Si hay una palabra que pueda definir el fin de semana del Gran Premio de Catar para Maverick Viñales esa es la de altibajos. El piloto del Movistar Yamaha MotoGP estuvo buena parte del fin de semana en posiciones retrasadas, llegando a esta fuera de los 20 primeros en la FP3.
Sin embargo, Viñales trabajó junto a su equipo a lo largo de las diferentes sesiones para mejorar en ritmo de carrera y esa estrategia fue la que le llevó a realizar una gran remontada en carrera para finalizar en sexta posición, confirmando que el podio de Valentino Rossi también obedece a un mejor rendimiento de la M1.
Un sexto puesto que deja buenas sensaciones
Lo cierto es que el fin de semana no comenzó demasiado bien para el piloto español, que en ningún momento se pudo meter en la parte alta de la clasificación hasta que llegó la FP4. Pasando por la Q1 al no haber entrado entre los diez primeros en el acumulado, las cosas no pintaban demasiado bien para Viñales.
A pesar de conseguir pasar a la Q2, Viñales no pudo mejorar su posición y tomó la salida desde la duodécima posición, no arrancando de la mejor manera posible. Esto sin duda lastró su carrera: “Durante la pretemporada no ensayé demasiadas salidas por estar centrado en la moto y por eso la salida fue mala”.
La parte positiva es que Viñales asegura haber reencontrado las buenas sensaciones sobre su Yamaha M1, algo que llevaba mucho tiempo buscando. “En la carrera me he sentido bien, mejor que antes. Hemos seguido la dirección que quería y hemos avanzado mucho, especialmente en el ritmo. Ahora sabemos que tenemos una buena moto y podemos seguir mejorando en otros aspectos”.
Pero aun así, Viñales es consciente de que deben seguir trabajando duro en la puesta a punto, sobre todo en la electrónica de su moto para poder adaptarla mejor a su pilotaje. En cualquier caso, Viñales afirma que de haber salido adelante, posiblemente hubiese peleado por la victoria.
Fotos | Yamaha MotoGP