Para muchos moteros, montar en moto significa disfrutar de interminables carreteras tras el enorme manillar de una moto baja, larga y cómoda. El espíritu de Harley-Davidson es para un gran número de motoristas el verdadero placer de la conducción sobre dos ruedas y nacidas de las grandes rectas americanas llegan a Europa las Harley-Davidson Street Glide y Road Glide.
Parecen motos similares, y lo son, pero tienen diferencias que las dotan de una personalidad propia y bien delimitada. Hemos podido probar estos dos icónicos modelos nacidos bajo la bandera de las barras y estrellas, un estilo de conducción que poco tiene que ver con el frenetismo que en ocasiones busca el mercado de forma artificial.
Esta prueba ha tenido lugar dentro del evento 'Ride, Ride, Slide', un programa de tres días en el que hemos descubierto las espectaculares carreteras de Croacia y en el que la primera jornada consistió en hartarnos de conducir los modelos Touring por las montañas cercanas a la Costa Dálmata.
Como su nombre indica, el primer día tocaba just ride, simplemente conducir. Pocas motos son capaces de poner sobre la mesa un conjunto capaz de obligar al motorista a disfrutar del paisaje como lo hacen los modelos más ruteros de la casa de Milwaukee.
Harley-Davidson Street Glide y Road Glide: parecidas, pero no iguales
Tanto las Harley-Davidson Street Glide como las Harley-Davidson Road Glide comparten buena parte de su filosofía. Ni son motos diferentes ni son la misma. Cada una tiene un estilo diferenciado aunque la mecánica y la parte ciclo son idénticas en ambos casos. Su rollo bagger con maletas rígidas integradas en la carrocería es pura actitud yankee.
La Street Glide recurre a un gran carenado frontal Bat Wing que cubre totalmente la parte delantera. Para la Road Glide el estilo es menos retro, con una delantera Sharknose con un doble faro cortado y biselado. Ambos son sumamente amplios, pero el de la Road Glide gana un punto en cuanto a protección aerodinámica con unas dimensiones XXL.
Ambas tienen un chasis de acero central largo y bajo sobre el que se ancla un motor Milwaukee Eight 107 de 1.745 centrímetros cúbicos. Configurado como un bicilíndrico en uve a 45º ofrece 150 Nm de par motor para tener empuje disponible en el puño derecho SIEMPRE.
Al arrancar este enorme motor notamos las pulsaciones del bi cuando comienza a moverse, pero una vez cobra vida su funcionamiento es mucho más redondeado que lo que nos esperaríamos de una Harley-Davidson de hace algunos años. Su ralentí es homogéneo en parado y en marcha no hay tosquedad por mucho que le dejemos caer de revoluciones. Sólo a altas vueltas encontraremos alguna vibración, pero nada exagerado.
La postura es extremadamente relajada. El manillar cae hacia atrás para permitir que la espalda se mantenga erguida al tiempo que los pies quedan adelantados sobre las plataformas delanteras. A los mandos de los pedales hay que hacerse. El freno trasero tiene un tamaño gigantesco y el pedal del cambio es de tipo puta-tacón, pudiendo usar la parte delantera para subir y bajar marchas o el delantero para bajar y pisar el trasero para subir.
Con semejante artillería de casi dos litros entre las piernas estas grandes motos americanas pueden funcionar casi como un scooter. La tercera y cuarta velocidad son eternas, perfectas para rutear sin complicaciones por cualquier carretera convencional. En vías rápidas una sexta overdrive permite rodar a bajas revoluciones para bajar el consumo pero manteniendo una patada de par grotesca. La aceleración de estas máquinas puede llegar a sorprender abriendo gas a fondo.
A nivel de parte ciclo estamos hablando de dos motos que superan de largo los 300 kg. En la Street Glide el peso en seco es de 361 kg mientras que en la Road Glide se eleva hasta 372 kg. Sobre el papel nos auguraría un comportamiento perezoso, torpe y difícil de gobernar, más aún con una distancia entre ejes de 1.625 mm, pero la realidad es que no es así.
Su asiento situado a 695 mm del suelo nos permite llegar con extrema facilidad con los dos pies a tierra, además el manillar ancho y el conjunto con una altura ridícula (a excepción del carenado frontal) mantienen el centro de gravedad bajo y se convierten en motos relativamente fáciles de mover.
No podemos esperar una agilidad felina, pero no son motos pensadas para ello. Se comportan de forma noble, predecible y son suficientemente ágiles para seguir disfrutando aunque las carreteras se retuerzan como serpientes. Donde sí habrá que anticipar un poco la maniobra es en fases de frenada, y es que los kilos acaban pasando factura. La física no perdona.
A nivel dinámico y pese a la diferencia de peso entre una y otra, no hay cambios notables en el comportamiento. Sí es verdad que la Road Glide ancla su carenado al chasis directamente en lugar de a la dirección, aparentando ser incluso un poco más ágil pese a pesar un poco más. También es cierto que en motos de más de 350 kg, 10 kg más o menos tampoco se notan demasiado.
Tecnología del siglo XXI para disfrutar de la carretera
La tecnología ha llegado también a una firma tradicional como es Harley-Davidson, pero maximizando el placer de conducir. El control de velocidad electrónico se acciona desde la piña izquierda con el pulgar de forma rápida y sencilla, pero no queda sólo ahí. Nada más subirnos a la moto encontramos un cambio sustancial gracias al arranque sin llave.
Nada más ponernos a los mandos de las Road Glide y Street Glide, ambas nos reciben con un gran cuadro de mandos ubicado tras sus carenados. Allí encontramos en el centro una pantalla táctil de 6,5 pulgadas a través de la que podremos beneficiarnos de las bondades del siglo XXI, con navegación GPS, radio, conectividad Bluetooth y USB o equipo de sonido Boom! Box con una calidad sobresaliente.
Para manejar las funciones del sistema de infoentretenimiento podremos hacerlo desde la propia pantalla (a poder ser en parado) o mediante otro conmutador en la piña izquierda. Su funcionamiento no es muy intuitivo al principio pero luego se convierte en un coser y cantar.
Otro tema es el de la disposición de los mandos y su ubicación, que si no estás acostumbrado a los tamaños H-D puede resultar chocante. Con unos botones tan grandes cuesta alcanzar el que queremos sin soltar la mano del manillar en ocasiones, sobre todo para los que somos de mano pequeña.
El espíritu rutero de Harley-Davidson
Como es de esperar, todo esto tiene un precio. La tradición, el acero americano y la calidad de estos productos situados en la zona más premium del mundo custom se traducen en un coste de adquisición no al alcance de cualquiera. La Street Glide cuesta 29.100 euros, y 400 más, 29.500 euros la Road Glide, aunque estos son los precios iniciales porque a partir de ahí las opciones de color encarecen el precio así como las versiones Special de ambas.
Las dos son motos muy especiales, conciben el turismo de una forma muy popular en Estados Unidos y que en Europa no ha calado tanto, pero también tiene sus adeptos. A quien busque este tipo de moto es difícil ofrecerle comparaciones más allá de sus compatriotas Indian, por lo que el debate entre éstas y las motos europeas o asiáticas es estéril.
Harley-Davidson siempre ha encarnado el espíritu de la libertad, y las Street Glide y Road Glide son grandes herramientas para limitarte a montar en moto, viajar y dejar al margen cualquier consideración que no sea la de zambullirte en la carretera acompañado de tu música favorita y dejar que pasen los kilómetros.
Harley-Davidson Street Glide y Road Glide 2018 - Valoración
7.0
A favor
- Motor refinado
- Estética genuina
- Comodidad
- Sistema de infoentretenimiento
En contra
- Cambio algo duro
- Precio elevado
- Consumo
- Peso elevado
Harley-Davidson Street Glide y Road Glide 2018 - Ficha técnica
Motor | Street Glide | Road Glide | |
---|---|---|---|
Tipo | Bicilíndrico en uve refrigerado por aire/aceite | Bicilíndrico en uve refrigerado por aire/aceite | |
Diámetro x carrera | 100x111,1 mm | 100x111,1 mm | |
Cilindrada | 1.745 cc | 1.745 cc | |
Par máximo | 150 Nm a 3.250 rpm | 150 Nm a 3.250 rpm | |
Compresión | 10,0:1 | 10,0:1 | |
Control de la mezcla y gestión del motor | Inyección electrónica | Inyección electrónica | |
Caja de cambios | Caja de cambios de seis velocidades | Caja de cambios de seis velocidades | |
Transmisión secundaria | Correa dentada | Correa dentada | |
Parte ciclo | |||
Chasis | Bastidor de acero | Bastidor de acero | |
Suspensión delantera | Horquilla telescópica convencional | Horquilla telescópica convencional | |
Suspensión trasera | Doble amortiguador | Doble amortiguador | |
Llanta delantera | De fundición de aluminio | De fundición de aluminio | |
Llanta trasera | De fundición de aluminio | De fundición de aluminio | |
Neumático delantero | 130/70-18 | 130/70-18 | |
Neumático trasero | 180/65-16 | 180/65-16 | |
Freno delantero | Doble disco con pinzas de cuatro pistones | Doble disco con pinzas de cuatro pistones | |
Freno trasero | Disco simple con pinza de cuatro pistones | Disco simple con pinza de cuatro pistones | |
Dimensiones y pesos | |||
Longitud | 2.450 mm | 2.450 mm | |
Altura del asiento | 695 mm | 695 mm | |
Distancia entre ejes | 1.625 mm | 1.625 mm | |
Avance | 170 mm | 170 mm | |
Ángulo de la dirección | 26° | 26° | |
Depósito | 22,7 litros | 22,7 litros | |
Peso con el depósito lleno | 361 kg | 372 kg | |
Precio | Desde 29.100 euros | Desde 29.500 euros |
Los gastos para acudir a la presentación de la Harley-Davidson Street Glide y Road Glide han sido asumidos por Harley-Davidson. Para más información, consulte nuestra política de relaciones con empresas. El equipamiento utilizado durante la prueba ha sido: Casco X-Lite X820R, botas Icon El Bajo, guantes Icon Retrograde, pantalones Knox Richmond y camiseta interior térmica Tucano Urbano Igloo.