La dirección de carrera decide, obviamente, ondear la bandera roja en todos los rincones del trazado manés y cancela, hasta nueva orden, el evento. En el muro cercano a la "parrilla" algunos de los pilotos aprovechan para descansar y beber un poco de agua para llevar mejor el curioso sol de la isla. Es entonces cuando uno de los fotógrafos, Peter Shaw, capta una imagen espectacular. Ahí están, como niños comiéndose el bocadillo en el recreo, James Hiller, Guy Martin, Cameron Donald y John McGuinness.
Sentados en el portal suman 38 podios y 22 victorias. Sus cabezas recogen historias únicas, experiencias que nosotros quizás nunca podamos vivir. Después de tantos años, de tantas peleas, tanta rivalidad y carreras al límite jugándote la piel estos tipos son capaces de sentarse en la acera y conversar como un par de moteros encontrados por casualidad en mitad de una ruta.
Eso es lo que MotoGP se ha dejado en algún lugar. Allí, en la máxima categoría del motociclismo mundial, hay mal ambiente porque tu compañero ha utilizado tus settings o pones un muro porque temes lo que un piloto más joven y atrevido que tú pueda conseguir.
Foto vía | Facebook IOMTT