Hubo una época en la que las motos extravagantes estaban a la orden del día. En busca de la peculiaridad y resaltar entre los nuevos fabricantes, las marcas creaban auténticas máquinas surrealistas. La Vespa que saltaba en paracaídas y tenía un bazooka integrado es una de ellas.
No muy lejos de esa época y de ese estilo de moto, Lambretta quería llamar la atención. Pero, ¿cómo? Creando el único scooter anfibio de todo el mundo. La imagen de portada ya te ha dado una buena primera impresión, y no es un render, existe... E incluso queda alguna en venta en pleno 2023.
Una moto que terminó hundiéndose en un lago
Algo tienen los vehículos anfibios que siempre llaman la atención. Esa mezcla entre utilidad diaria y diversión acuática es pura ironía, o genialidad futurista. Lambretta quiso vacilar al mundo con su Amphi-Scooter, o más bien destacar en algo más que Vespa.
Que por cierto, lo de 'anfibio' viene del apellido del inventor estadounidense Orukter Amphibolos, creador del primer vehículo anfibio autopropulsado se construyó en 1805. De su apellido e idea derivaron muchos otros vehículos anfibios, entre ellos esta Lambretta.
La idea del scooter anfibio de Lambretta nació de la propia marca, y no de ningún preparador o inventor externo. Fue idea de su director de comunicación y jefe de desarrollo. La idea era simple: añadirle a un scooter normal y económico como era el Lambretta J125 de 1964 flotadores de fibra de vidrio similares a tablas de surf fijados a ambos lados.
Lo mejor de todo es que esos flotadores estaban integrados en el scooter a través de un mecanismo que permitía retrotraerlos o bien expandirlos, para usarlo por carretera o por agua. Los flotadores estaban rellenos con espuma que aguantaba el peso de la moto encima del agua... Y aquello realmente funcionaba. Aunque hoy en día dudamos que pase una homologación de la ITV... No estaría mal darse una vuelta con él.
El Lambretta J125 fue el elegido para ser el vehículo anfibio, por lo que no les requeriría crear un scooter exprofeso. Al contar con un chasis monocasco ya tenía suficiente impermeabilidad. Luego, para funcionar dentro del agua utilizaba una pala giratoria acoplada a la rueda trasera, y un timón en la delantera que servía como dirección.
En la época revolucionó, y de qué manera. Tras una primera y exitosa prueba en secreto para ver cómo funcionaba el modelo, lo presentaron en una feria. Aquello fue un bombazo: prensa, revistas, noticiarios... Nadie escapó del conocimiento de aquella cosa con ruedas que también funcionaba en el agua. Pero nunca llegó a producción.
La original se hundió... Y alguien decidió replicar una
Lamentablemente la única unidad de producción terminó hundida en un lago y nunca llegó a ser recuperada. Pero alguien ha tenido la excelente idea de reconstruirlo en 2015. 50 años después Costantino Frontalini, director del Museo Internacional del Sidecar, quiso hacer su particular réplica.
Para ello estuvo recopilando durante años información sobre el modelo, hasta el punto de hacerlo prácticamente idéntico y, lo más importante, 100 % funcional. Color, año, modelo, matrícula... Todo original. No fue un proyecto fácil, ni barato: la Lambretta le llevó más de 700 horas desarrollar esta obra única, costando más de 20.000 euros.
Hasta lo han probado en agua... ¡Y marcha que da gusto! Tiene la misma arquitectura y funcionamiento, con idénticos mecanismos. El lugar en el que descansa el único Lambretta Amphi-Scooter del mundo es en el Museo Internacional del Sidecar de Cingoli, en Italia.
Pero ya se ha cansado de tenerlo o en el museo, o bien necesita liquidez para otros proyectos... Así que lo está subastando. El Lambretta Amphi-Scooter ha salido a subasta y cuesta cerca de 10.000 euros.