Si hay un circuito mítico en el calendario de MotoGP ese es el Circuito de Assen. El trazado holandés siempre ha sido uno de los más espectaculares del mundo y siempre ha contado con el mejor ambiente en cuanto a verdaderos amantes del motociclismo se refiere. En los últimos tiempos el trazado holandés ha ido renovándose y en 2018 recibirá nuevas modificaciones.
Estas modificaciones serán para renovar la grada Winterdijk, la que se sitúa en el último parcial del circuito, justo antes de la frenada de la tan espectacular chicane que cierra el recorrido de 4,5 km que todos los pilotos deben afrontar. Con estas obras, la grada Winterdijk será la segunda en verse renovada en los últimos años.
Assen, un circuito cargado de historia y de remodelaciones
Con esta nueva actualización, la grada tendrá un aforo de 9.100 espectadores que se distribuirán a lo largo de sus 308 metros de longitud y sus 13 metros de altura. Además, otras instalaciones dentro de la propia grada como la zona de bar también se verán afectadas por las obras, que darán comienzo en 2018 para que estén listas en junio, cuando se celebrará el Gran Premio Motul TT Assen.
Esta es la nueva actualización que recibirá el circuito holandés pero seguro que no será la última, ya que sobre todo en los tiempos más recientes se han ido realizando distintos cambios. Al fin y al cabo, mantener una Catedral en buen estado requiere de mucho esfuerzo y de alguna que otra obra.
Y es que el nombre de La Catedral no se consigue sin motivos. El circuito holandés se lo ganó a pulso por ser el único sitio en el que se disputa el Campeonato del Mundo desde su comienzo en 1949 en una Europa destrozada tras la Segunda Guerra Mundial. En esos primeros años, el Gran Premio se disputaba por las calles de Assen, hasta que en 1955 se construyó el circuito permanente.
Durante muchos años, el trazado de Assen contaba con 7.705 metros de longitud, pero en 1984 se acortó poco más de un kilómetro y medio. Tras unas décadas sin apenas cambios, con la llegada del nuevo milenio el circuito sufrió grandes remodelaciones, empezando por el paddock y los boxes. Poco después, en 2006, su mítico y espectacular trazado se vio modificado perdiendo buena parte de su esencia.
Ese cambio que destruyó por completo la primera mitad del Circuito de Assen consistió en acortar sus primeras curvas, convirtiendo lo que era un rapidísimo conjunto de virajes en un primer parcial lento más propio de un circuito de karting. Esto no fue del agrado de casi nadie, pero fue llevado a cabo en nombre de la seguridad.
A partir de ahí, pequeños cambios se fueron sucediendo en la parte moderna del circuito, aunque afortunadamente la segunda mitad sigue manteniendo la esencia pura de La Catedral. Ese ADN de curvas enlazadas de alta velocidad rodeadas de grandes praderas de hierba en las que hace muchos años podían verse incluso vacas pastando.
Tanto es así en materia de cambios que el último y más sonado fue el de pasar la carrera al domingo. Por injerencias de la Iglesia, que consideraba que no era apropiado celebrar carreras un domingo porque ese era el día de culto, en Assen los Grandes Premios siempre se habían disputado los sábados.
Sin embargo, desde hace muy poco las audiencias de televisión pesaron más que la tradición para Dorna, que eliminó esa singularidad del calendario. Aun así, cientos de miles de espectadores siguen dándose cita en lo que es un auténtico evento del motociclismo mundial y que año tras año, reúne el espíritu de los más moteros y de los verdaderos amantes de las carreras.
Fotos | MotoGP