Alex Lowes, un "Marc Márquez" en el British Superbikes

Como toda buena historia la de Alex Lowes tiene más bajos, valga la redundancia, que altos, pero qué altos. Quizás recordaréis la primera vez que hablamos en Motorpasión Moto de los gemelos Lowes. Era la segunda ronda del British Superbikes de 2011, nosotros nos lanzábamos de cabeza a cubrir el campeonato británico que, hasta la fecha, había sido apartado de la prensa española desde los tiempos de Gregorio Lavilla. John Hopkins hacía historia convirtiéndose en el primer americano que ganaba una carrera del BSB pero, Hopper aparte, hubo alguien que brilló con notoriedad.

Alex Lowes, a bordo de una de las desfasadas Honda CBR1000RR de la clase EVO –que corrían junto a las SBK en una subcategoría– se metía en segunda posición entre las motos "oficiales" durante la segunda carrera, aunque no pudo mantener la posición al pasar por meta. Semanas más tarde hacía un quinto continuando con un gran papel. Puede que sólo unos pocos os acordéis de esas carreras, pero quizás sí recordéis la polémica que protagonizó su equipo cuando quisieron obligarle a firmar un contrato por 10 años.

Por desgracia aquel golpe que le dejaba sin moto para el resto de temporada sin comerlo ni beberlo no era el primero que recibía. En 2009, después de haber impresionado a la gente de MV Agusta, fichó por el equipo oficial italiano de Superstock. Lamentablemente, entre fallos mecánicos y no conocer los circuitos del CIV, no pudo demostrar su valía… el golpe definitivo llegó por parte de Harley-Davidson al poner a la venta MV y forzar la retirada del equipo a mitad de temporada. Para 2010 hizo las maletas para competir en una nueva estructura de Suzuki en el BSB, un proyecto que no pudo si quiera arrancar quedándose sin equipo y tiempo para encontrar uno. Hizo un par de wildcars con Redline KTM en la clase EVO del BSB –quedando 15º en la general– y tres en Supersport –11º en la general–.

Por fin en 2011 tuvo la oportunidad de correr una temporada completa, incluyendo test de pretemporada. Y la verdad que el escenario en el que se había metido pintaba muy bien para un chaval que aun no había cumplido 20 años. Durante las tres primeras Rondas se estaba pegando con los huesos del campeonato; Tommy Hill, John Hopkins, Shane Byrne, Michael Rutter… Con semejante rendimiento el equipo quiso atarle para una década y asegurarse un buen futuro, lo que provocó la ruptura y, una vez más, el adiós precipitado de Lowes al campeonato. Su talento, no obstante, no pasó desapercibido y fue llamado para correr con el MSS Colchester Kawasaki –firmando varias vueltas rápidas– y el Castrol Honda.

Sin la suerte de su parte ni un manager con galones Lowes pudo sentar la cabeza en 2012 y completar una temporada completa con su ex-equipo, el WFR Honda, aprovechando que todas las motos serían más parecidas a las EVO. Casi sin experiencia y demasiado nervioso Lowes cometió numerosos errores durante la temporada, adelantándose a la salida, precipitándose en adelantamientos o a la hora de dar gas. Exactamente como Marc Márquez durante su primer año en Moto2, pasado de vueltas. Fue en Assen 2012 cuando superó sus miedos e inquietudes con un doblete espectacular en el que incluyó un hachazo a Shakey en la última curva. Al final de la temporada quedaba en cuarta posición con 584 puntos.

Este año no ha servido más que para corroborar su potencial en el Samsung Honda. Mientras su hermano Sam lidera el campeonato del mundo de Supersport él se sitúa a sólo un punto del líder, Shane Byrne, en la lucha por la corona de Gran Bretaña. Una vez más, ha sido en Assen cuando Alex ha dejado a media parrilla sin habla.

La lucha con Byrne no se quedó en la primera de las carreras Holanda sino que continuó en la segunda cuando el 22 protagonizó una de esas polémicas que, sin quererlo, tanto recuerdan a Marc Márquez. La acción comienza en 1'22" y le costó la descalificación de carrera.

Que nadie se lo tome mal, me recuerda a Marc porque en igualdad de condiciones –es un decir, la Honda tiene mucho que envidiar a la Kawasaki– Lowes va sobrado. Es superior y se sabe mejor. No tiene miedo ni sus rivales son capaces de presionarle lo suficiente. Está simplemente un escalón por encima del resto. Un piloto extraordinario que no dejará pasar mucho tiempo para dejar su marca en la historia.

Nadie sabe como acabará el año pero lo cierto es que Sam y Alex están construyendo las bases de los sueños de Paul Bird, suspirando por formar una estructura en MotoGP con carreras-cliente y con los gemelos como punta de lanza de un equipo británico.

Foto vía | British Superbikes En Motorpasión Moto | Alex Lowes