Ahora que la crisis aprieta hay muchos vehículos en general y motos en particular, que se dejan abandonadas a su suerte. No se utilizan en espera de tiempos mejores, para poder disfrutar de ellos. Incluso cuando sus propietarios cansados de ver que en el garaje lo único que hacen es ocupar sitio y coger polvo se deciden a venderlas, muchos ponen como reclamo para la venta alguna frase alusiva a estos largos periodos de inactividad.
Y las motos como cualquier otro tipo de vehículo tienden a estropearse por estar paradas sin darles uso alguno. Por eso “el chollo” no se encuentra tanto en comprar una moto con muy pocos kilómetros sino que además esos pocos kilómetros que se hayan realizado de manera frecuente. Sin largos periodos de inactividad. Pero mejor veamos alguna de estas averías frecuentes.
Evidentemente, hay muchas piezas de tu moto que necesitan funcionar de manera regular para no estropearse. Aunque no necesites mover tu moto es conveniente que la pongas en marcha y actives sus distintos componentes para que no se estropeen. Así nos garantizamos que, cuando por fin podamos salir a dar un paseo, todo esté en buen estado. Aquí os dejo un listado de algunos elementos de los que más sufren al estar parados.
La batería
Todos los que no usamos nuestras motos tanto como quisiéramos, sabemos la importancia de tener en nuestro garaje alguno aparato de los que se conocen como “mantenedores de batería”. Sin duda la batería es uno de los elementos que primero sufre en la parada prolongada de una moto. Además si esta se queda sin carga durante mucho tiempo puede que sea irrecuperable o quede “tocada”. Por eso debemos siempre desconectarla si no vamos a usar la moto por un largo periodo, pero además hay que acordarse de darle un carga de vez en cuando, para que siga funcionando correctamente.
La transmisión
Parece que el conjunto de cadena, piñón y corona si no se mueve no debería sufrir ni averiarse. Pero esto no es así, ya que siempre uno de sus elementos, la cadena, tiende a oxidarse y bloquearse por muy bien guardada que dejemos la moto. La solución es sencilla. Deja engrasada la cadena de una manera generosa y como lo ideal es dejar la moto en el caballete central, si pasas cerca de tu moto dale un ”toque” a la rueda trasera para que gire aunque solo sea media vuelta. Con ello lograremos que el conjunto no se bloquee por estar estático en el mismo sitio.
El motor
Al igual que la transmisión podemos pensar que un motor no se desgasta si no lo ponemos en marcha. Pero la realidad es que los propulsores necesitan funcionar con cierta periodicidad para no estropearse. Normalmente una moto que lleva parada mucho tiempo acaba arrancando con un poco de gasolina limpia y unas pinzas de arranque. Pero antes hay que realizar una serie de comprobaciones. Si estamos hablando de un motor de cuatro tiempos, al no girar el motor, el aceite se escurre hacia el cárter, dejando las paredes de los cilindros y los segmentos de los pistones completamente secos. Así, se genera óxido en el cilindro y los aros de los pistones se pueden quedar pegados.
Por eso antes de intentar arrancar la moto hay que lubricar de alguna manera el cilindro y pistón. Por lo que lo recomendable sería que por el mismo agujero de la bujía se echara un poco de aceite para motores de dos tiempos y así procurar girar a mano el motor para que el pistón suba y baje. Todos estos pasos nos los ahorraríamos con arrancar unos cinco minutos la moto una vez al mes.
Los neumáticos
Si vas a tener tu moto parada durante una larga temporada, lo ideal es que liberes el peso de la moto poniéndola en el caballete central para que no se deformen los neumáticos. Si no es posible, lo mejor es que hinches las ruedas con 1 bar más de presión que la recomendada por el fabricante. Así, la cubierta no queda tan plana apoyada en el suelo y no se deforma tanto. Pero también presta mucha atención a su aspecto exterior que esté libre de grietas en sus flancos, ya que los neumáticos también caducan y el paso del tiempo sin rodarlos acentúa la pérdida de sus propiedades.
Los líquidos
No olvidemos que todos los líquidos que forman parte de nuestras motos, perderán propiedades con el trascurso del tiempo e incluso provocarán averías. Por ejemplo la mayoría de la gente no sabe que el líquido de frenos hay que cambiarlo cada dos años, hagas cero o un millón de kilómetros. El líquido de frenos está compuesto por un éter que es hidrófilo, por lo que absorbe el agua que hay en la atmósfera y poco a poco se va “hidratando” perdiendo así sus propiedades e incluso oxidando piezas del sistema de frenado.
Otro líquido que no podemos olvidar, es el anticongelante del circuito de refrigeración. Los manguitos se pueden resecar, la bomba de agua se puede agarrotar por el óxido, el termostato, quedarse pegado por falta de uso, y el radiador obstruirse al decantarse en él todas las partículas que suele llevar el anticongelante en el circuito.
Y por cierto, no escatimes con la gasolina. Esta se pone “pocha” con el paso del tiempo en el depósito. Además notarás por su olor si está en buen estado o no, por muy inexperto que seas. Si has llegado a esta situación, no dudes en vaciar el depósito y “aclararlo” varias veces con gasolina nueva. Seguramente toque hacer una limpieza de carburadores, ya que cuando la gasolina se ha puesto mala en el depósito, la que hay en el carburador también lo habrá hecho, dejando un desagradable rastro de suciedad y obstrucción
Por lo tanto la mejor recomendación que puedo daros es que uséis la moto, o por lo menos arrancarla una vez al mes.
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