Ya había ganas. Llevábamos tiempo esperando y por fin el Kymco AK 550 ha caído en nuestras manos para realizarle una prueba a fondo. Se trata del mayor rival que puede haberle salido al Yamaha T-Max en toda su historia, pero no por ser el último en llegar es peor.
El AK 550 es diferente (pese a encontrarnos ciertos paralelismos) en todos los aspectos. Una apuesta propia y arriesgada que llega al mercado como una alternativa muy interesante, además de incorporar lo último en tecnología y un comportamiento que sorprende por un precio bastante razonable.
Kymco AK 550, más allá del confort
No podemos negar a la firma taiwanesa que saben hacer scooter, no en vano son el primer fabricante de este tipo de motocicletas a nivel mundial. Su apuesta suele centrarse en productos interesantes en una gama de precios medios/bajos con los que acaparar un buen volumen de ventas, así que la jugada de atacar el segmento de los scooter de gran cilindrada y corte deportivo ha sido para salirse de su zona de confort.
Aquí el Yamaha T-Max juega en casa. El scooter japonés es el referente máximo en el mercado; por ventas y por calado entre todos aquellos que te responden su nombre cuando juntas en la misma frase las palabras scooter y deportivo. Precisamente para este año el T-Max se ha renovado, precisamente el año en el que más falta le hacía puesto que desde Kymco han presentado el rival más duro al que nunca se ha tenido que enfrentar.
Y es que salta a la vista desde que te plantas delante del AK 550 por primera vez de que la competencia va a ser feroz. Estéticamente el Kymco ha dado un paso de gigante en cuanto a diseño, se ha despojado de los estilos asiáticos para adentrarse en un concepto mucho más occidentalizado, moderno y realmente agresivo.
Los ángulos pueblan cada rincón de la carrocería de este scooter, una motocicleta que da una primera impresión de estar enfadado, porque no ha venido a hacer amigos. Su mirada es amenazadora con un faro doble escoltado por grandes luces de posición LED e intermitentes integrados, también LED.
Por detrás el faro posterior es puntiagudo y totalmente formado por LED. Entre medias encontramos una carrocería repleta de aristas que sacan músculo y crean un conjunto bien cohesionado. La cúpula es muy alta y regulable en dos alturas pero hace falta herramienta para el cambio.
Un scooter bipolar para ir al trabajo y mucho más
Como el AK ha querido ser un referente de modernidad, se incorpora un sistema de arranque sin llave. Sólo acercamos el mando y la ruleta de contacto se activa. Desde ella podremos activar los sistemas de esta nave espacial con ruedas, abrir el cofre y el tapón de llenado de gasolina.
Elegimos la primera opción y ponemos el contacto, y ante nosotros se ilumina un enorme cuadro de mandos totalmente digital. A los lados dos pantallas con gráficos de gran tamaño y una estética quizá un poco años 90. A la izquierda tenemos las revoluciones y el ordenador de abordo con doble parcial, total y sensor de presión de neumáticos. A la derecha el velocímetro, indicador de temperatura y el nivel del depósito de combustible.
Entre medias se encuentra la pantalla circular del Noodoe, una TFT a color a través de la que podremos acceder mediante conexión Bluetooth con nuestro smartphone a las opciones de personalización disponibles en la app de Kymco. Unas opciones que en un principio se nos antojaron un tanto limitadas, con un reloj, una brújula que indica nuestra posición y la de puntos de interés, un velocímetro o la predicción del tiempo.
Nos subimos al AK 550, quitamos el caballete lateral y arrancamos el motor. El bicilíndrico en paralelo de 550 centímetros cúbicos nos saluda con un ronquido contundente, desconocido hasta ahora en Kymco. Mientras notamos sus pulsaciones nos vamos familiarizando con los mandos y la postura de conducción, pero mejor nos ponemos en marcha.
La postura es muy relajada y el asiento es enorme. Puedes sentarte más adelante, más atrás y con tres alturas distintas para el refuerzo lumbar. Las manos quedan en una postura cómoda, muy natural gracias a su manillar ancho y los pies podemos llevarlos contra la parte delantera de las plataformas con las piernas estiradas o en plano.
Los primeros metros se realizan con una naturalidad pasmosa. Si bien es cierto que en parado manejar sus 230 kg puede hacerse complicado para los menos mañosos, en cuanto nos ponemos en movimiento su acertado reparto de pesos y bajo centro de gravedad hacen buena parte del trabajo.
Sobre el acelerador hay que tener un poco de ojo pues es bastante contundente, lo que por otro lado es de agradecer. El motor ofrece casi 54 caballos y 55 Nm de par motor más que suficientes para regalar aceleraciones meteóricas (en términos urbanos) desde parado y sobradas en carretera abierta. No se han andado con tonterías y se postula como el scooter más potente (con permiso del BMW C 650 Sport, con mucha más cilindrada) en un claro guiño hacia Japón.
El AK 550 es un tanto bipolar. Una dualidad de comportamiento que nos ha resultado realmente gratificante. Entre semáforos te puede deleitar con una gran dulzura y un comportamiento suave al mismo tiempo que cuando abres gas a fondo se te dispara la adrenalina, y es que cuando este Kymco estira, lo hace con muchas ganas.
Para aplacar un motor que da mucho juego, la marca asiática ha hecho un gran trabajo de puesta a punto. El bastidor de doble viga de aluminio junto con unas suspensiones de calidad son capaces de aguantarse realmente bien en curvas, ofreciendo una gran dosis de estabilidad.
Mientras que en el tren delantero encontramos una horquilla invertida con barras de 41 mm con un buen tarado, firme y nada blando, en el tren posterior se ha optado por una solución interesante que va más allá de un simple monoamortiguador. Un tanto seco de reacciones, por cierto.
Kymco se enorgullece de poseer el único motor estanco equipado en un scooter. Es decir, el bloque del motor se ha separado del basculante trasero como ocurre en una moto convencional, y en el eje del basculante se ha colocado de forma concéntrica el piñón de la correa dentada para minimizar las reacciones del puño derecho sobre el tren trasero.
El resultado es una respuesta neutra y confiable que se acompaña con un apartado de frenos que equipa un doble disco delantero de 270 mm con pinzas Brembo monobloque de anclaje radial y un disco trasero de 260 mm, ambos a la orden del ABS Bosch 9.1 que funciona de maravilla. Su tacto es contundente y realmente efectivo, quizá uno de los puntos que más nos gustó de este scooter.
Además, el AK 550 incorpora dos modos de conducción diferentes. Los seleccionaremos desde la piña izquierda y además de en la iluminación del cuadro que cambia de color entre azul y amarillo, el motor nos ofrecerá una potencia recortada en 10 caballos de cara a conducción sobre superficies deslizantes. Aunque no hace mucha falta, este modelo no incorpora control de tracción como sí hacen otros de la competencia.
Una opción interesante acorde con un precio ajustado en relación a la competencia
A nivel de habitabilidad nos gustó especialmente que ambas manetas fueran regulables, los puños calefactables con tres niveles de serie, el freno de estacionamiento y lo intuitiva y divertida que resulta la conducción, además del esfuerzo de Kymco por cuidar el diseño de su nuevo buque insignia. Los retrovisores por ejemplo están muy adelantados y anclados sobre el frontal en lugar de ir al manillar para dejar una línea más limpia.
Las dos guanteras en los laterales del escudo no tienen cerradura, su apertura es simplemente pulsando un botón que se encuentra sobre ellas. En su interior hay espacio y conexión para cargar el smartphone, pero su hueco es profundo y un tanto angosto, cuesta coger unas llaves que estén en el fondo o encontrar la postura correcta para el teléfono y poder cerrar el compartimento.
Bajo el asiento, que se abre a contramarcha y asistido por un amortiguador, hay sitio sólo para un casco integral y algo más como una mochila o una chaqueta. Cuenta con luz de cortesía LED y está todo enmoquetado, pero no habría venido mal un poco más de espacio para poder guardar dos integrales.
Sobre el asiento, el pasajero también ocupa un lugar privilegiado con mucho mullido y dos asas generosas bien integradas en el diseño. En cuando al consumo, como de costumbre, se supera lo declarado y haciendo un uso intensivo se vuelve un poco sediento, pero sin estridencias.
Sí es cierto que aunque en general el paso al frente ha sido considerable, las terminaciones no acaban de ser tan buenas como en la competencia. Esto lo notamos en la ruleta del contacto o en las tapas de las guanteras, por ejemplo. Son las consideraciones estéticas en las que Kymco ha preferido ahorrar y ofrecer una mecánica realmente solvente y un comportamiento que sorprende gratamente.
Y es que en algún sitio tenía que notarse que el AK 550 es una alternativa distinta. Distinta y atractiva especialmente si tenemos en cuenta que su precio es sensiblemente inferior del rival al que quiere desbancar. Cuesta 9.949 euros, casi 2.500 euros menos que el T-Max básico (12.299 euros) y notablemente más barato que el BMW que parte de los 11.650 euros. Ambos menos equipados de partida que el Kymco y además de llevarte junto con el AK 550 un año de seguro a todo riesgo y financiación al 0%.
En definitiva, Kymco lo ha hecho muy bien trasladando todo su conocimiento a un segmento en el que prácticamente sólo había una opción y presentando una alternativa razonable y asequible que no renuncia a una parte dinámica generosa en cuanto a sensaciones. Buen trabajo, Kymco.
Kymco AK 550 - Valoración
7.5
A favor
- Buenas prestaciones
- Comportamiento dinámico
- Precio sin competencia
- Diseño acertado
En contra
- Algunos acabados
- Ausencia de control de tracción
- Regulación manual de la pantalla
- Sólo un integral bajo el asiento
Kymco AK 550 - Ficha Técnica
Motor | Tipo de motor | Bicilíndrico, 4 tiempos | Cilindrada | 550 cc | Potencia | 53,7 cv a 7.500 rpm | Diámetro x carrera | 69 x 73,6 mm | Ratio compresión | 11:1 | Arrancador | Eléctrico | Transmisión | CVT | Sistema de alimentación | Inyección electrónica | Distribución | DOHC, 4 válvulas por cilindro | Lubricación | Cárter seco | Refrigeración | Líquida | Embrague | Multídisco bañado en aceite | Encendido | Electrónico gestionado por ECU | Chasis | Tipo | Doble viga de aluminio | Suspensión delantera | Horquilla invertida 41 mm, 120 mm de recorrido | Suspensión trasera | Brazo horizontal | Freno delantero | Doble disco flotante de 270 mm y pinzas radiales monoblock Brembo. ABS Bosh 9.1 | Freno trasero | Disco de freno de 260 mm. ABS Bosh 9.1 | Neumático delantero | 120/70-R15 Metzeler | Neumático trasero | 160/60-R15 Metzeler | Dimensiones y pesos | Avance | 107,6 mm | Longitud | 2.220 mm | Distancia entre ejes | 1.580 mm | Anchura | 795 mm | Altura del asiento | 785 mm | Capacidad depósito | 15 litros | Peso en orden de marcha | 230 kg |
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El servicio de fotografía ha corrido a cargo de Guillermo Cruzado. El equipamiento utilizado durante la prueba ha sido: Casco X-Lite X-802R, botas Icon El Bajo, guantes Icon Retrograde, sobrecamisa Rev'It Tracer, pantalones Knox Richmond y camiseta interior térmica Knox Jacob Sport.