La última foto de Paulo Gonçalves

Ya ha pasado un poco el tiempo desde la terrible noticia que nos heló el corazón. El Dakar ha vuelto a ponerse en marcha todavía con un recuerdo presente del gran Paulo Gonçalves, que entregó su vida en las dunas de Arabia Saudí a aquello que era lo que más le gustaba hacer en la vida: cruzar un desierto en moto a toda velocidad.

A sus 40 años, cuando otros ya están corriendo en coche o retirados, Gonçalves seguía dando gas e inmiscuyéndose en nuevos proyectos como el de Hero. Porque era lo que él amaba, correr en moto. Dar gas para superar una duna mientras el sol se pone a lo lejos en el inmenso desierto. Esa es la imagen que nos debe quedar de Paulo Gonçalves.

El recuerdo de Paulo Gonçalves quedará por encima de la era del clikbait

Y, de hecho, esa es la que nos queda. La foto que encabeza este artículo fue tomada aquella fatídica mañana poco antes del accidente. Es la última imagen de Paulo Gonçalves con vida. El autor es Florent Gooden, un fabuloso fotógrafo que trabaja para ASO, la organización del Dakar, y gracias a quien tenemos la última foto que Gonçalves merecía.

Dando gas para abrirse paso entre el polvo y la arena, ese era Paulo Gonçalves. Luego hay otras últimas imágenes del portugués, pero esas no nos interesan. Son apócrifas. En la era del click, hubo quien quiso aprovechar la noticia que ninguno deberíamos querer dar para conseguir algunas visitas a costa de la agonía de Paulo, o del sufrimiento de su cuñado Joaquim Rodrigues.

Por supuesto, no es gente que ama la moto. Gente que no comprende como el bueno de Toby Price renunció prácticamente a ganar su tercer Dakar a cambio de atender hasta el último momento a su amigo Gonçalves. Solo dos años antes, cuando Price se rompió la mano en Sudamérica, fue el propio Paulo quien le acompañó durante todo el proceso. Se debían una.

Price fue el primero en llegar al lugar del fatídico accidente. Él pulsó el botón de alarma en la Hero de Gonçalves, él atendió sobre la arena al portugués, le acompañó en esos últimos momentos hasta que llegaron las asistencias prácticamente para certificar la muerte. Después de ayudar a meterle en el helicóptero, Price se quedó allí, reflexionando, otros 20 minutos, antes de afrontar 300 kilómetros más a 120 km/h de media por el desierto.

Como la suya, tantas otras historias. Como la de Kevin Benavides, su amigo y alumno aventajado en la estructura de HRC durante tantos años. El argentino se enteró de lo que había pasado con Gonçalves en el último repostaje. Con lágrimas en los ojos, recorrió los últimos kilómetros que le quedaban para ganar la etapa y dedicársela a su amigo.

Ese, ese es el verdadero recuerdo que nos queda de Gonçalves. El de un piloto inspirador, un apasionado de la moto y del Dakar, un hombre que dio un pedacito de su vida en cada duna de África, Sudamérica o Arabia Saudí. A quienes quieren que la última foto de Gonçalves sea otra simplemente lo mejor es ignorarles. Como siempre, Paulo les dejará atrás con un golpe de gas.

En Motorpasión Moto | Cinco formas de enfrentarnos al hielo sobre la carretera cuando vamos en moto | Las cinco motos eléctricas más surrealistas que jamás podrás tener en tu garaje

También te puede gustar

Portada de Motorpasion Moto

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasionmoto.com

VER 9 Comentarios