Unas pocas horas después de haberse disputado el Gran Premio de Catalunya vuelvo a sentirme con sesaciones encontradas con respecto a las carreras que hemos podido ver éste domingo. Un campeonato que sobre el papel parecía increíble sigue ofreciendo dosis ingentes de aburrimiento en el que sólo las categorías inferiores se salvan.
¿Cómo solucionamos ésto?, no tengo ni idea porque no soy una de las cabezas pensantes que gestionan los reglamentos, pero pondría la mano en el fuego por que las próximas modificaciones que hagan no irán por el camino adecuado y seguiremos avocados a un absoluto tedio aderezado, además, con unas retransmisiones bastante amarillistas.
Los jovencitos de Moto3 tienen una habilidad especial para ponerle salsa picante a las mañanas de domingo y a las pruebas me remito con lo apretada que llevan la clasificación general del campeonato. Si el sábado Máverick Viñales aventajaba escuetamente a Luis Salom por cuatro puntos. Después de la carrera en la que Mack corrió lesionado Luis Salom se ha puesto líder con cinco puntos de ventaja, un panorama muy ajustado en el que ninguno se guarda nada. Pero el que menos se guarda es Álex Rins, el piloto del Estrella Galicia es un auténtico descarado que se mete en las discusiones de los mayores.
En la categoría intermedia hemos podido ver cómo Pol Espargaró parece haberse encontrado a sí mismo y el camino a seguir con su Kalex. Ha dominado los entrenamientos y la carrera con mano de hierro de principio a fin, llevando el peso de la carrera durante la mayor parte del tiempo y dejando pasar inteligentemente a Tito Rabat para evaluar la situación y volver a atacar para poner rumbo a una victoria que le estaba siendo esquiva.
Policcio se vuelve a poner tras la senda del británico Scott Redding, quien sigue líder de la general con una ventaja de 35 puntos sobre Pol y 39 sobre Tito Rabat. La pregunta viene ahora, ¿serán capaces de recortar distancias con el británico sin precipitarse ni cometer errores?.
El sentimiento encontrado lo tengo, como no puede ser de otra manera, con MotoGP. Hemos presenciado otra carrera soporífera que no hace justicia a una de las mejores temporadas que teníamos sobre el papel, de hecho está muy apretada con Dani Pedrosa por delante de Jorge Lorenzo a 13 puntos, pero la emoción de la tabla de puntos no se transmite sobre la pista. Sin adelantamientos de principio a fin de la prueba sólo nos entreteníamos con los abandonos.
Dos pilotazos al frente de todas las carreras con un rookie extremadamente peleón y un histórico que parece desvanecerse. El único que parece capaz de cortarnos los bostezos mientras la comida se termina de preparar es Marc Márquez que se atreve con todos y nunca da nada por perdido.
No se decidirme sobre quién está más en forma, si Dani Pedrosa o Jorge Lorenzo, pero con lo que sí me puedo arriesgar es que Marc Márquez va a ser campeón del mundo de MotoGP, porque tal y como hacía en las categorías inferiores es capaz de poner de su parte lo que falta de moto o de puesta a punto. Los capos de la categoría están viendo las orejas al lobo y no es para menos, a Lorenzo ya se lo ha llevado puesto y a Pedrosa ha estado a punto en Montmeló.
Sigo sin perder la fe, y voy a sentarme delante de la tele a ver las carreras en cada Gran Premio, pero por devoción y no porque realmente esté despertando mi interés. Sería complicado que si hoy empezase a ver carreras me enganchase al mundial tal y como están siendo las carreras.
Fotos | Repsol Media, Jorge Lorenzo