El pasado fin de semana tal como os anunciara bien mi compañero Pau Vidal se celebró en Sevilla el Primer Salón Expomoto de Andalucía. Un salón que tal como anunciaban, pretendía ser un reactivo para el sector de la moto y animar a los usuarios e indecisos al consumo de motos de productos relacionados y de otros quizás no tan relacionados. Varios factores se pusieron en contra a mi parecer. Para empezar la fecha elegida estuvo marcada por unos días bastante grises (aquellos en los que se esperaba “la tormenta perfecta”). Malos días para hablar de moto.
Por otro el Palacio de Congresos de Sevilla que habría sido el emplazamiento ideal para el salón está en pleno proceso de ampliación, y los pasillos del Estadio Olímpico la verdad es que no son el mejor sitio para montar un salón de motor cualquiera que este sea. Pero a pesar de lo que invitaba el día, me dí una vuelta la tarde del sábado por Expomoto a ver qué me encontraba. Había un buen número de concesionarios asistentes, se anunciaban buenos descuentos, y quería ver qué efecto tenía la tan eludida de nombrar crisis. ¿Qué ví y qué impresión me llevé de allí? Seguid leyendo.
Por fortuna si con algo sí cuenta el Estadio Olímpico (y la Isla de La Cartuja) frente al Palacio de Congresos es por lo fácil de llegar al sitio y el gran espacio para aparcar. Cosa que fue fácil y rápida, pues a pesar de haber un buen número de coches a eso de las cuatro de la tarde, prácticamente las explanadas alrededor del estadio no estaban ocupadas ni al 50%. Se veían algunos furgones de los concesionarios, un circuito de minimotos y pruebas y un parking habilitado en la misma puerta del estadio para las motos que con lo que amenazaban las nubes no tenían actividad a esa hora. Saqué la entrada (5 euros, los niños hasta los 10 años no pagaban y no era el caso) y entré a ver qué me encontraba.
Nada más entrar me topo de frente con una de mis debilidades: el stand de Honda te recibía en la entrada. Era uno de los que mejor dejaban ver las motos expuestas, porque ni habían llevado una gran cantidad de ellas (pero sí una buena muestra del catálogo) y aprovechaban más la parte central de esa parte del pasillo en vez de encasillarse a un lado como tuvieron que hacer otras marcas asistentes. Vitrinas de accesorios, CBR 600 RR con decoración especial, algunas unidades de competición y en todo el centro del stand esperándote desde la entrada una Honda VFR 1200 F roja que ya estaba vendida. Buena señal.
No iba preparado para hacer una sesión fotográfica (perdonad por ello la calidad justa de la galería), y con la iluminación, la cantidad de gente y lo que permitía hacer la cámara del móvil no había hueco para hacer maravillas. Se esforzó la organización por iluminar lo mejor posible los stands, pero definitivamente las zonas interiores del Estadio no es sitio para estos eventos (una vez más). No dejo de pensar cómo habría lucido el salón de haberse celebrado en la primavera con mejor tiempo aprovechando entonces el gran espacio del exterior del estadio.
En la primera sala de entrada, la más pequeña del salón no había mucho más. A la derecha un pequeño stand de la escuela de conducción de Jose Luis Cardoso (el cual estuvo el viernes firmando autógrafos junto a Dani Torres, Narcis Roca y Carlos Campano el día anterior) y uno más del equipo Neugrip con merchandising y que estaba en bote de gente por cierto.
En su lado izquierdo y camino a seguir había un poco de todo: accesorios propios del mundo custom, gorras personalizadas (otro que también tenía una buena afluencia de gente), un stand del concesionario multimarca Willy Motor, Suzuki (I+D), Andalucía sin carné (por aquello de ser cuadriciclos supongo, pero desierto de público y su encargado matando moscas a cañonazos) además de unos cuantos quads y buggies.
A esta primera sala creo que no le hicieron mucho favor con la iluminación. Salvo el sitio de Honda, el resto pasaba casi desapercibido por este nimio detalle, agravado más en el caso de los stands que estaban entre pilares del Estadio. Encima era zona de paso como quien dice… casi nadie paraba en Willly e I+D por lo que pude ver.
Crucé a la izquierda en busca de la siguiente nave y ahí ya cambió la cosa, una nave más iluminada con pasillo central y bastante más presencia y movimiento de gente. Yamaha (Eduardo Castro mediante) era el stand más grande y numeroso con diferencia. Abarcaba ambos lados del pasillo: quads, camperas, custom, ocasión y deportivas a la derecha (con una Teneré 660 a la venta en promoción con maletas de aluminio montada sobre un palé y atada como si la hubieran recién sacado de un contenedor que decía “cómprame”).
A la izquierda tenían un poco de todo con pantallas reproduciendo vídeos de MotoGP del año pasado, accesorios, merchandising y aprovechando el espacio (es la sensación que me dió) la Federación Andaluza de Motociclismo aprovechando un rincón junto a la puerta que separa ambas salas.
BMW (Todomoto) estaba con un buen número de motos de ocasión y representación de las nuevas F800 GS, GS y RT 1200 con la nueva revisión del motor bóxer. También una S 1000 RR un tanto relegada a un segundo plano junto a la pared del fondo del stand seguía por el lado derecho al stand de quads y camperas de Yamaha. Entre variadas representantes de la familia K y la deportiva intermedia de las bóxer, la R 1200 S (de la HP2 ni rastro).
Al frente y al otro lado del pasillo tenía a Kawasaki (Green Motor) con una buena ristra de las últimas novedades y actualizaciones del catálogo. Tenían las últimas revisiones de las ER6, todas sus deportivas, siendo uno de los stands más llamativos por los colores. También una buena muestra de las customs de Akashi.
Pero en esta sala salvando Motor Hispania que tenía el stand más desahogado, Kawasaki sufría también la escasez de sitio. Los asientos, depósitos, frente y trasera de las motos se ven de lujo así, pero si hablamos de ver el lateral o “probarse” la moto, malo. También estaba Harley-Davidson, que llevó menor número de motos, pero ocupaban casi el mismo sitio que Kawasaki por razones obvias. Aunque también algo más espaciadas sus motos entre sí.
Me paré en esa zona viendo los modelos expuestos. Todas las motos gozaban de descuentos según rezaban sus carteles, pero al menos yo no ví ni de casualidad esos descuentos que anunciaba el salón de hasta el 50%. Ni en motos nuevas y actuales, ni tampoco en motos de ocasión. Si ese 50% es como aquellos “hasta el 90%” de las rebajas, entonces es otro tema.
Sí había mucha promoción del plan Moto-E, de la mano con descuentos que iban desde los 200 euros hasta los 1.500 euros aproximadamente según marcas y modelos de motos. Hablando del descuento de mayor cuantía estamos hablando de motos de más de 16.000 euros. Algunas promociones incluían algún accesorio o pack con seguro incluído que hacía algo más atractiva la oferta, pero al final hablando en plata: el que buscara o se imaginara precios de derribo con la publicidad del salón, mejor que fuera a Lourdes.
Piaggio ocupaba un stand de tamaño medio al completo, con presencia mayoritaria de scooters, Vespa y dos Piaggio MP3. Uno de ellos anunciando el 250 y 400 LT “que lo puedes llevar con el B de coche” (cartelón bien grande en la pantalla de los mismos). El 250 lo dejaron “jugando visualmente” con sus tres ruedas, pues la derecha delantera la tenía subida en un cajón de mostración con la izquierda abajo y el scooter completamente estabilizado. Desde luego la criatura de Piaggio tiene su encanto cuando la ves de cerca, y poder llevar un scooter de 400 c.c. que se moverá seguro por carretera más desahogado que el 125 o el 250 con carnet B seguro que es un gancho para más de uno.
El que no esperaba ver allí era el Piaggio MP3 Hybrid blanco con el cable del enchufe para la carga a la vista, pero que con tanta piña de motos en poco espacio y con sus hermanos LT400 y 250 justo al lado pasaba desapercibido. Tras ellos una buen representación de Vespa, y Aprilia y Gilera un tanto relegadas a un segundo plano.
En un lateral del stand y en fila había alguna Shiver 750, Dorsoduro, Scarabeo y SR50 junto a algunas Piaggio Liberty. Al fondo del todo dos o tres modelos de Gilera, de ellos un Nexus 500 y una GP800 negra elevada, a la que le tiré una foto pero lo dicho al principio: la cámara me decía que no tenía ni la iluminación ni sitio para hacer maravillas. Amén de que el hormigueo de gente viendo motos era constante con lo que ello implica.
La sevillana Motor Hispania tenía un stand tan grande como el de Piaggio en el que las llamativas XR 125 y el nuevo modelo trail la Thema 125, de la que que se tiene previsto el inicio de su producción en pocos meses. Además de tener una muestra de todo el catálogo de la marca. Me llamó la atención la Sport City 125 de estilo supermotard, y viéndola estaba cuando el suelo comenzó a temblar mientras y un sonido atronador de motores acaparaba todos los decibelios perceptibles por el oído humano en todo el salón.
Y es que justo enfrente de Motor Hispania arrancaron una custom preparada que formó una marabunta de gente en cero coma. En ese stand sólo había custom puro y duro, que formaban la de Dios en rondas de 10 minutos con las motos arrancadas a escape libre que temblaba el suelo de todo el salón. En la galería podréis ver algunas de las imágenes que pude tomar en esa zona, en la que había también expuesta la que me parece que es la esencia de una chopper. Yo le echaba en falta algo mullido de asiento pero no mucho más.
Junto a ellas en un pequeño stand estaban las clásicas. Y ahí sí que pensé más que nunca que qué pena de tanta joya apiñada y por alguna razón con peor iluminación que otros stands. Difícil se hacía poder admirar bien muchas de ellas. Más gente y curiosos atraían aún así, pues había desde una Mosquito del 57 blanca, pasando por una Bultaco Tralla (350 creo que era), Metralla 175, Ducati 24 Horas, Ducati 175, Velosolex, BMW R27 250 del 57 creo que era y una Ural del 67.
También había muchas Moto-Guzzi (¡eran legión!) tanto de 50 como de 125. Amén de la clásica Vespa 150 con sidecar, algunas Puch (de las más recientes eso sí), las Montesa Cota y el centro del stand: una Rhonix X de 1928. Todas en perfecto estado de restauración. Por supuesto no faltaba el rincón con los tan anhelados y recurrentes recambios imprescindibles para los aficionados a las clásicas y su restauración (o mantenimiento, porque muchas unidades estaban en perfecto estado de uso).
No esperaba un salón espectacular como Milán, o MotoOh!, cosa que Expomoto no es. Ya que al final es una reunión de concesionarios que han querido ir a él para vender y promocionar motos con alguna curiosidad más. Pero al final me fuí con la sensación de que no había tanto descuento como se anunciaba ni “tanto efecto crisis” como se llora y comenta. Y creedme que como aficionado al mundo del motor y en especial al de la moto con el que me enganché con pocos añitos de vida me duele decirlo.
En general ví más motos de las que pensaba con el cartel “VENDIDA”, pero tampoco en un gran número, y que en la página oficial del salón no se hagan aún eco de número de ventas me hace pensar que el éxito comercial fue discreto. Sí que lograron un objetivo, y es que seguro que desde el último viernes de febrero al primer lunes del presente marzo, los concesionarios vieron pasar allí vieron pasar un mayor número de posibles clientes que por sus locales en los últimos meses.
Mala suerte de la meteorología de ese fin de semana, porque seguramente con sol la afluencia habría sido mejor (se habla de más de 32.000 asistentes). Pero lamentablemente me quedó ese regusto de que el sector de la moto sigue estancado en un más de lo mismo y me explico: si las marcas/fabricantes no se implican más, dudo que los concesionarios puedan ofrecer mucho más.
Y vosotros nuestros lectores, ¿alguno pasásteis por Expomoto? ¿Qué impresión os llevásteis? ¿Llegásteis a pie y salísteis con dos ruedas de más?
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