De chatarra a joya: el hipnótico timelapse de cómo este youtuber rescató una moto abandonada

No solo montar en moto te hace motero. Muchos pasan largas horas con la llave inglesa y rompiéndose la cabeza para devolver a la vida a joyas de dos ruedas. La restauración de una moto es un proceso largo y costoso pero que deja unos resultados increíbles y una satisfacción indescriptible. Que se lo digan al protagonista de hoy, amante de las scramblers.

Para prueba de ello te traemos un 'timelapse' de los de sentarse a disfrutar. En algo menos de 15 minutos verás como este australiano convierte en una verdadera joya a una Honda CX500 corroída y deteriorada en una joya scrambler digna de salón de exposición... Y el momento hipnótico es cuando se da hasta una vuelta con ella.

Como de fábrica: su motor de cuatro tiempos en V y 497 cc ofrece 50 CV a 9.000 rpm

Garaje Cafe Racer es la prueba de que no hace mucho dinero, pero sí unas buenas manos para construir la moto de tus sueños sin salir del garaje. Este taller australiano compró una vieja Honda CX500 en digno estado de chatarrería, una moto que los japoneses fabricaron entre 1980 y 1981. A pesar de su estado físico, arrancaba, aunque estaba corroída por el óxido en varias partes.

Manos a la obra. La primera parte del vídeo estuvo dedicada a desmontarla pieza por pieza y dejarla en los huesos (chasis). Lo más impresionante es que volvió a construir la moto con esas mismas piezas, aunque sometiéndolas a un proceso de desoxidación y limpieza profundo gracias a una máquina de ultrasonidos.

Respetaría parte del chasis y varias partes más de la CX500 original, pero la idea de convertirla en una scrambler hizo que soldase unas cuantas partes extra y tuviese que diseñar un sillín específico para cambiar el aspecto de la moto. Para ello utilizó una resina y lo terminó esculpiendo a mano, angular en mano. El resultado es sencillamente increíble. Hasta lo llega a tapizar él mismo.

Respetando las líneas originales, dotó a la moto de un nuevo depósito, un nuevo escape que la haría sonar más ronca y muchas capas de pintura para teñirla completamente de negro, en contraste con el asiento marrón y el depósito verde.

También llegó a sacar el motor al completo para restaurar ciertas partes que estaban deterioradas, pero manteniendo la esencia original del propulsor de cuatro tiempos en V y 497 cc que daba una potencia de 50 CV a 9.000 rpm y un par motor de 46 Nm a 7.000 rpm.

Los últimos retoques estéticos: fuelles en la suspensión, una luz LED modificada muy estilo scrambler cerrando el colín, el faro con rejilla... Y hasta una pegatina personalizada en el depósito. De hecho, ¿no guarda similitud con la actual Honda CL500? Disfruta de los últimos compases del vídeo y el sonido del paseo que se da al final.

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