Antes del comienzo de la temporada 2018 del Campeonato del Mundo de MotoGP algunas voces tachaban a Andrea Dovizioso de ser una anomalía, pasando de ser un piloto que no ganaba a un rival directo en la lucha por título contra el aparentemente todopoderoso Marc Márquez.
Ahora, después de haber caído la bandera a cuadros en el Gran Premio de Catar nos hemos encontrado con que precisamente él, Andrea Dovizioso, vuelve a postularse por segundo año consecutivo como la alternativa ante el cuatro veces campeón de MotoGP ganando en Losail con una actuación de quitarse el sombrero.
Una primera victoria vital de cara al campeonato
Bien es cierto que la pista de Losail es un trazado muy de Ducati. Tanto por el grip de la pista como por su morfología, el trazado catarí se adapta mejor al rendimiento de la moto de Borgo Panigale que a cualquier otra montura. Durante los tres últimos años Dovizioso ha sumado tres segundos puestos en Catar pero nunca había logrado la victoria, hasta ahora.
Las 27 milésimas que han separado a Dovizioso de Márquez no reflejan cómo ha sido en realidad la carrera. En pretemporada DesmoDovi no mostró sus cartas, tampoco lo hizo durante los entrenamientos donde clasificó quinto, y ni siquiera en carrera dejó entrever su potencial... hasta que no quiso.
Al apagarse el semáforo cayó a la séptima posición y se lo tomó con calma. En la vuelta 4 adelantó a Pedrosa, en la 8 a Petrucci y Crutchlow, en la 11 a Rossi, en la 12 comenzó a batirse con Márquez durante seis giros y a cinco para el final tomó el liderato que ostentaba Johann Zarco.
A partir de ahí llevó a Márquez más allá de su límite, algo que pocos pilotos consiguen. El español declaró en el parque cerrado que lo dio todo por seguir a Dovizioso, perdiendo la rueda delantera y la trasera constantemente, y aún así intentó ganar como lo hiciera en los GP de Austria y GP de Japón del año pasado, con un adelantamiento imposible en la última curva. Un día de la marmota del que el italiano volvió a salir vencedor.
Y es que la actuación de Dovizioso fue impecable. Su estrategia desde el primer minuto estaba clara: si no podía estar delante desde el principio trataría estar delante desde atrás, conservando neumáticos en el primer tercio de carrera y desatando todo el potencial de la Desmosedici GP18 mientras que el rendimiento de los demás caía.
"Estoy contentísimo de esta victoria porque hemos confirmado las mejoras que hemos hecho este invierno y hemos podido gestionar la carrera a pesar de una salida pésima", aseguraba Dovizioso. "He tenido que cortar gas y creo que me he tocado con Rins, pero he intentado ganar posiciones poco a poco sin desgastar demasiado el neumático".
Es una estrategia que ya hemos visto anteriormente en otros duelos precisamente con Márquez, aunque no siempre da buen resultado. Unas veces consigue recuperar y otras se queda perdido en medio del pelotón. Anoche tocaba ganar, y lo hizo.
"Hacia el final, tras superar a Zarco, he intentado distanciarme de Márquez y Rossi pero no tenía más agarre y no lo he conseguido. En la última vuelta he intentado estar muy atento porque sabía que Márquez lo probaría", algo que no sorprendió al piloto de Ducati. "Márquez ha cerrado la puerta incluso más que en Austria o Japón, pero he podido pasar por el interior y aprovechar la potencia de la Desmosedici para acabar delante".
Ganó porque era lo que quizá no todos se esperaban: que volviera a estar delante en 2018. Lo hizo porque este año Dovizioso ya se cree que puede ser un aspirante al título desde el principio y lo hizo también para humanizar a Marc Márquez. El año pasado vivimos uno de los mundiales más bellos de la historia, con una rivalidad Márquez-Dovizioso espectacular y sana.
Ahora, con 18 Grandes Premios por delante, le queda mucho camino a Dovizioso por andar si quiere volver a optar al título. El año pasado Márquez pinchó a principio de temporada con una Honda RC213V que no funcionaba y los duelos mano a mano que Dovizioso le ha ganado al 93 han sido en circuitos favorables a la moto italiana.
Señoras y señores, la temporada 2018 del Campeonato del Mundo de MotoGP promete. Es hora de sentarse y disfrutar.