Mientras las Superbike corrían en el circuito de MotorLand Aragón la tercera cita del año, a nosotros también nos picó el gusanillo de las carreras. El C.D. Motonavo nos contactó tiempo atrás tal y como te contamos para participar en un homenaje a nuestro querido Ángel Nieto. Fuera lo que fuera no nos íbamos a negar y el resultado ha sido una de las experiencias más bonitas que hemos vivido en mucho tiempo.
El piloto de stunt Emilio Zamora fue el ideólogo. Él tuvo la culpa de que junto con Diego, del motoclub, se materializase la idea de una carrera urbana en la localidad de Begíjar (Jaén) en la que dentro del Festival de la Moto de Begíjar 12+1 pilotos disputarían dos mangas. Esos 12+1 fuimos representantes de la prensa del motociclismo nacional y el propio Zamora, aunque por compromisos profesionales no pudo acompañarnos en las carreras.
Una carrera para el recuerdo en memoria del Maestro
Nuestras monturas fueron idénticas para todos. Se trató de IMR 160 Super Corse puestas a nuestra disposición a coste cero por RinoBike Racing (gracias a Manolo Mata y su gente, de verdad), unas pequeñas pit bikes muy bien equipadas, todas a estrenar y calzadas con neumáticos Maxxis de carreras. Igualdad total.
Sabedores de que entre nosotros había pilotos con dilatada experiencia en circuito nuestra misión era divertirnos y defender dentro de lo posible la gloria que siempre te juegas entre compañeros. Como en cualquier carrera, los nervios están presentes y se materializaron nada más arrancar la primera carrera.
Salíamos desde la parte de atrás de la parrilla después de unos entrenamientos bastante mediocres, pero con un tiempo por vuelta muy similar entre los que conformábamos en grupo medio del pelotón. La guerra estaba servida y al recibir el banderazo de salida arrancamos... en punto muerto.
Estas IMR cuentan con cuatro marchas, con el punto muerto abajo del todo y la primera, segunda, tercera y cuarta hacia arriba. Pecando de novatos al soltar el embrague no nos movimos ni un centímetro (FAIL, con mayúsculas). Engranamos primera (ahora sí) y salimos a recuperar metros, en la segunda curva ya tratamos de adelantar pero el trazado no lo ponía nada fácil.
Después de la parte lenta en una de las frenadas más fuertes, recuperando por fin una posición la pequeña IMR con un embrague delicado decidió calarse. Cuando por fin nos pusimos en marcha ya nos habían sacado media vuelta y rodamos toda la manga en tierra de nadie hasta terminar en última posición (a excepción de dos pilotos retirados) pese a los ánimos del público presente.
No fue hasta la vuelta de honor cuando nos dimos cuenta de toda la gente que allí había. Unos 4.000 asistentes según la organización (el pico de asistencia del fin de semana) ocuparon los aledaños del circuito urbano y sus aplausos sirvieron para levantarnos la moral y meter aún más presión, si cabe, de cara a la segunda manga.
Formamos la parrilla de salida y comprobamos varias veces que esta vez sí estuviéramos con la primera engranada. Banderazo y al salir defendemos la posición justo cuando delante ocurrió el #BegíjarClash: Ismael Bonilla y José Benavente cayeron justo al salir de la curva, provocando una melé en la que otros dos de los pilotos más rápidos del día también se vieron perjudicados.
Sin banderas rojas en el horizonte continuamos dando gas a fondo para colocarnos en la segunda curva peleando por las posiciones de podio en un grupo con un ritmo muy similar. Era nuestra oportunidad y se desató una interesante lucha en la que los cuatro primeros nos bregamos con behemencia entre los ánimos del público que supo apreciar el esfuerzo.
Dos de los más rápidos consiguieron reponerse y darnos caza. A ellos les dejamos pasar (somos unos caballeros al fin y al cabo), pero entre los demás continuaron las hostilidades. La pelea por la cuarta posición entre nosotros y Borja Arias de Todocircuito a pegado a rebufo durante toda la prueba fue de lo más interesante del día.
Por desgracia en un error golpeando una bala de paja con la rodilla le dejamos la puerta abierta para adelantarnos y marcharse los pocos metros necesarios para dejarnos en una quinta posición bajo la bandera de cuadros que, al final, nos supo a victoria.
Lo más importante del fin de semana no fue, quedar quintos, ganar o perder, fue el homenaje que todos le ofrecimos al Maestro haciendo lo que a él más le gustaba: correr en moto. El primer Memorial Ángel Nieto fue una de las vivencias más espectaculares, sobre todo con el minuto de silencio que todos le dedicamos a Nieto mientras escuchamos un audio espectacular narrado por la voz del Maestro.
Además lo hicimos rodeados de un clima espectacular, con carreras a la vieja usanza entre neumáticos y balas de paja y la actuación por la noche de los incombustibles Medina Azahara. ¿Peligroso? Lo justo. Memorable también.