Hace unas semanas te hablábamos de Avis y Effie Hotchkiss, Madre e hija que en 1915 se convirtieron en las primeras mujeres que cruzaron Estados Unidos en moto de costa a costa. Un año después, en 1916 y en el mismo país aparecieron las protagonistas de esta nueva historia: las hermanas Van Buren.
El viaje de Augusta y Adeline Van Buren, con mucha más repercusión que el de sus sucesoras, supuso un antes y un después en la lucha feminista: Acabaron convirtiéndose en estandartes por la igualdad de la mujer. El propósito de su hazaña fue demostrar al Gobierno que ellas, como mujeres, eran igual de válidas que los hombres.
El viaje feminista duró dos meses a lomos de dos Indian Powerplus de 1.000 cc
En 1916 la Primera Guerra Mundial llevaba dos años desatada en Europa y Estados Unidos tomó parte en 1917. Mientras los hombres se alistaban en el ejército, las mujeres se resignaban a quedarse en casa haciendo las labores del hogar, puesto que el Gobierno no contemplaba a la mujer como un agente relevante en los conflictos bélicos por aquel entonces, todo lo contrario a lo que ocurrió años después en la II Guerra Mundial.
Pero Augusta y Adeline Van Buren, con tan sólo 24 y 22 años, eran unas adelantadas a su tiempo. Si bien es cierto que su idea no era entrar en combate, sí que pensaban que las mujeres podían desempeñar trabajos como los de pilotos mensajeros. Su pensamiento era que las mujeres eran igual de válidas que los hombres y eso incluía también, por supuesto, el derecho al sufragio femenino que en Estados Unidos llegó en agosto de 1920.
Hartas de la situación, ambas decidieron que la mejor forma de demostrar la valía de la mujer era hacer un viaje costa a costa por Estados Unidos subidas a sus motos. A lomos de sus Indian Powerplus 1000, Gussie y Addie (como se las conocía en su entorno) salieron un 4 de julio desde Nueva York en un viaje en dirección hacia el oeste, a más de 4.500 kilómetros. La fecha tampoco fue elegida al azar, siendo la jornada en que Estados Unidos celebra el Día de la Independencia.
Juntas tuvieron que pasar el frío, la lluvia, las averías mecánicas, el desierto, mapas incompletos y pérdidas de rumbo, e incluso varios enfrentamientos con la policía local de algunas de las zonas que visitaban. Los problemas con las autoridades eran causados por sus vestimentas de hombre (por entonces prohibidas para las mujeres) y en que levantaban ampollas en los sectores más conservadores del país en su lucha feminista.
Pero no todo fueron malos momentos. Intrépidas como eran, cuando estaban en Colorado decidieron subir con sus Indian a Pikes Peak, a más de 4.000 metros (sí, donde hoy se celebra la mítica carrera Pikes Peak International Hill Climb, y que precisamente en 1916 celebró su primera edición). Así, las hermanas van Buren se convirtieron en las primeras mujeres en llegar a la cima de esa montaña con un vehículo a motor.
De hecho tanto estaban disfrutando el viaje, pese a todos los problemas, que cuando llegaron a Los Ángeles el 8 de septiembre decidieron alargarlo un poco más. Cruzaron la frontera de México y llegaron hasta Tijuana antes de volver a casa en Brooklyn, lo que sumó un recorrido total de casi 9.000 kilómetros.
Las Van Buren no fueron aceptadas como mensajeras piloto a pesar de su esfuerzo
Aunque su viaje sí que fue capaz de cambiar muchas mentes de la época y muchas mujeres consiguieron identificarse con ellas, no hubo piedad con las hermanas van Buren en la prensa afín a los sectores conservadores y fueron duramente criticadas. Su viaje tampoco cambió, al menos en ese momento, el hecho de que las mujeres pudieran ejercer de mensajeras motorizadas para el ejército, por lo que sus solicitudes fueron rechazadas.
A su vuelta, Adeline decidió continuar su vida como educadora además de graduarse en Derecho. Augusta, por su parte, continuó vinculada al movimiento por los derechos de las mujeres y se incorporó a la "Amelia Earhart’s Ninety-Nines", una organización internacional formada por mujeres piloto.
Con el paso de los años la gesta de estas dos pioneras ha ido cobrando la relevancia que realmente tuvo en su momento y, mientras que en su época algunos hasta las tildaban de malas mujeres, en 2002 recibieron uno de los mayores reconocimientos: ambas hermanas fueron incluidas en el Salón de la Fama del AMA Motorcycle y en el Sturgis Motorcycle Museum un año más tarde.
Además en 2016 se organizó la Sisters Centennial Transcontinental Ride en donde un centenar de mujeres volvieron a hacer la misma ruta que Gussie y Addie pero 100 años más tarde y gozando de algunos derechos que posiblemente hoy tengan gracias a la simbólica lucha de las hermanas van Buren hace más de un siglo
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