Si pensamos en la Isla de Man, pensamos en velocidad, en pánico, en emoción y adrenalina. El Tourist Trophy, después de más de 100 años de carreras, pueda estar orgulloso de haberse ganado la fama de ser la carrera más exigente, peligrosa y dura del mundo sobre dos ruedas. En sus innumerables categorías han competido motos y prototipos de todos los estilos, pero nunca llegó a participar un piloto a lomos de una moto de fabricación casera.
Y es que hace unos días me topé por casualidad con una serie protagonizada por James May, miembro del equipo de presentadores del popular programa británico Top Gear. Toy Stories es un show que pretendió, hará unos cinco años más o menos, explorar entre otras cosas los límites de uno de los juguetes más populares y originales de la historia, el Meccano. El reto lo podéis imaginar: construir las máquinas o estructuras más exigentes utilizando únicamente piezas originales de Meccano. Después de haber dado forma a un puente levadizo en Liverpool capaz de aguantar el peso de una persona, James May se lía la manta a la cabeza y pretende dar una vuelta al trazado del TT con un side-car fabricado enteramente con material Meccano.
El reto se las trae. Las piezas más grandes del popular juego "de niños" son sólo de unos pocos centímetros, por lo que imaginar y levantar un vehículo que sea capaz de aguantar a dos personas sobre él es una tarea prácticamente imposible. Por si fuera poco el side-car necesita algún tipo de propulsión y el trazado de la montaña no se llama así precisamente por transcurrir por una llanura, las cuestas son un auténtico problema para una máquina de estas características.
Dos ingeniero se encargan, unos meses antes de la prueba, de diseñar y montar el side-car. Mientras James se pone en contacto con la Oficina de Turismo de la Isla de Man, donde el ministro de turismo, Oz Clarke, da permiso para tan tremenda hazaña siempre y cuando las grandes cualidades de la isla se promocionen en el programa. Oz, además, será el co-piloto junto a James May. Para añadir presión al asunto la prueba debe realizarse entre las 40 horas de diferencia entre el final de las prácticas y calificación y las carreras en sí mismas. No obstante, a esas alturas sólo dispondrán de 18 horas de luz.
La construcción del side-car no parece un gran problema: se utilizan neumáticos de BMX para las ruedas y 16 motores eléctricos Meccano empujarán el conjunto. Por si las moscas, incluyen un motor eléctrico extra como los utilizados en lavadoras para salvar las cuestas más pronunciadas. La máquina en sí sale del garage con más de 15.000 piezas Meccano.
El equipo luchará contra pinchazos, fallos eléctricos y el colapso de los componentes debido al peso de dos personas además de la presión de la autoridad por los problemas de tráfico causados. Una prueba de resistencia que podéis ver en alta calidad en la BBC o en el vídeo que acompaña este artículo.
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