La pandemia del coronavirus sigue creciendo de modo irregular por todo el mundo mientras mantiene paradas todas las cosas poco importantes. Una de ellas, el Campeonato del Mundo de MotoGP, que no solo no tiene una fecha clara para debutar, sino que ni siquiera la vislumbra. Al fondo, cada vez aparecen más grandes dos opciones que nadie quiere.
La primera, la menos mala, es la de celebrar los Grandes Premios a puerta cerrada. Por supuesto que a todos nos disgusta, pero siendo honestos, y viendo el calendario, no queda más remedio que afrontar esta posibilidad. Porque la segunda, y tampoco la descarten, es la cancelación total del campeonato. Es decir, que en 2020 no haya MotoGP.
Será muy difícil que haya carreras con público en España en 2020
De momento, Dorna parece que quiere mantener vivo un calendario que ya no se sostiene por ningún lado. Sigue en pie el Gran Premio de Italia en Mugello como carrera inaugural de la categoría allá por el 31 de mayo. No arriesgamos mucho si nos atrevemos a aseverar que esa carrera no se va a disputar en esa fecha.
El gran problema de Dorna es el mismo que han tenido los Juegos Olímpicos o que está teniendo el mundial de Fórmula 1. Son un mundial, y por lo tanto no solo se celebra por todo el mundo sino que acogen a personas de todo el mundo. Y la pandemia no se está desplegando de forma unánime por el planeta.
Ayer, 6 de abril, Japón declaró el estado de alerta por el coronavirus. De momento no requiere confinamiento, pero todo se andará. Ahora que España e Italia comienzan a ver la luz al final del túnel, la otra pata del banco de MotoGP, Japón, parece que se está adentrando en él. Con todo lo que ello puede significar en cuanto a movilización de personal.
Porque lo que tiene un mundial es que necesitas la autorización de muchos países para que personas de todas las partes del mundo entren en él. En el caso de MotoGP son 16 naciones diferentes, cada una con su particular política en cuanto al control de fronteras, las que tienen que permitir que el circo ambulante de las motos entre en su territorio.
Recordemos que el Gran Premio de Catar precisamente se cayó del calendario por eso, porque el país no permitía la entrada de italianos sin una cuarentena previa de dos semanas. Llegados a este punto, MotoGP debe comenzar a considerar seriamente celebrar un mundial bajo mínimos, con el personal justo, necesario e indispensable para que se disputen las carreras.
3 Laps to go, 3 seconds behind...surely not?!?! 😱#VintageMotoGP
— MotoGP™🏡🏁 (@MotoGP) April 6, 2020
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Todo lo que no es indispensable quedaría fuera, y desgraciadamente ahí entra el público. Se había valorado la posibilidad de que fuese el Gran Premio de España en Jerez, en mitad del mes de julio, el que diese comienzo a la temporada. Pero es utópico pensar que por entonces se podrán reunir 150.000 aficionados en Jerez como pasó en 2019. Ni la mitad de la mitad.
Recientemente salieron informaciones que explicaban que el Gobierno de España no tenía previsto desbloquear las restricciones al fútbol hasta el final de todo el proceso. Es decir, que La Liga ya asume que tendrá que terminar esta temporada con todos los partidos a puerta cerrada, y veremos qué pasa con la siguiente.
Y eso sin ser un mundial, sin que sea necesario que venga gente que vive fuera de España y sin que haya ningún estadio con capacidad para aglomerar a 150.000 personas. Es de lógica pensar que no habrá carreras con público en España, ni de Fórmula 1 ni de MotoGP ni de nada de nada, como mínimo hasta 2021.
Un ejemplo más de esto es el caso de China. El circuito de Shanghái, que acogió a MotoGP durante unos años, ya está abierto para la celebración de eventos, pero a puerta cerrada. Porsche ha estado a principios de este mes allí. Ya conocemos también la fecha para su primera carrera con público: será el 26 de junio para el Campeonato de GT chino.
Teniendo en cuenta que en España comenzó el confinamiento dos meses más tarde que en China, y obviando todas las variables posibles, estaríamos hablando de que para principios de septiembre se podrían empezar a organizar carreras con público en España. Carreras, no mundiales. Y con público, no con 150.000 personas.
Por supuesto, esta medida sería un desastre para los circuitos. Seguirían teniendo que pagar el canon por organizar un Gran Premio sin recibir los ingresos de la venta de entradas. Probablemente muchos se plantarían, o incluso renunciarían a organizar la carrera. De ahí Dorna mantenga la insistencia en organizar el mundial con público.
Cancelar toda la temporada 2020 de MotoGP es una opción real
También hay otra opción que está en el aire, la de celebrar carreras de 2020 en 2021. A priori cuadra, pero es mucho más complicado de lo que parece. Para empezar, porque 16 de los 20 pilotos de la parrilla acaban contrato con su actual equipo el 31 de diciembre, y eso por no hablar de lo que pasa en Moto2 y Moto3.
En una reciente entrevista con Iker Lecuona, el joven piloto valenciano pronosticaba que no se llegarían a celebrar carreras de 2020 en 2021 por todos los problemas contractuales que provocaría. Y no solo por los acuerdos de equipos y pilotos, sino también por los propios ejercicios contables de los circuitos, ya que algunos acogerían dos Grandes Premios de MotoGP en un año.
Además, tenemos que tener en cuenta que no solo habrá que lidiar con la fase desigual que estarán atravesando países clave en el mundial como Estados Unidos, España, Italia o Japón, sino también con que los expertos dan por hecho que en la segunda parte del año habrá una segunda ola de COVID-19, que afectará también de forma incluso más desigual que ahora a los países, según lo grave o no que haya sido la primera.
Algo que, de producirse, lleva inevitablemente a una única y dolorosa alternativa viable, la de cancelar por completo la temporada 2020 de MotoGP. Nadie lo quiere, pero es una opción muy real. El gran acontecimiento mundial del año, los Juegos Olímpicos ya han sido retrasados para 2021. No solo ha sido por la falta de entrenamiento de los deportista, sino también por el peligro de aglutinar a tantas personas de diversas procedencias.
Recordemos que para que un mundial pueda ser considerado como tal debe al menos celebrar trece carreras diferentes en tres continentes distintos. Así lo pone al menos en la normativa de la FIM, aunque por supuesto puede ser alterada en una situación tan especial. El problema es que ese es el menor de los problemas. El dinero que se perdería en caso de cancelación sería devastador para el mundial.
La creación de una burbuja, posible solución para disputar el mundial
Si hay una competición pionera en dar soluciones ingeniosas a problemas complicados esa es la NBA. La liga de baloncesto estadounidense se adelantó por mucho al propio gobierno de su país suspendiendo por completo la competición a mediados de marzo, casi un mes antes de que Donald Trump haya decidido comenzar a afrontar el problema. Había "solo" 1.200 casos de coronavirus en los Estados Unidos por los 350.000 que hay ahora.
Pues bien, en la NBA ya están manos a la obra para idear como será la vuelta a las canchas, o mejor dicho a la cancha. En la liga estadounidense de baloncesto valoran como gran solución crear una burbuja con el personal mínimo necesario para celebrar los partidos. Jugadores, entrenadores, miembros del cuerpo técnico, árbitros y encargados de la retransmisión televisiva. Poco más.
Un círculo reducido de personas a las que incluso se piensa en aislarlas en un lugar aparte. Se habló de Las Vegas, o incluso de un crucero en alta mar en el que hubiese cancha de baloncesto. Se celebrarían todos los partidos en pista neutral y, obviamente, sin público. Suena descabellado, pero esa es la especialidad de la NBA.
Aplicar esto a MotoGP para que se pudiese desarrollar un mundial en orden requeriría de ponerse en marcha ya. Aislar a todo el personal mínimo en cuanto se pueda viajar con cierta seguridad y garantizarse acuerdos con los países que permitan entrar a tu burbuja previo controles constantes de temperatura, como piensa hacer la NBA.
Por supuesto, habría que renunciar al público y a todos esos VIP que invitan los equipos a las carreras para hacer negocio. Todos perderían un trozo importante del pastel pero salvarían el conjunto de la tarta. Todo sea para que 2020 no quede como el año en el que nos quedamos sin carreras de motos.
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