Todo parecía idílico allá por el mes de mayo de 2017 para Maverick Viñales. Después de haber vuelto a hacer ganar una Suzuki, acababa de fichar por Yamaha y había ganado tres de las cinco primeras carreras del mundial, tenía dominado a Valentino Rossi y se postulaba como máximo favorito para pelear mano a mano los campeonatos contra Marc Márquez.
Casi dos años después la situación ha dado un giro radical. Desde entonces Viñales solo ha ganado una carrera y se ve superado regularmente por Valentino Rossi. La Yamaha no tiene agarre, Maverick sufre y es Andrea Dovizioso quien entretiene un poco a Márquez mientras sigue acumulando título del mundo.
El peor inicio desde que está en MotoGP
Maverick Viñales completó en Argentina el peor inicio de campeonato desde que corre en MotoGP, igualando los nueve puntos que llevaba a estas alturas en 2015, su año de rookie. Lejos queda la temporada 2017 en la que Viñales sustituía a Jorge Lorenzo en Yamaha y comenzaba la temporada con dos victorias en las dos primeras carreras.
'Mack' se encuentra ahora perdido en la clasificación del mundial, en el puesto undécimo y a 36 puntos de Marc Márquez. 36 puntos perdidos en tan solo dos carreras. Una losa enorme para un piloto llamado a luchar por el mundial. Para colmo, su veteranísimo compañero, Valentino Rossi, sí que aguanta el tipo, y se mantiene tercero, a 14 puntos de Márquez y 22 por delante de Viñales.
No es que Viñales no sea rápido. De hecho es el mejor piloto de la temporada en clasificación, gracias a la pole position que consiguió en Losail y al segundo puesto de salida de Argentina. Pero en carrera se diluye. Ya en los semáforos arranca mal y se hunde en la clasificación, se enfanga en la zona media y ya no es capaz de escapar de ella.
Le pasó en Catar, donde únicamente pudo acabar séptimo e incluso se vio superado por Valentino Rossi, que partía decimoquinto. Y en Termas de Río Hondo fue más de lo mismo. La arrancada fue desastrosa, pudo permanecer en el pelotón que luchaba por el podio, pero se le veía muy colgado. Finalmente cometió un pequeño error que le descolgó, y acabó en el suelo en la última vuelta mientras peleaba con Morbidelli, una Yamaha satélite, por ser octavo.
Los problemas del binomio no son únicamente de Viñales. La Yamaha sigue sin tener buena tracción. Sufre mucho a la salida de las curvas, es incapaz de transmitir su potencia sobre el asfalto y eso le está pasando factura al piloto menos experimentado de la fábrica. Mientras Rossi se crece en carrera, Viñales minimiza daños los sábados pero se hundo el domingo.
El propio Maverick Viñales parecía desconcertado tras la carrera de Argentina. El catalán contaba que "llevamos dos años y medio igual. Esta mañana me sentía muy bien. He salido a carrera y no he podido ni acercarme a los tiempos que hacía por la mañana. Es algo que no puedo explicar. No se me ha olvidado ir en moto de la mañana a la tarde".
Viñales no entendía por qué "perdemos un segundo y medio de ritmo en las carreras", ya que según el catalán durante el warm up el ritmo de la Yamaha era lo suficientemente bueno como para pelear contra Marc Márquez. El resultado ya lo sabemos, el de Repsol Honda se paseó y Viñales ni siquiera puntuó.
Sobre su accidente, y pese a la evidente responsabilidad de Morbidelli, Viñales no quiso hacer leña y en un acto caballeroso declaró que "es un incidente de carrera, otra vez puedo ser yo el que dé a otro". Eso sí, habrá que estar atentos a las consecuencias físicas de la caída, ya que Viñales afirma que "espero que no tenga nada roto, ni de ligamentos ni nada. Estoy seguro de que tengo algo en la rodilla y en el tobillo".