Esta bestia es una de las máquinas más rápidas de la tierra, ha superado los 600 km/h y ahora busca hogar, pero es cara

En la historia del motor hay unas máquinas que son los mismísimos cohetes espaciales en la tierra. Son los llamados 'streamliner', con unos curiosos carenados envolventes, velocidades imposibles y mucha polémica detrás.

Hay algunos cuyas velocidades han llegado a sobrepasar los 600 kilómetros por hora. Precisamente el de hoy, y que tiene récord de velocidad en el mundo y en la mítica Bonneville. Sus dueños se han cansado de pasarse la vida a 600 km/h, y lo ponen a la venta por un escandaloso precio, pero también es una escandalosa máquina.

Su precio cuesta como un apartamento

No estamos hablando de cualquier aparato. El de hoy es el 'streamliner' propulsado por gasolina más más rápido en el libro de los récords. Una máquina de 1995 que ha establecido un sinfín de récords en varias clases, por lo que ha pasado por varias manos y modificaciones.

A lo largo de los años, y mientras ha ido cultivando récords a golpe de velocidad supersónica, el aparato ha pasado por varias modificaciones. Por ejemplo, antes de romper el récord de los 600 km/h le cambiaron todo el chasis y rediseñaron al completo la máquina: manillar, sistema eléctrico, y un largo etcétera.

Hasta que llegamos a 2017, año en el que consiguieron su éxito más notable, cuando en la mítica pista de Bonneville los yanquis se hicieron con el récord de 400 millas por hora: 600 km/h con este mastodonte de 8,5 metros de largo.

Todo este tiempo ha estado a buen recaudo, en un taller con clima controlado. La última vez fue usado, y eso significa que los nuevos propietarios deberán cambiar arneses de seguridad, paracaídas y un asiento adaptado al nuevo conductor.

Y más vale que no tengas claustrofobia, dice su dueño: "El compartimento del conductor es muy estrecho, por lo que si tienes claustrofobia, tendrás que superarlo como lo hice yo", cuenta.

Como curiosidades, la suspensión sigue basándose en el esquema original de Jack Costella, manteniendo la parte delantera lo más estrecha posible para la menor área frontal, con unas ruedas de aluminio que se mueven sobre unos rodamientos de cerámica.

La dirección se controla a través de un manillar similar al de una moto, con una transmisión de tres velocidades manuales, y un motor de un Chevy que nadie sabe cuál es su potencia exacta.

Ahora sale a la venta por un prohibitivo y simbólico precio que refleja todos los récords que ostenta. En concreto, en Facebook Marketplace, donde está anunciado, sus dueños lo han puesto a 150.000 dólares, unos 136.000 euros al cambio en euros.

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