En 1990 el diseñador británico David Kay, responsable de diseño de las motos de MV Agusta por aquella década, decidió fabricar la única moto que tiene, de forma oficial, el logotipo de Ferrari, con el permiso escrito de puño y letra del mismo Piero Ferrari, hijo de Enzo Ferrari.
Desde entonces, esta one-off se ha intentado subastar hasta tres veces, una a través de la casa de subastas Bonhams en 2008, otra en 2012 (cuando se vendió por 100.000 euros) y otra entre medias de esas dos fechas y vía eBay; tanto aquí como en Bonhams el preció de partida fue de cerca de 300.000 euros y no se consiguió vender.
La única moto que tiene el permiso de llevar el logo de Ferrari
David Kay dedicó hasta 3.000 horas en construir esta moto, que terminó en 1995. Su motor, un tetracilíndrico con distribución DOHC de 900 cc y 105 CV a 8.800 rpm, se construyó de forma artesanal. Esta Ferrari 900 puede alcanzar los 265 km/h de velocidad máxima y su peso en seco es de 172 kg.
Como única moto oficial con el purasangre grabado en la carrocería y otros elementos de la moto como el motor, no se escatimaron en materiales y en añadir lo más exclusivo en tecnología que existía dos décadas atrás: horquilla invertida Forcelle Italia, discos Brembo, doble amortiguación trasera firmada por WPS, ruedas Astrallite de 17 pulgadas, chasis tubular de acero, carenado de aluminio, doble salida de escape fabricado de forma artesanal por Terry Hall y hasta un panel de instrumentos digital.
Quién sabe si esta joya de la ingeniería se volverá a subastar en el futuro. Si su precio de partida hace más de diez años fue de 300.000 euros seguramente ahora su precio subiría exponencialmente. Sería interesante ver hasta cuánto están dispuestos a pagar ahora por esta joya que es historia viva del motociclismo, más allá de lo que opine cada uno de su aspecto.
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