Esta es una de esas noticias que te reconcilian con la raza humana. Para ponernos en situación nos tenemos que ir a Perú en concreto hasta el aeródromo de Contamana, en la provincia loretana de Ucayali. Donde un pueblo de unas 24 mil almas da lecciones al mundo de solidaridad. Parece que allí todos aprenden desde pequeños que uno es para todos y todos son para uno. Desde su pobreza más visceral, donde solo el 20% de la población tiene agua y desagüe, han hecho de la honestidad su pasión.
Así, son capaces de organizar por octava vez y a través de una radio local la ayuda necesaria para que una avioneta pueda despegar con tres enfermos gracias a 350 motos que se disponen en la pista de aterrizaje de tal manera que forman dos filas para que el piloto pueda ver la trazada por donde tiene que dirigir el avión.
Como podéis ver la mayoría de los voluntarios son mototaxis de la zona. Pero además según cuentan, incluso la primera vez que se movilizaron para organizar un despegue y aterrizaje en el 2004, se juntaron 700 mototaxis. Los que no tenían moto llegaron con generadores y focos, incluso había cientos de niños y ancianos con sus linternitas.
Además no es fácil para estos motoristas la ayuda, pues la gasolina cuesta unos 13,50 Soles el galón, que para la pobreza extrema en la que viven, es un gran sacrificio. Pero además las manifestaciones de solidaridad de este pueblo no acaban en este tipo de acciones. Realmente parece que han tomado conciencia de que la única manera de resolver graves problemas es siendo solidario. Con esta actitud ni siquiera hace falta tener dinero para lograr lo que parece imposible.
Todo esto me viene “al pelo” para recordaros que os leáis otras reflexiones sobre la solidaridad pero en este caso sobre el piloto indignado y el compromiso social.
Vía | Voromv