La historia que os traemos hoy podría ser casi irreal o novelesca, porque mezcla la tradición japonesa más arraigada y los principios inquebrantables de un hombre hecho a sí mismo y que, después de cada palo vuelve a resurgir con las energías renovadas, dispuesto a seguir buscando su sueño como si nada hubiese ocurrido.
Así, tras la muerte empresarial de Erik Buell en 2009, cuando Harley-Davidson decidió dar carpetazo a la marca Buell, las motocicletas que quedaban en los concesionarios fueron repudiadas. Jurando venganza, esperaron pacientemente al momento oportuno para recuperar el honor que le había sido arrebatado. Con estos datos, seguro que los amantes de la cultura japonesa han reconocido la leyenda de los 47 Rōnin, pero para los que no la conocen, es imprescindible hacerlo para entender su significado.
La historia de los 47 rōnin
La historia de los 47 rōnin está considerada una leyenda nacional en Japón y ocurrió entre los años 1701 y 1703. También se refieren a ella como el "Incidente de Akō" (Akō rōshi) o "Accidente de Genroku Akō" (Genroku akō jikeno), siendo uno de los pilares del Bushidō, el código de honor samurái.
Durante el periodo feudal japonés se utilizaba el término rōnin para definir los samurái que no tenían amo, ya fuese porque no podía seguir costeando sus servicios, por haber sido derrotado por otro señor feudal o porque ya no contaba con su trato de favor.
La historia arranca cuando Asano Naganori fue escogido por el shōgun (comandante del ejército elegido por el emperador) Tokugawa Tsunayosh para convertirse en uno de los daimyō que entretuviesen a la Familia Imperial. Como Asano desconocía el protocolo, se escogió a Kira Yoshinaka (maestro de protocolo de mayor rango) que le instruyese en esa materia.
Pero Asano y Kira no se llevaban bien y el punto álgido llegó cuando Kira le exigió una compensación económica por las enseñanzas, algo que Asano se negó ya que entendía que era su deber. A partir de ahí, Kira humillaba siempre que podía a su discípulo hasta que Asano, harto desenvainó un día la katana tras lo cual Kira resultó herido y Asano detenido.
Atacar a otra persona en el palacio del shōgun llevó a Asano a ser condenado a cometer Seppuku (el conocido Harakiri), acto que realizó. En cuanto llegó a oídos de sus servidores, éstos juraron vengar la muerte de Asano por culpa de Kira aunque sabía que iban a ser castigados. Sin embargo, los 47 samurái convertidos ahora en rōnin realizaron un juramento secreto y abandonaron el castillo por decisión de uno de ellos, Oishi Kuranosuke Yoshio.
Por su parte, Kira esperaba la venganza e incrementó el número de guardias que lo protegían y la fortaleza de su castillo. Esto hizo que Oishi tuviese que esperar el momento óptimo, que llegaría cuando Kira se relajase con el tiempo. Así, escondieron las armas y armaduras, convirtiéndose en comerciantes y monjes a la espera de consumar la venganza.
Oishi abandonó a su esposa y empezó a frecuentar burdeles y tabernas, dando la impresión de que se había hundido en una espiral de desesperación en la que la venganza era lo último en lo que pensaría. Fue incluso encontrado borracho y dormido en medio de la calle, donde la gente se aprovechó para burlarse de él y propinarle una paliza.
Esto hizo que los espías que vigilaban diariamente a Oishi y a alguno del resto de los rōnin avisasen a Kira de que ya no eran ningún peligro, haciendo que rebajase el nivel de alerta de sus guardias y la cantidad de ellos que protegían el castillo.
El decimocuarto día del duodécimo mes de 1702 los 47 rōnin se reunieron en el castillo de Kira y realizaron el ataque. Con la guardia bajo control, Oishi le dio la oportunidad a Kira de cometer seppuku. Ante su negativa, lo decapitó con la misma katana con la que su maestro, Asano, se había quitado la vida. Cogieron la cabeza de Kira y la llevaron ante la tumba de su amo, momento tras el cual fueron apresados.
El shōgun Tokugawa Tsunayosh se encontraba en un aprieto porque para la gente, los 47 rōnin eran héroes, pero no podía permitir que un acto así quedase impune. Por ello, 47 días después de ser capturados, 45 de los 46 rōnin que permanecían con vida (uno de ellos falleció durante el ataque), fueron condenados a cometer seppuku, algo que hicieron por rango siendo el hijo de Oishi, Chisaka, el primero. Sólo a uno de ellos se le perdonó la vida, Terasaka Kichiemon, que custodió las tumbas de sus compañeros hasta que falleció a los 80 años. En Sengakuji los 47 rōnin están enterrados junto a Sanpei Kayano, quien cometió seppuku ya que su familia le impidió tomar parte en la venganza.
Los 47 rōnin en la actualidad
Tras haber sido adquirida por Harley-Davidson, en el 2009 la marca americana liquidaba la marca Buell. Su último modelo lanzado un año antes, la Buell 1125R, vagaba por los concesionarios de HD sin un amo al que defender. 47 de ellas fueron adquiridas por Magpul (empresa dedicada a la fabricación de armas) y esperaron pacientemente en un almacén hasta el 2012, momento en el cual nacía Ronin Motor Works y con ello, el rediseño de las Buell 1125R en un concepto completamente diferente y que vengarían a su anterior señor feudal. Bonita historia, ¿verdad?
Estas 47 rōnin tan especiales han dejado atrás su época como Buell 1125R, o no porque tal y como comentan sus diseñadores, el error había sido esconder una moto tan bonita debajo de un montón de plástico y carenado. Por ello lo primero fue desvestirla casi completamente y cambiar radicalmente su frontal.
La horquilla telescópica pasó a la historia y ahora cuenta con una suspensión de doble paralelogramo deformable en aluminio que mejora el buen chasis de la Buell. La dirección ha ganado 13 milímetros en el avance con lo que la moto no es tan nerviosa en reacciones como antes y transmite mucha más confianza gracias al aumento de la estabilidad en marcha.
El amortiguador Penske montado es completamente regulable mientras que el guardabarros delantero, en fibra de carbono, cumple una doble función: por un lado dirigir aire fresco al radiador de aceite montado detrás y por otro, proteger la parte inferior del radiador montado en el frontal. Según los cálculos, la nueva suspensión delantera peso lo mismo que una horquilla telescópica convencional.
Uno de las características de estas motos es la ubicación del radiador. No es demasiado grande teniendo en cuenta que el motor Rotax genera mucho calor, pero la ubicación permite maximizar el flujo de aire que pasa por él. A su derecha se encuentran las dos ópticas que forman parte de la carcasa que protege el radiador. Como curiosidad, el vaso de expansión está colocado en una de las patas de la horquilla.
En vez de llave, las Ronin cuentan con una llave dotada de un emisor RFID cuya señal es recibida por el sensor colocado bajo el airbox. De esta forma no es necesario la instalación de un clausor ni nada similar, funcionando el arranque de forma similar a las Harley-Davidson, Ducati y BMW actuales.
El velocímetro y el tacómetro están colocados en una estructura de aluminio. Combina información analógica y digital. La piña izquierda es todo un alarde del diseño, con un conmutador de cuatro posiciones que hacen las funciones de intermitente/largas/cortas y un botón para poner en marcha y parar el motor.
Todos los mandos (manetas y palancas de cambio/freno) son ajustables ergonómicamente. En el caso de la maneta de freno y embrague, son de funcionamiento radial con los depósitos de fluido incorporados en el diseño, que ha sido completamente mecanizado. En el extremo del manillar nos encontramos con los retrovisores y los intermitentes, que cuando no están encendidos podrían pasar perfectamente por sendos contrapesos.
El escape también ha sido cambiado y está colocado en la parte inferior del motor, con el fin de mantener las masas muy centradas y el centro de gravedad bajo. El airbox también es de nueva construcción, con un nuevo diseño y hecho en fibra de carbono.
Llama poderosamente la atención la caja de la batería, en aluminio y que integra al mismo tiempo las estriberas con gomas para aumentar el confort y reducir las vibraciones. La parte eléctrica ha sido completamente rediseñada y optimizada, evitando algunos problemas surgidos en las Buell originales. El subchasis es de tubos de aluminio fabricados mediante CNC y unidos con soldadura TIG. Asiento monoplaza y colín que integra la luz trasera de LED.
Por último el motor cuenta con un nuevo mapa de inyección acorde con la nueva admisión, sistema de escape y temperatura de trabajo, que ahora es inferior a lo que lo hacía en la 1125R original.
Como no podía ser de otra forma, cada una de las 47 motocicletas Ronin disponibles va numerada e incluye el nombre de cada uno de los rōnin originales. Hay varios modelos disponibles con un precio que va aumentando en función de la decoración que las va haciendo únicas.
Las 12 primeras, a 38.000 dólares cada una combinan los colores negro y gris aluminio. Las siguientes diez, enteras en negro cuestan 41.000 dólares, ocho blancas a razón de 45.000 dólares cada una, seis en decoraciones de competición de 50.000 dólares, cuatro en colores de camuflaje ya vendidas, dos en acabado metálico sin pintura (sin precio de momento) y cinco especiales por encargo de las cuales ya ha sido vendida una a Travis Newbold y con la que este año hizo la subida al Pikes Peak. Lógicamente la que tiene Travies es la que lleva el nombre de Oishi, quien como vimos planificó la venganza. Al final, aquella moto que vimos en el 2010 ha visto la luz.
Antes de dejaros con la galería, un vídeo onboard de cómo se comporta en circuito uno de los primeros prototipos y otro de Jay Leno's Garage donde hablan de ella. Por cierto, las herramientas que vienen con la moto lo hacen en una caja especial de bambú, en clara referencia a la cultura japonesa.
Para los cinéfilos, además de las dos películas que tratan sobre la leyenda de los Ronin (The 47 Ronin de 1941 y 47 Ronin del 2013), existe la de Los Últimos Caballeros (2015) que traslada la historia a la época de los caballeros de una forma bastante fiel a la original.
Vía | Motoadictos Más información | The47