Bassella Race, la gran fiesta del enduro con más de 900 motos

El domingo pasado se celebró la primera edición de una clásica muy particular del enduro, mejor dicho del cross country. ¿Como es posible que fuera una clásica si era la primera edición? La Bassella Race recoge el testigo de lo que ha sido durante 10 años el Memorial Toni Soler. En realidad, se trata de una fiesta popular preparada para que pueda disfrutar todo el mundo, independiente del nivel o experiencia que tenga. La Bassella Race ha incorporado algunas novedades al formato del Memorial, aunque manteniendo las señas de identidad que le han hecho ser una verdadera fiesta popular del Off Road apreciada por los aficionados.

La inscripción era espectacular, tanto en número como en calidad. En total, más de 900 inscritos, de los cuales unos 50 componían la categoría Élite que salía al frente del pelotón con una parrilla de forma piramidal definida en la carrera extrema del sábado. Aunque la carrera era el domingo, durante todo el fin de semana hubo un intenso programa de actividades. Y no solamente en la pista, dado que había una amplia zona comercial en el paddock con dos espacios: una feria dedicada a la exposición y venta de artículos relacionados con el off-road y una zona activa en el que un buen número de marcas ofrecían la posibilidad de probar sus motos en un circuito acondicionado al efecto. Además, había una extensa zona de acampada en la que muchos decidieron pasar la noche en tiendas de campaña, a pesar de las gélidas temperaturas durante todo el fin de semana. Buen ambiente.

El domingo amaneció frío, pero la ausencia de nubes permitió que finalmente el sol dominará la jornada, lo cual se agradeció mucho ayudando a soportar las bajas temperaturas. El recorrido constaba de unos 50 kilómetros algo más trialero y sinuoso que en ediciones anteriores, al cual los participantes Élite, Senior y Junior tenían que dar dos vueltas (en total, más de seiscientas motos). A la finalización de las dos vueltas, se daba la salida a los participantes de las categorías Amigos y Féminas, que tenían que dar una única vuelta al recorrido (unas trescientas motos). Con este formato se minimizaban los doblajes y se ofrecía un espectáculo continuado durante toda la mañana del domingo.

La inscripción de la categoria Élite tenía muchos nombres de campanillas que no quisieron perderse la fiesta: Marc Coma, Miky Arpa, Aarón Bernárdez, Xevi Puigdemont, Jordi Viladoms, Simmo Kirski, Mauricio Micheluz, Juan Pedrero, Bartoz Oblucky,... Precisamente, era el polaco Oblucky el que ocupaba la pole de la curiosa formación piramidal de salida. Las bajas temperaturas de la mañana hicieron muy selectivo el recorrido, que se encontraba helado en una gran parte y era muy deslizante. Además, incluía unos pasos de río que se podían convertir en una trampa para cualquiera.

Las bajas no tardaron en llegar. Miky Arpa no lograba arrancar bien y se veia engullido por el enorme pelotón de motos que salían tras ellos tras lo que decidía abandonar. Juan Pedrero, el mejor participante español en el Dakar de esta edición, hizó una buena extreme el sábado por lo que estaba entre los diez primeros en parrilla, pero no llegó a tomar la salida por un proceso gripal. Xevi Puigdemont calaba la moto en el primer paso por el río y le costaba arrancarla. Marc Coma se caia antes de acabar la primera vuelta, haciéndose daño en una mano y teniendo que abandonar (¡A ver si endereza pronto el 2010!). Jordi Viladoms estaba dolido tras una caída el sábado y completaba únicamente una de las dos vueltas previstas.

Mientras la carrera se iba cobrando víctimas, por delante Aarón Bernárdez imprimía un fuerte ritmo con el que iba aumentando progresivamente su ventaja. Tuvo mucho mérito la solidez de Aarón en la primera posición en un terreno helado, muy duro y resbaladizo. Ganó con gran autoridad la primera prueba que corría esta temporada. Simo Kiski fue segundo. Y cuando la tercera posición del podio parecía que era propiedad del poleman, Oblucki, éste se iba al suelo. Así pues, finalmente la tercera posición era para Maurizio Micheluz que no andaba lejos del polaco.

Detrás de ellos, un larguísimo listado de participantes iban tomando el banderazo final. Muchos de ellos lo celebraban con sus amigos y familia con una gran cara de felicidad. Y es que acabar el recorrido ya era un gran éxito. En la categoría senior ganó Antonio Gimeno con una Aprilia, y en junior lo hizo Kevin Benavides.

Al completarse las dos vueltas previstas en estas categorías, se dió la salida a las categorias Amigos y Féminas que dieron una única vuelta al recorrido. En el paso del rio, los primeros de esta categoría ya habían doblado a algunos agotados participantes de la categoría anterior en su segunda vuelta. El ganador de la categoría Amigos fue Xavier Castey, que ya había ganado el sábado la categoría de clásicas. En la segunda posición apareció una sorprendente Laia Sanz, a la que vimos pasar con gran seguridad y rapidez en la zona del río. Laia está empeñada en dar el salto a los raids como explicó en su visita al Dakar de este año, y en la Bassella Race demostró que no es una químera su pase a la velocidad off-road. A disfrutar.

La mañana había ido mejorando y un numeroso público se iba congregando en los puntos más espectaculares como el del río para disfrutar con el paso de los pilotos. En la llegada, seguía la fiesta y las felicitaciones a los que cruzaban la meta.

Por cierto, una de las actividades destacadas fue la participación de los pilotos en la reforestación de una zona boscosa que sufrió un incendio hace unos años. Durante la vuelta de entrenamiento del sábado para plantar el árbol. Una buena colaboración. En resumen, todo un éxito para esta primera edición organizada por SIP Sport, que ha superado el listón que tenía bien alto del Memorial, añadiéndole nuevos elementos que le dan otra dimensión. Larga vida a la Bassella Race.

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