mecánicos estaban haciendo comprobaciones de funcionamiento tras la llegada de las monturas al circuito malasio cuando algo de carburante ha caído sobre el escape y ha prendido, la GSX-RR se ha convertido en una bola de fuego.
En MotoGP todos los pilotos tienen dos motos. Si por alguna caída una queda inservible o no se puede reparar en el momento se suben a la otra y no pierden la oportunidad de rodar en ninguna sesión de entrenamientos por este motivo. Los mecánicos del Suzuki ECSTAR tendrán que apresurarse a repararla para que antes de que dé comienzo la FP1 Álex Rins disponga de las dos monturas.
Afortunadamente Suzuki disfruta de las concesiones especiales este 2019 teniendo nueve propulsores para toda la temporada, Rins había usado ocho de ellos y tenía uno guardado para la recta final de la temporada. Si el motor de la GSX-RR estuviera dañado por el incendio el equipo tendría una baza con la que jugar.
De usar este último motor, el español tendría que utilizar propulsores ya usados para acabar la temporada puesto que a Álex Rins le queda únicamente un motor nuevo que había reservado para usar en los últimos compases de la temporada 2018.