Por mucho que nos guste montar solos en moto para disfrutar de nuestra libertad como moteros, siempre acabamos por llevar a alguien a algún sitio, ya sea para fardar de moto, por compromiso o porque nos encante viajar en moto en pareja. Por eso hay que tener en cuenta algunos consejos a la hora de montar a dúo.
Seguro que si has llevado a alguien de pasajero en alguna ocasión te has dado cuenta, pero su comportamiento influye tanto o más sobre las reacciones de la moto que las órdenes del piloto a los mandos, pero también podemos hacer mucho por integrar al acompañante en esta experiencia tan positiva.
La posición del pasajero influye MUCHO
Más importante que la postura que el pasajero adopta sobre su asiento es casi más importante su ubicación. Los asientos del copiloto en una moto tienen un gran defecto inherente (aparte de ser incómodos en su mayoría), y es que su ubicación está muy lejos del centro de gravedad.
Salvo en motos muy enfocadas hacia una conducción a dúo, los pasajeros se sientan demasiado alejados, sobre el eje de la rueda trasera, y a una altura considerable en un segundo piso más elevado. Esta ubicación se traduce en que la moto pierde buena parte de su equilibrio natural al añadir un peso considerable muy lejos de su punto óptimo.
Tanto por los pongamos 60 kg de masa añadida que estamos sumando como por su ubicación tremendamente ineficaz, el pasajero sólo con su presencia cambia cómo va a comportarse nuestra moto, por muy experimentados conductores que seamos.
Para que te hagas una idea, el peso añadido en esa ubicación es tan negativo que ha erradicado prácticamente los escapes elevados y ha acortado progresivamente los colines de las motos modernas.
Mantén la calma en cualquier situación
Ahora que sabemos que llevar un pasajero cambia radicalmente el comportamiento de nuestra moto al añadir una masa considerable en un punto muy alejado del centro de gravedad. Sé consciente de ello y mentalízate para estar preparado en cualquier situación. No pasa nada.
Llevar paquete requiere una importante capacidad de improvisación. La moto que conocemos perfectamente y que tantas alegrías nos da en solitario se puede convertir en un quebradero de cabeza que cambia en cada curva, incluso en cada metro, dependiendo de lo inestable que sea nuestro acompañante.
Especialmente aquellos pasajeros poco acostumbrados a montar en moto tenderán a hacer lo opuesto a lo que quieres, permaneciendo verticales sobre su asiento en las curvas y apoyando el peso sobre la estribera exterior. Pero no pasa nada, puedes gestionarlo.
Conduce con guantes de seda
Aunque tengas ganas de darle al mango, aunque te conozcas al dedillo esa carretera, aunque quieras demostrar lo bien que pilotas... no lo hagas. Si tienes que impresionar que sea por lo suave que conduces.
Montar en moto tiene que ser una experiencia positiva para las dos personas que la experimentan, por eso es muy importante que hagamos absolutamente todo lo posible por que el acompañante disfrute del paseo con una conducción notablemente distinta a la que podríamos ejecutar montando en solitario.
La fluidez es la clave de todo. No es conveniente hacer nada de manera brusca o de lo contrario podemos estresar más de la cuenta al pasajero, algo que no es bueno ni para su estado mental, ni físico, ni para su manera de comportarse sobre la moto que puede acabar complicándote mucho la vida detrás del manillar.
Usa el freno trasero
Normalmente estamos acostumbrados a tirar sólo de freno delantero cuando conducimos. Es la manera más efectiva de frenar, pero al mismo tiempo es la más incómoda. Al frenar sólo de delante estamos transfiriendo todo el peso hacia el eje anterior, lo que resulta especialmente incómodo para el pasajero que no suele tener un buen apoyo.
Para que se le sobrecarguen los brazos a nuestro acompañante podemos variar nuestra forma de frenar. Cuando sólo haga falta decelerar un poco lo haremos anticipándonos a la maniobra y jugando con el freno motor. A la hora de frenar de verdad comenzaremos las frenadas con el freno trasero antes de apretar la maneta derecha.
Con esto lo que conseguimos es que la moto frene plana, sin amorrarse, y reduciendo la necesidad de tirar de freno delantero, lo que ayudará al pasajero a cansarse menos de la cuenta en una fase tan estresante desde su punto de vista.
Cambia de marcha con suavidad
No menos estresantes pueden llegar a ser los cambios de marcha. Tú, como conductor de tu moto, sabes cuándo vas a engranar la siguiente velocidad, pero el copiloto no. Salvo que pertenezcáis a los X-Men o seáis mentalistas, no estáis en la mente del otro, ni siquiera con intercomunicadores.
Realizar cambios de marcha suaves, a bajas revoluciones, sin estirar las velocidades y de manera pausada es la mejor forma de que nuestro copiloto no sufra las sacudidas del cambio que normalmente suelen acabar en choques de casco contra casco.
Si no lo hacemos con cuidado, además de ser incómodos también generan una inevitable sensación de inseguridad que convertirá el trayecto en una penitencia para el pasajero.
No te agaches innecesariamente
Hablando ahora sobre un desplazamiento medio/largo, siempre el pasajero va a estar condicionado por una protección aerodinámica notablemente peor. Aunque las motos han evolucionado bastante en cuanto a protección con los ensayos en túneles de viento, lo cierto es que las motos suelen estar pensadas para un uso más en solitario.
En motos pequeñas gracias a la proximidad entre uno y otro, el cuerpo del piloto puede cubrir bastante del viento al pasajero. En motos más grandes, donde hay algo de separación entre ambos a medida que aumenta la velocidad suele generarse una turbulencia entre los dos.
Para evitar este incómodo efecto del aire hay conductores que tienden a agacharse, pero eso sólo empeora el problema para el pasajero que queda aún más expuesto al aire, que le va a atacar de frente y molestarle más de la cuenta. Lo mejor es buscar una velocidad cómoda para ambos, sin turbulencias y que os permita disfrutar del viaje
Ojo con los pasajeros racing
No abundan, pero los hay. Son el caso contrario a los pasajeros con un sentido de supervivencia felino que intentan quedar verticales, estos pasajeros demasiado implicados en la conducción son aquellos que no sólo acompañan al conductor en sus movimientos sobre la moto, sino que parece que ellos son quienes pilotan.
Ojocuidao porque no es ninguna tontería. Que un pasajero se lance hacia el interior de una curva puede ser aún más peligroso porque convertirá una moto hundida de la parte trasera en un vehículo que se dirige hacia el ápice con un menor control sobre la dirección, lo que puede darle un susto tremendo al conductor y hacerle perder el control.
Ponte en su lugar
Empatía, siempre empatía. Piensa en que por mucho que conozcas a tu pasajero él o ella no está dentro de tu mente. No sabe cuándo vas a cambiar de marcha para prevenir el tirón, ni tiene la misma protección aerodinámica, ni seguramente vaya tan cómodo como tú.
Ir de pasajero en moto es todo un acto de fe, así que lo mejor que podemos hacer como motoristas si queremos mantener la relación con esa persona que ha decidido acompañarnos es ser considerados y pensar más en hacer el trayecto lo más confortable posible aplicando los consejos anteriores y tratando de disfrutar al máximo.
Y ahora le toca el turno a nuestro pasajero, porque ellos también tienen que saber cómo comportarse sobre una moto, y para eso te dejamos todos los consejos en el siguiente artículo.