Esta moto hecha a retales salvó a Ducati de la bancarrota hace más de 50 años. Ahora se vende por un pastizal

Ducati 750 Imola Desmo de 1972. Suena imponente; lo es. Puede parecer un amasijo de hierros del siglo pasado, pero lo cierto es que esta moto no solo vale un pastizal en pleno 2024, sino que también tiene mucha historia detrás.

Con motivo de la subasta de este modelo tenemos la oportunidad de conocer una de las motos más especiales de la historia. Un dato: solo se han construido ocho de éstas Ducati, han sobrevivido siete y una de ellas está a la venta. Esta.

La Ducati 750 Imola Desmo protagonizó el adelantamiento a MV Agusta como fabricante

Dicen a puerta cerrada que si Ducati sigue viva es por esta moto, y eso son palabras mayores. Si por algo se conoce a la 750 Imola Desmo es por la victoria que le dio nombre a la moto: cuando Paul Smart y Bruno Spaggiari ganaron a MV Agusta en las “200 Miglia di Imola” en 1972, recordada como una de las carreras más espectaculares de la historia.

Esa victoria cambió la historia de Ducati para siempre. Aquel entonces Smart y Spaghiari cruzaron la linea de meta uno al lado del otro, 1º y 2º, y aquello se recuerda con mucha épica en la historia de las dos ruedas.

Pero aquella victoria traía algo más bajo el brazo: marcó el enfoque futuro de Ducati hacia las carreras, que se centró casi exclusivamente en vehículos derivados de series de producción de carretera.

Pero vayamos atrás en el tiempo. Las 200 millas llegaron a Italia en el '72, y Borgo Panigale se metió de lleno en ellas, preparando ocho motos, una de ellas, esta. Contrataron a cuatro pilotos; uno de ellos un inexperto Smart al que le prometieron pagar el viaje, los gastos y regalarle la moto si ganaba.

Nada más llegar a las pruebas aquella moto creada del mítico Fabio Taglioni no le pareció buena. Nació de la 750 GT presentada en el EICMA: tenía un motor bicilíndrico en L a 90ª con distribución desmodrómica. Pero nada comparable a las tetras japonesas o a la MV Agusta de Agostini. Pero un par de ajustes después, rompió el récord del trazado.

Precisamente el abandono de Agostini dejó a las dos Ducati liderando, y ganando al final. Aquello supuso una nueva era de los italianos, que lograron el 'sorpasso' a MV en las grandes cilindradas. Gracias a esa moto empezaron a competir y a ganar, y ganar, y ganar... Y empezaron a revivir y crear motos más grandes y potentes. Aquella moto fue el germen.

El modelo que se vende ahora no fue uno de esos que corrió en Imola, pero sí en el TT de Sudáfrica en 1973. Tres años después acabo en manos de un importador de Ducati en Johannesburgo, que la vendió a John D'Oliveira, quien la exportó a Estados Unidos en 1995 y quiere venderla casi 30 años después. El precio de partida está en 650.000 dólares, y calculan que se venderá entre ese precio y los 750.000. La buena historia se paga cara.

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