Los colores se asocian a objetos, personas y hasta a empresas. De esa manera, el cielo es azul, Kawasaki es verde y KTM, naranja. Que Honda, el mayor fabricante del mundo de motos, sea roja, tiene un motivo y no es cuestión del azar ni del "qué bien te sienta". Tiene una historia detrás.
Digamos que fue una cuestión de cabezonería más que de otra cosa del que fue cofundador de Honda, el mítico Soichiro Honda. Si no fuese por él, probablemente Honda no sería roja a día de hoy; la culpa fue del gobierno japonés, en parte.
Un jefe muy cabezón y un periódico para hacer presión
De idéntica forma a lo que sucede ahora con los chinos y su industria automotriz, un día Japón por lo mismo. No eran nada, y querían serlo todo. En concreto hay que remontarse a la década de los años '50, cuando los estadounidenses tenían la sartén por el mango. La idea para que el país cogiese impulso llegó de parte del gobierno nipón.
En consecuencia, el Ministerio de Comercio Internacional e Industria lanzó un plan conocido como "Concepto Nacional de Automóvil". Básicamente, un reto industrial con tres condiciones: vehículos de cuatro plazas, que no fuesen a más de 100 km/h y que costasen 150.000 yenes (hoy en día eso serían 940 euros).
Honda, que por aquel entonces ya fabricaba motos, quiso meter la cabeza en la industria del automóvil, y reclutó un buen grupo de ingenieros para llevar a cabo su idea. Aquello acabó tomando forma de Honda Sports 360 (conocido más simplemente como S360).
Más allá de las especificaciones de ese coche, lo que nos interesa es que los diseñadores de Honda imaginaron a ese coche con un naranja vivo, prácticamente rojo. Pero a Soichiro Honda no le convenció la idea; él lo quería rojo, aunque había un problema, y es que estaba prohibido.
Ya en el siglo VIII había una gama de colores prohibidos y relegados para funcionarios y miembros de la corte, los "kinjiki". El rojo, para los plebeyos, estaba prohibido. Y así permaneció once siglos. La gente pudo empezar a poder lucir prendas con el color que quisieran poco a poco en la era Meiji, es decir. La prohibición permanecería hasta el siglo XX, y se levantó para todos entonces... Excepto para los automóviles.
¿Cómo que estaba prohibido solo para automóviles? En Japón, por ley, estaba prohibido vender coches de color rojo o blanco para un fin puramente práctico: evitar confundirlos con camiones de bomberos y ambulancias, que primordialmente utilizan estos colores. Así que los japoneses no querían confundir a los particulares.
Pero Soichiro Honda era muy cabezón, y en contra de la corriente que acataba y seguía la influencia del gobierno japonés, se plantó de una forma alternativa y creativa. Recurrió a la prensa para quejarse de esa prohibición, argumentando en una columna:
"El rojo es un color básico del diseño. Cómo pueden prohibirlo por ley? No conozco ningún otro país de primer orden que tenga el monopolio sobre un color".
Y vaya que si causó efecto; sus ejecutivos hicieron un lobbying incesante en el ministerio de transportes nipón para que se levantase esa prohibición, y acabó pasando. Cuatro meses después Honda se empezó a identificar en coches y motos por su color rojo.
Pero, curioso, no fue hasta ya entrados en el siglo XXI, concretamente en 2021, cuando finalmente Honda decidiese utilizarlo como color corporativo e institucional. El famoso 'Honda Red' que ahora está presente en todas sus motos, coches y otros aparatos.