¿Y si pudieras irte con tu moto de vacaciones? Eso es algo con lo que siempre soñamos los moteros pero no exactamente como lo que Jeremy Carman ha ideado. Ir de vacaciones en moto y dormir dentro es lo que este estudiante de arquitectura californiano ha ideado, llevando la fiebre camper hasta el mundo de las motos.
El proyecto se llama MotoHome y básicamente es convertir tu moto en una plataforma sobre la que instalar una especie de cápsula en la que poder habitar para pasar las noches y olvidarse así de las tiendas de campaña. Pensado para instalarse sobre motos de aventura por su planteamiento y robustez, obviamente necesita más modificaciones de las que parece.
Carman ha unido su afición por las motos y la pasión por la arquitectura
Carman asegura que si el mundo camper tiene éxito en los automóviles, ¿por qué no va a tenerlo en las motos? Al fin y al cabo los sentimientos de libertad, aventura e individualidad están mucho más presentes en sobre dos ruedas, por lo que tener un pequeño pero confortable refugio en el que hacer noche en medio de ninguna parte sobre nuestra moto podría ser todo un puntazo.
De entrada, el volumen del habitáculo trasero y el peso extra que tendrá que soportar tanto vacío como con un ocupante en su interior hace que haya que instalar un subchasis específico, a medida de cada moto. Por otro lado y para conseguir la estabilidad necesaria en movimiento (y en parado) el basculante tiene que ser obligatoriamente prolongado.
Además del espacio para dormir, Carman ha ideado diferentes soluciones para contar con otras comodidades como cocina o un espacio para comer, todo sobre un vehículo de dos ruedas venido a más.
Por otro lado está principalmente el tema de los inconvenientes dinámicos. Esta transformación cambiaría radicalmente el comportamiento de la moto, dejando un conjunto con una distancia entre ejes XXL que condicionaría notablemente sus capacidades dentro y fuera de la carretera. Además aerodinámicamente también resultaría complicado de gestionar a poco viento cruzado que nos intente zarandear.
Otro inconveniente que le vemos es que Carman ha partido de una Honda CBR1000F (suponemos que por cuestión de costes, y ha tratado de hacer una moto de aventura incluyendo un manillar más ancho y un tren delantero de Honda CR500. Ha ganado peso y ha reducido la capacidad de frenada; en cualquier caso el proyecto mola.
Carman tiene abierta una campaña en gofundme donde intenta recolectar los 5.000 dólares que necesita para completar su prototipo inicial (poco me parece). De momento lleva algo más de la mitad del dinero en cuatro meses y ya tendría casi listo su prototipo para iniciar un viaje que le llevará desde California hasta recorrer América del Sur acompañado por un equipo de grabación.
Por el momento ya ha dormido un par de noches dentro y dice que es muy cómodo y acogedor. No sé a ti, pero parece una de esas ideas tan diferentes, extrañas y locas que aunque tengas que viajar a baja velocidad terminarías pagando al menos por probarlo.