La industria del automóvil, particularmente, las marcas deportivas de lujo, siempre han coqueteado con el mundo de las dos ruedas. Algunos de los diseños de las concept bikes que han intentado fabricar con los años incluso te pueden llegar a gustar, pero por raras. Lo normal es que incluso si los diseños provienen de marcas deportivas y premium, la caguen y mucho.
Hace ya bastante tiempo que trascienden concept bikes generadas por ordenador cuyo único objetivo es llamar la atención momentáneamente sobre el diseñador y poco más. Hoy recuperamos seis de los diseños de motos más sonados que llegaron desde marcas de coche y que finalmente si vieron la luz.
Porsche AMK
La Porsche AMK es un prototipo gestado por la marca alemana en 1978 sobre la base de una Yamaha SR 500. Un concepto del Porsche Design Studio claramente inspirado por y para el mundo del automóvil. La AMK, o Alternatives Motorrad Konzept, no puede negar su naturaleza. Completamente carenada de arriba hasta abajo, parece especialmente diseñada para salir a dar una vuelta en un día especialmente ventoso, sobre todo si es racheado y lateral.
La única dos ruedas oficial de verdad de Lamborghini es la Design 90. En 1986 Lamborghini, la empresa francesa Boxer Bikes y los ingenieros Claude Fior y Thierry Henriette se aliaron para alumbrar esta moto de 180 kilos de la que se llegaron a fabricar menos de 40 unidades.
Iniciaron la producción con la idea de competir con las más exclusivas motos del mundo, idea que desecharon rápidamente cuando les golpeo la realidad. Crearon un chasis sofisticado de aluminio, una suspensión especial para la moto y un carenado completo que ocultaba el motor tetracilíndrico de Kawasaki que impulsaba a la Design 90. Primero fue el de la Kawasaki GPZ 900R de 115 cv de potencia, y más tarde lo sustituyeron por el de la Kawasaki GPZ1000RX con 16 válvulas y 120 cv de potencia.
Dodge Tomahawk
La Dodge Tomahawk es un engendro de cuatro ruedas desarrollado por dos empleados del Grupo Chrysler: Bob Schroeder y Dave Chyz y que fue presentado como concepto en el Salón del Automóvil de Detroit en 2003 (North American International Auto Show). Supone al mundo de las dos ruedas lo que un ‘hacha’ sin filo lo haría para los nativos americanos en la época de guerra contra los yankees (aunque su nombre viene más por el lado del famoso misil norteamericano).
Ampliamente criticada, la Tomahawk estaba propulsada por un motor de Dodge Viper V10 de 8.277 cc con 507 cv de potencia, que junto con un chasis monocasco, una relación de dos velocidades y una suspensión por paralelogramos parecida a la que llevan hoy las motos de tres ruedas era lo que más la caracterizaban. El concepto se volvía a dejar ver hace poco aunque de otra forma en la Lazarez LM 847 con motor V8 de Maserati.
El grupo americano fabricó finalmente nueve unidades de ella a través de subcontratas a un precio que superaba el medio millón de dólares. Dio en su ficha técnica dos velocidades, la Tomahawk podía alcanzar una velocidad teórica de 675 km/h, pero también rezaría en esa ficha que su velocidad finalmente estaría estimada en más de 482 km/h. Desde la propia firma dirían años después que nadie ha montado una a más de 160 km/h.
Con semejante cubicaje, potencia y una capacidad para cargar solo 12,7 litros de combustible para un consumo descomunal, podrías arrancarla y darle una vuelta a la manzana como mucho, pero no urbana sino ¡manzana de fruta!
Ariel Ace R
La Ariel Ace R ha supuesto la vuelta al mundo de las dos ruedas por parte de la firma británica. Aunque en la actualidad lo más llamativo por lo que se la conoce es su hiperdeportivo Ariel Atom, y ya habían fabricado motocicletas anteriormente, la podemos incluir como marca de fabricantes de automóviles deportivos.
La concept bike fue presentada en el Salón de Colonia de 2014, la Ace R vio finalmente la luz hace muy poco en una muy corta tirada: 10 unidades. Propulsada por un motor de 1.237 cc y 173 cv de potencia que proviene de la Honda VFR1200F, se ha caracterizado sobre todo por las posibilidades de elección de tecnología y componentes que la marca ha dado a sus afortunados clientes a la hora de hacer el pedido. Al gusto.
Desde la pintura a varias carrocerías, tanques de combustible de 14 hasta 21 litros, cambio convencional o DTC de Honda, las llantas, la suspensión delantera (podía ser una horquilla convencional o una en paralelogramo creada por ellos mismos) y demás. Todo en la Ariel Ace R han sido posibilidades de elección. Marcas como Öhlins y Nissin firmando sus componentes y una electrónica con ABS y control de tracción cerraban esta codiciada obra de arte.
Lotus C-01
La Lotus C-01 es algo totalmente distinto y mucho más moderno que al final ha visto la luz en una serie muy limitada. La exclusiva superbike ideada por Daniel Simon y la constructora de deportivos Kodewa en su mayor parte (en el ajo también estaba metido el grupo Holzer, copropietarios de Kalex) bajo licencia de Lotus, pero comercializada por la histórica marca británica se gasta también un continuo carenado de fibra de carbono bastante completo que lo tapa todo.
Fabricada con unos materiales como acero aeronáutico, titanio o fibra de carbono para su chasis, la Lotus C-01 de 181 kg está propulsada por una evolución del motor austriaco de la KTM 1190 RC8R, un bicilíndrico de 1.195 cc con 200 cv de potencia. La Lotus tiene una capacidad para albergar combustible de 10,5 litros. Hombre, bonita es, pero con semejante motor y tales prestaciones muy lejos no es que vayas a llegar con ella. Ya la hemos podido ver en acción, como en la carrera para aficionados Glemseck 101, a sus mandos: Troy Corser.
La Lotus C-01 con pinta entre muscle bike y dragster además monta ruedas de 19 y 17 pulgadas que llevan unos frenos que firma Brembo, de doble disco delantero de 320 mm con pinzas de cuatro pistones y uno trasero de 220 mm con pinza de dos pistones, una suspensión de la que se encarga un doble amortiguador trasero Öhlins y una horquilla invertida tapada por unos protectores, que contribuyen junto con el carenado a que se vuelva a cumplir el patrón de dejar poco a la vista. Eso sí, esta vez con un resultado totalmente diferente muy elegante.