Nos ponemos en situación. Categoría de Superstock 600 del Campeonato Italiano de Velocidad, CIV para los amigos. Nos encontramos en el circuito de Mugello, donde se celebra este fin de semana el Gran Premio de Italia de MotoGP. Riccardo Russo, un habitual entre los puestos de cabeza, lidera la prueba por delante de sus más inmediatos contrincantes.
Russo exprime el puño derecho de su Yamaha R6 a lo largo de la extensa recta del circuito italiano pasando por meta con varios metros de ventaja sobre el segundo clasificado. ¡Victoria!, piensa Riccardo. Pero algo va mal, no parece que el resto de competidores estén contentos con su resultado, ¿por qué todo el mundo sigue dando gas? ¿por qué nadie me felicita por la victoria?
Parece que alguien escuchó la historia de Ángel Nieto, aquel GP en Silverstone de 1982, cuando Ricardo Tormo el 12+1 veces campeón del mundo pasaron en paralelo por meta sin ganador claro. Ángel, tirando de picardía, celebró la victoria influyendo en la decisión final que le dio el primer puesto. Pero, compañero, ¡hay que ser un poco más sutil! aunque de los errores se aprende, y sino que se lo digan a Julián Simón.
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