Tenemos, sinceramente, lo que nos merecemos. Con gente que difícilmente han seguido la evolución que postulaba Darwin en su teoría, los fanatismos en el deporte que amamos están ya a la orden del día. El último ejemplo, las amenazas a través de las redes sociales tanto a Jorge Lorenzo como a Marc Márquez ante el Gran Premio de Argentina.
Argentina es territorio Valentino Rossi en cuanto a aficionados seguidores. Pero esto no es excusa para leer mofas o insultos hacia otros pilotos que se juegan la vida cada fin de semana de Gran Premio. Frases como "Rossi, en Argentina sos local y se lo vamos a hacer sentir a los demás, que son mierda" sobran.
El asunto no es banal y, por ello, en Honda temen por la seguridad de sus pilotos. No es para menos visto los derroteros que ha ido tomando el asunto desde el año pasado. Pero ojo, no es exclusivo de este GP ya que el año pasado se tuvo que reforzar la seguridad en Valencia ante las amenazas lanzadas por unicelulares españoles.
Jorge Lorenzo lo ha dejado muy claro en la rueda de prensa de hoy ya que todo esto se puede minimizar (evitar sería imposible), pero sólo si todos tiran en la misma dirección.
La única persona que puede resolver esto se sabe quien es pero igual no le interesa.
Ante las preguntas de si se estaba refiriendo a Valentino Rossi, el mallorquín no quiso llegar más allá, pero tampoco dejó mucho margen de duda.
Todo el mundo lo sabe o se lo puede llegar a imaginar. No sé si estoy dirigiéndome a él o a otra persona. Que cada uno saque sus conclusiones.
El tema de los pitos y silbidos a su paso por las gradas o en el podio es algo que a los pilotos les da igual. En muchos casos llevan siendo toda la vida el malo de la película y han sabido convivir con ella. Pero otra cosa es la situación actual.
No hemos hecho nada para merecer que pase algo. Seguirá así si nadie pone remedio.
En el caso de Lorenzo, no está previsto que salga del hotel que se aloja, ubicado en las proximidades del circuito. Según declara, porque estará entrenando y concentrándose para la carrera, pero me imagino que en el seno del equipo también pensarán en la seguridad de su piloto.
¿Seremos capaces de revertir la situación? No lo sé, empezamos a llegar a un punto de no retorno.
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