La proliferación de patinetes eléctricos compartidos en las grandes ciudades españolas está empezando a preocupar a algunos departamentos de los consistorios. No tanto por tamaño pero sí por su gran número, los Vehículos de Movilidad Personal están ocupando un espacio considerable en las urbes cuando no están circulando, y en muchos casos lo hacen de manera anárquica.
No pueden estacionarse de cualquier manera, así que hoy vamos a intentar determinar cómo y dónde deben aparcarse los patinetes eléctricos de manera correcta, legal y respetuosa con el resto de usuarios de la vía.
La despreocupación de las empresas de alquiler de patinetes
En la ciudad andaluza son una decena las compañías que principalmente prestan servicio, entre las que destacan tres grandes: Lime (la más potente a nivel mundial), Voi y Tier. A todas ellas se ha dirigido el concejal de Movilidad, José del Río, quien las ha asegurado que van a "endurecer el alquiler de estos aparatos y el uso del espacio público", porque las empresas "tienen que implicarse más" a la hora de aparcar los patinetes eléctricos.
El concejal ha amenazado con "medidas drásticas" si después de la reunión que mantendrán la próxima semana no toman medidas para que los usuarios aparquen bien los VMP o instalen algún tipo de alerta para que las propias empresas recojan y recoloquen los patinetes que no están bien estacionados.
"No se están aparcando en las zonas de estacionamiento que pusimos y siguen estando tirados en las aceras", apunta del Río, quien además ha señalado que de seguir así suprimirán las zonas de estacionamiento y obligarán a las empresas a buscar zonas de estacionamiento privadas.
Este problema se extiende a muchas otras ciudades españolas donde los patinetes eléctricos compartidos se cuentan por miles amparados bajo un limbo normativo que a día de hoy sólo se regula vía Ordenanza Municipal. Así pues ya no sólo su circulación está presentando retos organizativos, también su aparcamiento.
En las aceras sólo como último recurso
Por el momento no hay una regulación a nivel estatal genérica, así que tomaremos como ejemplo la Ordenanza de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, la más completa a este respecto y que replican otras ciudades como Valencia. En la capital se ha regulado un máximo inferior a 10.000 patinetes eléctricos compartidos repartidos entre 18 empresas inicialmente.
Los patinetes eléctricos en Madrid podrán estacionar en los espacios reservados para motocicletas y aparcabicis preferentemente; zonas de estacionamiento ordenado para vehículos de dos ruedas per que habitualmente suelen estar demasiado congestionadas.
En el caso de no encontrar espacio en estas ubicaciones o en las zonas próximas los patinetes eléctricos tendrán que aparcarse en las zonas de estacionamiento en la calzada. Aquí tendrán que colocarse de manera oblicua a la acera y no ocupando más de 2 metros. En las zonas de estacionamiento regulado no deben pagar.
Sólo cuando las opciones anteriores no sean posibles, será entonces cuando los patinetes eléctricos podrán estacionarse en la acera, pero teniendo en cuenta algunos requisitos. Nunca podrán entorpecer a los peatones, deberán ser aceras amplias y su ubicación será la más próxima posible al bordillo.
Además tendrán que dejar un espacio de 2 metros sobre los pavimentos tacto-visuales y no entorpecer el paso de personas con movilidad reducida. De manera adicional, los VMP no podrán anclase ni al mobiliario urbano ni a elementos vegetales de ningún tipo.
Barcelona con patinetes, pero sin regulación
Mientras tanto en Barcelona hay un tira y afloja por el desembarco de los patinetes eléctricos compartidos en las calles. De un lado están cerca de una veintena de compañías queriendo entrar en el mercado; del otro está el Ayuntamiento de Barcelona no autorizando su actividad, diciendo que esperen hasta que elaboren una normativa concreta que debería llegar en la próxima primavera.
Aún así hay dos empresas que han desplegado sus patinetes eléctricos compartidos en las calles de la Ciudad Condal: Reby y Bird. Ambas están trabajando como si el ayuntamiento les hubiera concedido el permiso pero según Rosa Alarcón, concejala de Movilidad, "no están cumpliendo las normas y están operando sin un marco de regulación. Deben ser sancionadas".
Así, a través de la Guardia Urbana, las autoridades se están dedicando a inmovilizar y retirar los patinetes eléctricos, además de poner las correspondientes multas que en los siete primeros meses del año alcanzan ya las 1.648 denuncias.