Marc Márquez empieza la temporada un paso por detrás de Yamaha en los primeros entrenamientos de pretemporada de MotoGP 2019. El de Honda acabó la segunda jornada de entrenamientos en Valencia en tercera posición a 154 milésimas del mejor registro marcado por Maverick Viñales.
Con mucho material que probar, Márquez no ha podido poner a prueba todas las novedades que Honda ha traído hasta Cheste, pero se da por satisfecho con el nivel que muestra el prototipo de 2019 y sobre todo por no haberse caído, algo que habría traído consecuencias para el piloto.
"Estamos buscando más potencia"
El ya siete veces campeón del mundo de motociclismo (cinco de ellas en MotoGP), ha iniciado la pretemporada de 2019 con mucho trabajo. Marc Márquez ha contado con tres versiones diferentes de la Honda RC213V en su garaje: una con especificaciones 2018 y dos con diferentes configuraciones de 2019.
Entre el martes y el miércoles Márquez ha dado un total de 78 vueltas al circuito Ricardo Tormo de Cheste, una pista en la que no logró acabar la carrera del pasado domingo y en unos test en los que tenía absolutamente prohibido caerse.
El 93 se fue al suelo durante la sesión de clasificación del GP de Valencia y volvió a dislocarse el maltrecho hombro izquierdo que tantos problemas le está dando durante esta temporada. Tras volver a irse al suelo en carrera, Márquez no se ha encontrado al 100% para estos primeros entrenamientos y ha sido bastante conservador, pero especialmente motivado por una amenaza de su equipo.
"Tenía prohibido caerme", ha asegurado el vigente campeón, apuntando que "si me iba al suelo el equipo me iba a castigar con no ir a los test de Jerez". Unos entrenamientos que se celebrarán a partir del próximo 28 de noviembre, en apenas una semana, antes de que Márquez pase por quirófano el 6 de diciembre para poner fin definitivamente a su lesión de hombro.
Pese a lo conservador que se ha mostrado Márquez, el de Cervera se va muy contento de esta primera toma de contacto con la temporada 2019. El segundo día con la pista en mejores condiciones "hemos empezando yendo muy rápido, así que cuando hemos visto que los tiempos han empezado a salir hemos empezado a probar cosas nuevas", ha declarado el de Honda.
Márquez también ha asegurado que "con las pruebas es donde mas tiempo perdemos, pero es necesario estar en el garaje manejando los datos". El 93 ha explicado que han centrado el trabajo en las dos motos de 2019, dos monturas casi idénticas con ligeras modificaciones a nivel de motor tratando de extraer la mayor cantidad de información posible para elegir el definitivo en Sepang.
"Estamos buscando encontrar más potencia, como todas las marcas, pero sobre todo cómo aplicarla al suelo a través del puño de gas", explicó Marc añadiendo que "ese compromiso es el que más cuesta encontrar y en el que estamos trabajando ahora mismo".
En lugar de salir a pista durante los últimos minutos a probar qué tiempo era capaz de conseguir a una vuelta con la configuración 2019 como sí hizo Viñales, Márquez ha confesado que sí que salió a pista, pero para seguir probando cosas y adelantar trabajo: "No era el día de buscar tiempos. Si me caía podíamos estropear los entrenamientos de Jerez".
El modo de trabajo no va a cambiar durante esta pretemporada. Marc ha asegurado que "seguiremos trabajando como hasta ahora. Hasta que no esté todo bien probado y no esté todo claro no tomaremos una decisión", pero sí ha apuntado que están en el buen camino porque el nuevo motor corre más y ya está al nivel del 2018, pero "hay que limar temas como la fiabilidad y el consumo de combustible".
Otra de las claves en las que van a trabajar de cara a 2019 es en la puesta a punto del chasis, intentando crear una moto menos exigente que no obligue siempre a montar neumático duro en el tren delantero. "Con la Honda hay que forzar mucho la rueda delantera para hacerla girar bien y el neumático blando no aguanta", pero ha explicado que durante el martes pudo por montar goma blanda durante todo el día por primera vez desde que llegó Michelin.