Tener un apellido como es Márquez en el Campeonato del Mundo de MotoGP puede ayudar a un piloto a tener un referente cerca del que aprender pero también es una mochila llena de expectativas casi imposibles de cumplir.
Álex Márquez tiene que asumir que se compare su talento por su parentesco con Marc, que con siete títulos a las espaldas se ha consagrado como uno de los mitos vivientes del motociclismo. Una comparación que ejerce una profunda sombra sobre cualquier otro piloto y que es especialmente oscura cuando se cierne sobre Álex.
Cuatro años que se atragantan en Moto2
Álex Márquez llegó al Campeonato del Mundo de Motociclismo en 2013. Un año memorable en la categoría pequeña que estuvo marcado por las luchas entre Luis Salom, Maverick Viñales, Álex Rins la donde la calidad de los cuatro fue incuestionable y nos dejaron batallas para el recuerdo en una de las temporadas más emocionantes de Moto3. Para el año siguiente, tanto Salom como Viñales subieron a la categoría intermedia.
2014 fue una temporada dorada para Álex Márquez, el español era el talento del momento y consiguió derrotar a Álex Rins y a Jack Miller en la lucha por el título que se decidió con una espectacular carrera en la última prueba del año. Una carrera que ganó Miller pero que dio el título a Márquez que fue tercero. Entonces hubo dedos que apuntaron que Álex Márquez podría igualar a su hermano en talento y la mochila del benjamín comenzó a llenarse de pesadas piedras llamadas expectativas.
Con el título de campeón del mundo bajo el brazo ascendió a Moto2 en 2015 junto a su anteriormente rival Álex Rins. Su primer año en la categoría intermedia fue de lo más modesto, Márquez rara vez se dejó ver por los primeros puestos y acabó 14º. Por si fuera poco, Rins que venía de perder el título de la categoría pequeña estaba destacando en su primera temporada en Moto2. Precisamente la superioridad de Rins sobre Márquez comenzó a poner en entredicho el talento de Álex Márquez.
En 2016, Rins siguió despuntando y se consagró como una de las estrellas de Moto2 peleándose con los gallos de la categoría como Johann Zarco por podios y victorias, el pequeño de los Márquez seguía sufriendo sin llegar a demostrar ese plus de calidad que sí tuvo Rins. Llegó su primer podio en el GP de Aragón que le quitó un peso de encima Pero no acalló por completo las voces que ponían en entredicho el talento del catalán.
Con la llegada de 2017 una nueva oportunidad se abrió para Márquez con la marcha de Rins a MotoGP.. Consiguió dar el salto de calidad que esperaba y con él llegaron los resultados, subiendo regularmente al podio. Consiguió ser competitivo y comenzó a dejarse ver por las primeras posiciones, pero no fue recompensado y una vez más el de Cervera finalizó la temporada sin el título de Moto2, conformándose con acabar cuarto de la general.
En 2018 Márquez volvió a intentarlo en la categoría intermedia buscando la consistencia que le ha esquivado durante los últimos años. Esta vez su compañero fue Joan Mir, quien llegó con una primera mitad de temporada prometedora tras arrasar en Moto3. Lejos de achantarse, el 73 se mostró realmente competitivo pero no pudo poner el broche a la temporada. Álex hizo una segunda mitad de temporada decepcionante que otra vez le privó de la corona de laureles, habiendo acumulado cuatro ceros en el marcador y cerrando el año en cuarta posición general sólo 18 puntos por delante de Mir, sexto.
De cara a 2019 Álex Márquez ha recibido ofertas para subir a MotoGP y las ha rechazado. El pequeño de los Márquez quiere probar un año más sobre la Moto2 para intentar conseguir su segundo título mundial, en una temporada en el la que por primera vez cambian los motores de Honda a Triumph.
Estos cambios traen consigo la metamorfosis completa de la categoría de Moto2. Adaptándose a las nuevas especificaciones del motor Triumph tanto mecánicos, como ingenieros o pilotos tendrán que reconvertirse a la categoría que comienza una nueva era.
Después de ver cómo sus dos compañeros de equipo en las dos últimas temporadas han subido a MotoGP, el año que viene se enfrentará a un nuevo reto: la llegada de Xavi Vierge a su box, un piloto que promete y sobre el que Álex Márquez tendrá que destacar para vaciar, por fin, su mochila de piedras y llenarla con botellas de espumoso.