Las opciones con las que Marc Márquez llegaba al Gran Premio de Japón para poder alzarse con el título eran muy remotas, casi imposible. Pero las carreras son despiadadas, no entienden de estadísticas, afinidades, fuertes o débiles y casi sin quererlo el de Cervera suma ya su tercer título de Campeón del Mundo de MotoGP.
En una carrera en la que se ha limitado a hacer su trabajo saliendo a ganar y sin dar opciones a nadie, Márquez ha hecho valer su ventaja al frente de la clasificación para sumar otros 25 puntos en su casillero y salir de Motegi con 77 puntos de ventaja que le sirven para ponerse su tercera corona de MotoGP.
Una temporada difícil, pero perfecta
No se puede decir que este año Márquez lo haya tenido precisamente fácil. Ni siquiera su moto se lo ha puesto de cara y se ha tenido que pelear con la Honda durante buena parte de la temporada, especialmente la primera mitad. Una Honda con pocas ganas de colaborar le hizo exprimirse al máximo para lograr buenos resultados.
Así, si quitamos el décimo tercer puesto del GP de Francia, el quinto del GP de Austria y los dos cuartos del GP de Gran Bretaña y San Marino, todo lo demás han sido 11 podios en 15 carreras, empezando por el tercer puesto de Catar y con la victoria de Japón.
No hay duda de que ha sido el piloto más consistente y regular, especialmente si tenemos en cuenta la atípica temporada que hemos vivido con una climatología muy complicada, ocho ganadores distintos y, además, consecutivos. Una circunstancia que nunca antes habíamos visto en la historia del campeonato.
Australia, Malasia y Valencia. Aún nos quedan tres carreras por delante los números se le han puesto de cara a Márquez y se ha conseguido proclamar así con el título de Campeón del Mundo de MotoGP, el tercero en la categoría reina y el quinto junto con los de 125 cc y Moto2.
Parece que el gato japonés de la suerte al final le ha traído buena fortuna. ¡Enhorabuena campeón!
Fotos | Repsol Media