El límite lo pone cada uno, independientemente de las circunstancias. Esa frase inspiradora le vino genial a la protagonista de hoy, Becci Ellis, una británica que a sus 56 años ha roto el récord mundial de velocidad de una mujer sobre una moto naked.
Y uno una moto cualquiera. En realidad es una Suzuki Hayabusa que más bien parece una bestia desnuda. Turboalimentada y con más de 350 CV bajo el asiento, le ha valido para llegar a los casi 400 kilómetros por hora.
La moto es una Hayabusa que ha costado casi 30.000 euros
Récord moto mujer
A sus 56 años, muchos le dijeron que debería estar ya jubilada. Pero el amor por las motos, como bien sabemos y sentimos, es una pasión que sobrepasa todo tipo de fronteras; también la de la edad. Así que esta mujer adicta a los récords, se propuso marcarse uno más.
El récord ha sido en una famosa pista de 2 kilómetros muy conocida donde otros como Guy Martin ya han batido otras marcas: Elvington, en Reino Unido.
En los 2 kilómetros de pista la Sra. Bellis alcanzó el loco récord de velocidad de 372,38 km/h. Eso fue suficiente para ser la nueva mujer más rápida del mundo en una moto naked.
El anterior récord iba a nombre de Evelyn Scholz, cuando el 2015 llegó a los 340,21 km/h en una pista americana. Desbancada, ahora la británica tiene el nuevo récord.
La bestia. Si echamos un vistazo a primera vista podemos no identificarla. Realmente es una superdeportiva muy conocida: una Suzuki Hayabusa de las primeras, de las de 1999. Lejos de jubilarla, ella también tiene mucho que ofrecer. Sin carenado (para reconvertirla en naked y hacer el récord), tiene instalado uno turboalimentador que hace que la moto rinda la friolera de 355 CV de potencia.
Oddysey, como ella la apoda, está preparada hasta los topes... O más bien hasta la cúpula. Podemos ver como por cúpula adopta un gigantesco 'intercooler'. De hecho, su dueña menciona que hasta el momento se han gastado casi 28.000 euros en prepararla, sin contar el precio equivalente a dos años de mano de obra, que es lo que han tardado en construirla.
Ir a casi 400 km/h no es moco de pavo. ¿Qué se siente? Mejor descripción imposible la que da la mujer: "Durante la carrera real, mi cabeza está literalmente situada a la altura de la línea de los ojos. Justo en la parte superior de los relojes. No podía bajar más, de lo contrario no habría podido ver. Además, la presión sobre los hombros era bastante grande".