Qué tendrán los escapes por arriba que nos gustan tanto. Parece que ya ha pasado la moda porque lo que se lleva ahora es centralizar las masas y bajar el centro de gravedad, pero los escapes por la quilla no tienen nada que hacer contra un buen trasero con los enormes escapes por arriba.
Prácticamente todas las marcas han usado alguna vez esta solución, y de ellas aún las hay que lo siguen utilizando, así que vamos a hacer un repaso sobre las motos de serie con los escapes en el colín más llamativas, sugerentes o significativas. Mira a ver y dinos cuál te faltaría por incluir en este listado.
Ducati 916
¿Cómo no íbamos a empezar por esta moto? La Ducati 916 nació en 1994 en la fábrica de Borgo Panigale con un único propósito: ganar el Campeonato del Mundo de Superbikes. Por aquel entonces Ducati no vendía demasiado, pero su vínculo con la competición era tan fuerte que pusieron toda la carne en el asador para lograr una sucesora de la Ducati 888 que pudiera llevarse de calle el título. ¡Y vaya si lo hizo!
Con una magnífica base y evolucionando la 916 con la experiencia en competición llegaron después las 996 y 998, que prolongaron la vida de este icono hasta el año 2004 y marcaron la filosofía de Ducati en todos los modelos siguientes (999, 1098/1198/848) hasta llegar a las Panigale actuales.
Siguiendo la misma filosofía se han llevado desde 1994 un total de 11 títulos de Campeones del Mundo de Superbikes de pilotos y 14 de constructores. Perdimos los escapes por el colín al llegar las Panigale, pero ahora parece que los hemos recuperado parcialmente con los Akrapovic que monta la 1299 Superleggera a imagen y semejanza de los que usan en competición.
BMW HP2 Sport
Puede ser que las BMW te parezcan unas motos un poco coñazo, aparatosas o anodinas (para gustos los colores) pero lo que tenemos que reconocer es que son de los que más se atreven a hacer las cosas de una manera diferente. Prueba de ellos es su tradicional motor bóxer de cilindros opuestos en el que siguen confiando generación tras generación, pero también en algunas de las motos que han puesto en la calle. O en los circuitos incluso.
La BMW HP2 Sport fue una de esas motos, digamos, raras que salió de la factoría germana en 2008. Tomando como punto de partida la BMW R 1200 S quisieron hacer una moto efectiva en circuito pero sin renunciar a sus señas de identidad, así que comenzaron a trabajar en el modelo de carretera para conseguir algo digno de llevar las siglas HP en su denominación.
El maridaje entre piezas efectivas en pista y habituales de BMW nos lleva a unas suspensiones Öhlins en los trenes alternativos marca de la casa (Paralever y Telelever), frenos radiales Brembo, motor bóxer potenciado a 130 cv, una carrocería escueta con fibra de carbono, 178 kg de peso en seco y, sí, un bonito escape de doble salida integrado en el colín para mejorar la aerodinámica. ¿Por qué sino iba a estar en esta selección?
MV Agusta F4 750
Otro fabricante transalpino retomó la producción de máquinas de ensueño en 1999. Fue la MV Agusta F4 750 Serie Oro, una moto que nos dejó a todos con el culo torcido con su rompedor diseño inconfundiblemente italiano. De aquella joya con piezas de magnesio (como las llantas o el basculante), fibra de carbono (la carrocería) y materiales de primera línea de Showa y Nissin surgió una belleza inigualable que llega hasta nuestros días con unos cambios mínimos.
La esencia de su escape original con cuatro flautas por debajo del colín se ha mantenido intacta en la serie F4 con las tetracilíndricas de litro que llegan a la actualidad, aunque con modificaciones para darle un aspecto más moderno. Las salidas redondas han dejado paso a cuatro salidas cuadradas, pero igualmente bellas y atractivas.
Si no has tenido ocasión de escucharla en vivo te sugiero que te eches un amigo que tenga una, para que puedas escuchar cómo suena el órgano eclesiástico del mundo de las dos ruedas.
Honda CBR600RR y CBR1000RR Fireblade
Siguiendo la línea marcada en MotoGP, la Honda CBR600RR de 2003 nació a imagen y semejanza de la Honda RC211V que Valentino Rossi hizo Campeona del Mundo en 2001. La búsqueda por una mayor efectividad aerodinámica convirtió las líneas suaves y redondeadas de la carrocería de la CBR en estrechas y afiladas con las que cortar el viento.
Para que el escape no generase turbulencias lo integraron dentro del colín y oculto por el paso de rueda trasero. El resultado fue una moto de calle que nos enloqueció a todos los aficionados por su agresivo diseño, su similitud con la moto de carreras y por un ronroneo encantador.
La Honda CBR1000RR Fireblade también adoptó la misma línea poco después (a ojos inexpertos eran difíciles de diferenciar) convirtiendo a la Superbike de la marca del ala dorada en una moto aún más efectiva en circuito y con la que James Toseland se llevó el Campeonato del Mundo de Superbikes en 2007.
Suzuki B-King
A principios del siglo XXI un prototipo de Suzuki se paseó por varios salones. La expectación que levantó fue directamente proporcional al tamaño de los escapes que gastaba y, sí, finalmente aquella desproporción absoluta llegó a la calle en forma civilizada con la Suzuki GSR 600. Un año después, viendo la buena acogida de la 600, en Hammamatsu decidieron que por fin llevarían a la producción la Suzuki B-King en 2007, la versión naked de la ultraconocida Hayabusa.
Estéticamente tenían similitudes, pero la B-King era un bicho muy serio. El motor de 1.340 centímetros cúbicos y 160 caballos de potencia máxima respiraba a través de dos escapes que no estaban bajo el colín, salían despedidos de él en forma de dos megáfonos romboidales que llegaban a ser casi tan anchos como el propio depósito de la moto. ¡Enormes!
Suzuki TL-1000R
Superbikes era un campeonato menor, pero a las marcas siempre les ha interesado buscar el éxito entre la competición de motos derivadas de la serie para lograr un mayor calado comercial entre los aficionados. Lo mismo ocurrió en Estados Unidos, foco donde Suzuki trató de ganarse al público con un concepto distinto hasta ahora en la marca japonesa.
En 1998 se atrevieron a encerrar el fantástico motor de la Suzuki SV1000 en el envoltorio de una moto deportiva similar a las GSX-R de la época. El resultado fue la Suzuki TL1000-R una bicilíndrica con la que correr el AMA Superbike con el reglamento que permitía a las motos bicilíndricas cubicar más que las cuatro cilindros.
El motor V-twin de 996 centrímetros cúbicos se apretó hasta los 135 caballos sujeto por un masivo chasis de doble viga de aluminio con un basculante con refuerzos inferiores, horquilla invertida, inyección electrónica... Lo intentaron, pero la moto no logró los resultados esperados, ni deportivos ni comerciales. Era una moto preciosa (a mi parecer) con un sonido muy bestia a través de esos escapes redondos por arriba, pero era gastona, lenta, pesada y algo cabezona en comparación a sus competidoras.
Triumph Sprint
A Triumph siempre le ha gustado presumir. Si tienes un motor de tres cilindros magnífico con el que propulsar una sport-turismo de aspecto moderno, ¿por qué no vas a llevar el número tres al resto del diseño de la moto? Un poco como lo de MV Agusta que veíamos antes.
Aquella rutera insaciable de 1998 tenía un aspecto muy chulo, incluso hoy me sigue pareciendo una moto moderna con ese frontal tan particular y el faro también triple (igual que los relojes), pero lo más guapo de aquella moto era la salida de escape triple por el colín, muy elevada, apuntando al cielo y dejando ver el protector térmico sin pudor.
KTM Duke I
Hace ya 22 años, en 1994, KTM ya andaba haciendo de las suyas con los conceptos raros de motos y de la mano del estudio Kiska se sacaron de la manga una cosa rara que se llamana KTM Duke, en honor a Geoff Duke y propulsada por un motor monocilíndrico de 398 cc y otro de 609. Así nacieron las KTM Duke 400 y Duke 620.
Aquella primera versión de las Duke con el motor LC4 de un solo cilindro fue lo más cerca que ha estado nunca una moto de enduro de una naked. Desde entonces con el paso del tiempo y la llegada de la KTM Duke II, también con los escapes por arriba, el concepto se ha ido alejando del mundo trail para especializarse en el asfalto.
La familia Duke se ha ido extendiendo, con cilindradas pequeñas desde 125 y hasta la gran Super Duke R que aseguran su continuidad, pero la popular naked media monocilíndrica tiene los días contados con la llegada del nuevo propulsor LC8c que montará la Duke 790, aunque igual por el camino recuperamos el escape por el colín, ¿no?
Yamaha MT-01
A Yamaha de vez en cuando también se le va la olla, y nos encanta. El ejemplo más claro de todos es cuando decidieron crear una gigantesca naked a partir del motor bicilíndrico en uve de 1.670 centíemtros cúbicos que movía la cruiser Warrior XV1700. La Yamaha MT-01 era una muscle bike enorme, con un diseño que se salía de lo normal incluso en 2005, antes de que llegase la crisis.
Con el motor de la XV1700 y piezas de R1, el resultado era espectacular. El diseño de todo el modelo giraba en torno al propulsor con esos perolos gigantescos de los que salían unos enormes colectores y cuyo final se encontraba muy alto, en los laterales del asiento con dos grandes salidas circulares.
Puede que no fuera especialmente rápida (llegaba por los pelos a los 90 cv), ni ligera (245 kg en seco, 265 kg en orden de marcha), ni tuviera una autonomía generosa (sólo 15 litros de depósito y mucha sed) pero su par motor de 150,3 Nm era muy bestia y su diseño con esos cañones impresionaba.