Así pues, Hopkins tenía dos opciones: operarse y estar lejos de los circuitos recuperándose entre 6 y 12 semanas, o aguantar con el dolor todo el año. No ha dudado en elegir la segunda opción, y es que no está dispuesto a perderse ni una sóla cita del campeonato. No sabemos si es una decisión acertada, pero cuando menos es valiente. Esperemos que no se tenga que arrepentir a largo plazo.
Ahora disputará el resto de pruebas de una temporada que acaba de comenzar, con fuertes dolores en su muñeca, y seguramente su lesión irá empeorando después del esfuerzo de cada Gran Premio. Al menos Hopkins es optimista, y afirma que lo peor ya ha pasado, refiriéndose a que el circuito de Jerez era el que más iba a castigar su muñeca a lo largo del año. Suerte para él.
Vía | Motociclismo