Lo impresionante que podemos encontrar en el Dakar no es el despliegue de medios con el que cuenta el equipo X-Raid de coches, o los oficiales de KTM, Yamaha u Honda, por poner un ejemplo. Son por el contrario los llamados “malle motos” o pilotos sin asistencia que únicamente se tienen los unos a los otros para conseguir rubricar su llegada hoy a Valparaíso.
Existen dos motivos por los cuales algunos pilotos corren en esta categoría. En un primer lugar, por motivos económicos. Pero también existe el espíritu de aventura que muchos buscan, y el desafío por encima de todo. Por ello, unos pocos deciden ir más allá y encontrarse con los orígenes de esta mítica carrera. Conozcamos un poco más.
De los dieciséis que salieron de Rosario, ya solamente quedan siete en competición. Dice la organización que la tasa de éxito de estos corredores es estable de una edición a otra. Lo sabe bien Richard de Groot, que con este ya van cinco participaciones en esta categoría.
Es evidente que competimos sin asistencia por una cuestión fundamentalmente económica. Pero también hay una motivación filosófica: nos retamos a nosotros mismos y vivimos el Dakar como en los orígenes de la carrera. Y además disfrutamos de una atmósfera de lo más familiar.
Pero, ¿cómo se organiza a estos pilotos? Para ello existe un responsable de la organización, Mathieu Marchand, hombre de confianza de los malle-motos que junto con un ayudante y un camión con dos pilotos son los encargados de llevar todo el material individual de cada piloto y el común para su zona de trabajo.
Mi misión es bien sencilla: básicamente transporto los bártulos y un juego de ruedas para cada motorista. Para ello contamos con un camión con dos conductores. El resto del material es bastante sencillo: una mesa para que se sienten a estudiar el libro de ruta, un tablón de anuncios, una caja de herramientas donde pueden encontrar todas las herramientas que necesitan, para completar las que traen ellos. Transportamos sus bártulos todos los días y les entregamos bebidas cuando llegan al vivac.
Pero su trabajo va más allá pues también están para todo lo que necesiten, como cambiar dinero, ayudar con los trámites de la frontera, qué se van a encontrar. Richard de Groot lo explica de una forma muy gráfica:
La respuesta a todas mis preguntas es siempre la misma: ¡Mathieu!
Otro piloto, Brett Cummings, explica otra faceta de Mathieu y la gente que le rodea.
Incluso nos desean buena suerte cada mañana antes de salir. Me alegro de estar aquí para ayudarles, pues algunos llegan como auténticos zombies. Les arropamos y animamos a descansar al menos 30 minutos antes de que se pongan a reparar sus máquinas…
Para ayudarles un poco más en la difícil misión en la que se han metido, los motoristas sin asistencia gozan de acceso prioritario a ruedas Michelin y pueden utilizar todos los productos Elf de forma gratuita. Toda ayuda a veces es poca.
Vía | Dakar