Como ya os avanzamos la semana pasada, toca probar el protector cervical Neck Brace 250 de la marca Scott. Sin duda alguna, un elemento de seguridad que deberíamos incorporar a nuestro equipo casi de manera obligatoria, ya que cualquier lesión en el cuello suele traer consecuencias muy graves. Precisamente lo que se pretende con el diseño de los Neck Brace es tener una protección específica para reducir las posibles lesiones en la zona cervical.
Pero claro, también se busca al mismo tiempo que el Neck Brace sea confortable y cómodo de usar, dejando una buena amplitud de movimientos para la cabeza y hombros que para algunas disciplinas son fundamentales. El sistema, basa su principio de funcionamiento, en crear puntos alternativos de descarga de impactos o esfuerzos en la zona cervical. Estos puntos alternativos se reparten entre espalda, hombros y pecho. Así surgen las leyendas urbanas, de que si alguien se cae con este tipo de protecciones tiene muchas probabilidades de romperse una clavícula.
Nada más que nos llegó el Neck Brace 250 de Scott lo primero que nos gustó junto a la magnífica presentación del producto en su caja, es esta pegatina que podéis ver en la foto y que nos indica que una parte de los 289 Euros que cuesta, son donados a la fundación Wings for life que apoya y financia los proyectos de investigación más prometedores del mundo, destinados a la curación de la médula espinal lesionada. Daos cuenta que hay más de tres millones de personas en el mundo con una lesión en la médula espinal. Pero vamos al Neck Brace 250 que ya hablaremos de Wings for live en otro post.
Aunque al abrir la caja puede resultar apabullante la cantidad de piezas que vienen junto con el Neck Brace 250 no tenemos por qué asustarnos. La mayoría de ellas son simplemente para ajustar el protector de la manera más eficiente, cómoda y efectiva a nuestro cuerpo y una vez ajustado a nuestra constitución nos sobrarán todas esas piezas. Os recomiendo tomaros con calma y sin prisa ninguna esta operación de montaje y adaptación. No porque sea complicado, sino porque de ello dependerá luego vuestra comodidad en ruta.
Los movimientos capaces de provocar una lesión y que se tratan de evitar con la protección del Neck Brace son:
Hiperflexión: Movimiento extremo de la cabeza hacia delante.
Hiperextensión: Movimiento extremo de la cabeza hacia atrás.
Hiperflexión lateral: Movimiento lateral extremo de la cabeza.
Carga axial: Compresión de la columna vertebral debido al efecto de una fuerza ejercida en el casco.
Hipertraslación posterior: Cuando la cabeza es forzada hacia atrás contra el cuello.
Como podéis ver en las fotos el protector cumple su función no permitiendo que este tipo de movimientos se produzcan en toda su extensión. De esta manera en caso de accidente estos movimientos bruscos e incontrolados se verán limitados.
Scott ha buscado que su Neck Brace sea compatible con la equipación habitual de la moto. Y como pudimos comprobar con el mono de cuero normal no hay ningún tipo de problema. Otra cosa será si vuestro mono tiene joroba aerodinámica. También con la cazadora de carretera, al ser esta bastante amplia, no tuve ningún problema en abrocharla del todo. Pero eso sí, olvidaos de toda estética. Ya que con ella abrochada la chepa que oculta, parece del auténtico jorobado de Notre Dame. Sin embargo con la cazadora de enduro que me queda mucho más estrecha, me fue imposible abrochar el último botón del cuello. De todas maneras, existen cazadoras de todo tipo especiales para poder llevar el protector cervical con toda comodidad.
Lo que me sorprendió gratamente es la perfección con la que encajaba en mi peto de cross, haciendo que pareciera una sola pieza. Pero ya mañana veremos lo cómodo que es este protector cervical y podremos testear su funcionamiento con una de nuestras disparatadas pruebas con la que comprenderéis la foto de portada.
En Motorpasión Moto | Probamos el Neck Brace 250, directos al barranco. Parte 2.