Después de los de ayer, hoy os traemos otros seis consejos más para completar la lista de 12 consideraciones que nos pueden salvar un viaje, o al menos hacerlo más llevadero. Si ayer hablábamos sobre el cuerpo y la hidratación, hoy lo haremos sobre la moto y nuestro equipamiento.
Por cierto, que si se os ocurren más ideas nos las podéis dejar en la sección de comentarios y lo hablamos. Aquí cada maestrillo tiene su librillo y algo que pasa desapercibido para uno puede ser de ayuda para otro. ¡Vamos allá!
Un traje de agua, siempre
Verano, sol, playa, calor... Más o menos son sinónimos dentro de nuestro viaje perfecto, pero no te olvides de que en cualquier momento puede aparecer una nube aislada y descargarte un auténtico diluvio concentrado en unos pocos minutos.
Los trajes de agua no son más que un chubasquero de chaqueta y pantalón, o un mono impermeable que incluso te puedes poner sin quitarte ninguna prenda. Ocupan muy poco y por lo general caben en el hueco bajo el asiento de todas las motos o en un rincón de la mochila, un precio muy bajo a pagar por una prenda que te puede salvar de terminar empapado.
Las zonas de costa son especialmente puñeteras con las tormentas, así que si crees o notas que la cosa se pone fea o que empieza a granizar, no tengas reparos en resguardarte en cualquier lugar, pero que sea lo más visible y que te puedas detener con seguridad. Tu seguridad es lo más importante, y un sólo granizo te puede estropear la ruta.
Revisar la moto es tu responsabilidad y tu deber
Esto lo hemos repetido hasta la saciedad. Antes incluso de hacer inventario de lo que te quieres llevar para estar monísimo/a de la muerte y lucir palmito en tu destino, hay que comprobar que la moto esté en perfectas condiciones. Más importante aún que en invierno.
Con el calor la maquinaria de nuestras motos sufren más. Es muy importante tener todos los niveles ajustados, es más, a ser posible sustituir el aceite y el refrigerante por unos nuevos para que el motor está bien lubricado y evacue el exceso de temperatura de forma efectiva.
Revisa las presiones de las ruedas, antes y durante el viaje. Son sólo un par de minutos y no cuesta nada, pero también echa un ojo a las pastillas y el líquido de frenos y al estado de la cadena. Lo de que acabo de sacarla del taller no es excusa.
Hay que llevar siempre un kit de superviviencia con un mínimo de herramienta (además de la original que trae la moto y que no suele valer para demasiado), cinta americana (un clásico), bridas y un kit de reparación de pinchazos. Cuatro cositas que te pueden salvar el viaje.
Insectos a tutiplén
Los pequeños bichos voladores serán nuestros grandes amigos durante todo el viaje. Iremos conociendo los distintos tipos autóctonos de cada por la que pasemos y decorarán la visera de nuestro casco con múltiples colores y texturas.
Para que no se acumulen demasiados y comprometan nuestra visión, es recomendable que en las paradas aprovechemos para limpiar la visera. Poniendo un papel mojado bien pegado a la pantalla durante cinco minutos y posteriormente frotando con cuidado la mayoría desaparecerán a las pocas pasadas.
No intentes rascarlos en seco ni frotarlos directamente con un paño húmedo porque es fácil dejar desagradables marcas en la visera. Con un poco de maña y dejándolo en remojo conseguiremos una pantalla perfectamente limpia sin una marca.
Usa la cabeza para repartir el equipaje (no literalmente)
Si vas a estar fuera de casa durante unos días tendrás que llevar algo de equipaje, así que tendrás que buscar la mejor manera de repartirlo y que no te interfiera con la comodidad. Con usar la cabeza no quiero decir que lleves una bolsa sobre el casco, me refiero a que tengas en cuenta que estás metiendo peso extra y hay que colocarlo bien.
Una bolsa sobredepósito es lo más versátil porque tendremos todo a mano y podremos coger cualquier pertenencia sin bajarte de la moto. Dinero para el peaje, la tarjeta para pagar en la gasolinera, las gafas de sol... Eso sí, ojito con los imanes de la bolsa y las tarjetas de crédito, que te puedes llevar un susto majo.
Deja la mochila para el equipaje que no vayas a utilizar durante el viaje, así no tendrás que andar quitándotela y la puedes usar para llevar el camelback. Y si lleva maletas o alforjas procura que esté el peso repartido más o menos equitativamente para que la moto no vaya descompensada.
Escoge las mejores horas para viajar...
Sobra decir que a mediodía y primera hora de la tarde te cueces en la calle, por mucho que te vaya dando el aire. Intenta planificar las rutas a primera hora de la mañana y última de la tarde, el resto del día lo puedes emplear para disfrutar de la compañía, hacer turismo a pie, conocer la gastronomía del lugar o cualquier otro plan.
Si no te queda más remedio que coger la moto en las horas centrales, ten muy en cuenta todos los consejos de los que ya hemos hablado y tómatelo con calma. Recuerda también que el aire directo puede quemarte y deshidratarte, así que no vayas a pecho descubierto por mucho calor que haga.
Viajar de noche es bastante agradable (al menos para mí), pero la sensación de desorientación, especialmente por carreteras secundarias, y la falta de visibilidad pueden desorientarte y te perderás todo el paisaje. Además es sencillamente más peligroso, así que no resulta especialmente recomendable, salvo casos puntuales y a poder ser en zonas que conozcas bien.
...y los mejores viajes para el verano
No todos los destinos son apropiados para todas las estaciones del año. Juntar verano y playa puede ser lo más habitual pero quizá buscar otras alternativas podría disparar el nivel de disfrute de tu viaje.
¿Verdad que no irías a esquiar en verano? Las estaciones de esquí están peladas de nieve, los remontes no funcionan, aquello está desierto y por las retorcidas carreteras de acceso no pasa un alma.
¡Oh, wait! Si cambiamos la playa por la montaña podemos encontrar un resort para motoristas aprovechando la temporada baja de los deportes invernales. Yo de vez en cuando lo hago y os aseguro que merece la pena. Combinas unas rutas por pueblos escondidos con unos cuantos hill clim por carreteras sinuosas y tienes un plan chulísimo.
Además, la temperatura baja y acompaña más para estar subido a una moto, y si echas de menos las masas de agua busca un poco y seguro que encuentras algún lago o embalse donde mojarte el culo.
Y por lo demás, ¡disfruta! Que para eso está el buen tiempo.