De este modo, Polaris accede de forma exclusiva a la tecnología propietaria de Brammo, y la alianza entre ambas empresas solo puede (o eso parece) dar buenos resultados. Ahora podremos esperar ver motos de nieve eléctricas, o todo terrenos con esta tecnología. Y por añadidura, Brammo obtiene la confianza de un grupo de inversores sobre su plan de negocio y su línea de productos.
En realidad la inversión es pequeña, pero una apuesta desde Polaris es algo que aporta credibilidad a una empresa como Brammo, sobre todo en Estados Unidos donde el mercado al que accede Polaris es diverso y muy amplio. Buen negocio para ambas compañías: para Brammo por lo ya comentado de la credibilidad y acceso a un mercado diverso, y para Polaris porque desembolsa poco dinero en una potencial gran empresa de futuro.
Vía | Financial Post | Finanzas.com